Cap. 50: Mañanas Especiales

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La primera en despertarse fue Jessica, aun con los ojos cerrados podía percibir la presencia de alguien más alado de ella en la cama. Se encontraba entre sus brazos, aun abrazados, con las piernas entre cruzadas. Suspiro profundamente y el ya conocido aroma de Harry inundo sus pulmones. Los recuerdos de la noche anterior invadieron la mente de ella y se encontró a si misma sonriendo como tonta con los ojos aun cerrados. Abrió los ojos de apoco, pues la luz le molestaba, e intento separarse del castaño con cuidado, intentando no despertarlo.

Se giró hacia él y se quedó petrificada en su lugar, se veía exactamente igual que la primera vez que despertó a su lado. Con el rostro notoriamente relajados, sus espesas pestañas brillando por la luz que se colaba por la ventana sombreando ligeramente sus pómulos sonrojados. Miro sus labios, con una sonrisa burlona enarcada y un tono más rojo de lo normal, lo cual la hizo ruborizarse.

-¿Disfrutas la vista? - pregunta el con la voz de recién levantado y ella intenta enojarse por la burla, pero le es imposible contener una sonrisa.

-Me agradabas más cuando no hablabas - dice ella risueña, incluso un poco coqueta. De una manera que solo puede ser a su lado. Él se ríe ligeramente y ella se queda quieta en su lugar admirando el sonido aún más ronco de su risa - ¿Por qué tiene que ser tan perfecto? - se pregunta a sí misma.

-Con que te gusto más cuando no hablo - dice el extendiendo su sonrisa haciendo notorios sus diente y hoyuelos y ella se sonroja aún más por el doble sentido con el que lo dice.

-Eres incorregible - lo regaña ella, sin perder la diversión en su voz. De a poco el abre sus ojos, esos ojos que dejan a Jessica completamente indispuesta. Tan verdes como las esmeraldas, tan brillantes que hasta se olvida de respirar pero se compone rápido y se sonroja, haciéndolo sonreír aún más a él.

-Eso no decías hace rato - se burló él y el rubor se entendía hasta sus orejas y cuello.

-¡Eres un idiota! - dijo ella con fingida indignación, ocultando su vergüenza.

-Pues valla que se te olvido mencionarlo anoche - dijo él y ella empezó a golpearle el pecho. Estaba más roja de lo que jamás podía haber estado nunca. El la abrazo aún más fuerte para impedirle continuar golpeándolo

-Idiota. Cerdo. Narcisista. Ególatra. Petulante - gritaba ella intentando zafarse de los brazos de el sin mucho esfuerzo. El solo reía y su buen humor era muy contagioso.

-Tranquila, solo es un poco de humor, no te pongas as í- le dijo Harry y ella paro de intentar golpearlo. Se miraron a los ojos y permanecieron así por un rato. Él se acercó a ella, intentando besarle, y ella lo detuvo - primero me lavo los dientes, me baño, me cambio y después hablamos - dijo ella e intento pararse, pero luego recordó que no traía nada puesto y se sonrojo de nuevo. Busco una camisa de Harry en el piso, nada. Tomo las sabanas para intentar enrollarse en ellas pero algo la detuvo, algo estaba jalando la sabana impidiéndole tomarla. Miro a Harry, el cual tenía una sonrisa burlona en el rostro, y le pego en el hombro.

-Necesito salir de la cama - dijo ella y el sonrió, su sonrisa no agriaba nada bueno.

-Pues sal - le dije él y ella lo miró enarcando una ceja como si fuera obvio porque no salía - no hay nada que no haya visto... - dijo él y las mejillas de ella se tornaron rojas nuevamente. Lo maldijo en sus adentro y negó con la cabeza.

-No seas necio - dijo ella y Harry enarco una ceja divertido. - Maldito fuera él y su buen humor matutino tan contagioso - pensó ella, porque no podía enojarse con él, no en ese momento.

-Tú no seas necia, admite que tengo un buen punto - dijo él y ella negó con la cabeza. Se acercó peligrosamente a él. Ahora era Harry quien estaba nervioso.

Encontrándonos Otra Vez ~ H.S ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora