Entramos por una ventana rota que asomaba hacia el patio delantero de la estructura y pusimos al frente al rehén, con Rick detrás de él y Daryl y yo flanqueándolo. Él a su izquierda, yo a su derecha.
Continuamos caminando hasta una gran entrada que llevaba al patio principal.
La adrenalina comenzó a correr por mis venas y apreté mis dedos al mango del arma, haciendo que mis nudillos se vuelvan blancos. Al cruzar la gran entrada, pudimos ver que el patio principal estaba lleno de chatarra. Pedazos de metal, ladrillos, tanques de plástico y hasta una heladera.
Finalmente, llegamos a un último portón. Éste era de hierro, estaba notablemente oxidado y debía medir unos cuatro metros de alto y ancho. Noté que habían varios vigías. Al instante, el portón se abrió y salió un hombre de piel morena, rapado y con barba candado. Debía medir al rededor de un metro sesenta. Llevaba una musculosa negra, adornada con una camisa notablemente larga y mangas cortas, de color azul marino y a rayas. De su cuello, colgaba un rosario de plata. Supuse que sería el tal G.
Nos estaba esperando.
-¿Estás bien, chico?-le preguntó al muchacho. Tenía acento mexicano, como Morales.
-Van a cortarme los pies, carnal.-respondió y la voz le temblaba de angustia.
G miró a Rick.
-¿Los policías hacen eso?
-Él no-negó el rehén, sin darle la oportunidad de responder a Rick-Este puto de aquí-señaló a Daryl con un movimiento de cabeza-Le cortó una mano a un tipo. Me la mostró.-dijo asustado.
-Cállate.-le ordenó Daryl.
-Eh, es el tipo de ahí, colegas.-salió de la nada un hombre pelado y vestido muy parecido al supuesto Guillermo, con tres hombres detrás-Es el que me dio un flechazo en el culo.-levantó su SIG-Sauer P230 y le apuntó a Daryl. Moví mi escopeta bruscamente y le apunté al pelado.
-¡Baja el arma!-le grité.
-¡No me digas qué hacer niña!-me gritó en respuesta.
La tensión era tal que podría cortarla con una tijera si quisiera, y por poco se podían escuchar los latidos de los corazones de toda la gente presente.
-Tranquilos, tranquilos. Con calma.-dijo el líder y extendió su mano para detener al hombre que le apuntaba a Daryl, haciendo que se relaje un poco.- ¿Es verdad? ¿Quieren el pie de Miguelito? Es enfermizo, hombre.
-Esperábamos tener una discusión más calmada.-argumentó Rick, moviendo sus dedos en torno del gatillo del arma.
El moreno lo miró atónito y dijo:
-Ese paleto ha saltado sobre el primo pequeño de Felipe, le pega, le amenaza con cortarle los pies, Felipe liga una flecha en el culo ¿y quieres una conversación tranquila? Me fascinas.-sonrió de forma amenazadora.-Además no me parece muy adecuado traer a una dama aquí. No con esta... situación-dijo señalándome con la palma hacia arriba.
-Vine aquí porque puedo reventarte el culo de una patada.-dije, apuntándole con el arma.
- En cuanto al daño hacia tu gente...-comenzó a hablar Rick, complementando sus palabras con las mías-Era el fervor del momento. Ambas partes han cometido errores.-era obvio que se refería a Glenn.
Daryl no pudo resistirse y preguntó:
-¿Tienen a mi hermano ahí dentro?
-Lo siento-contestó Guillermo-pero nos acabamos de quedar sin chicos blancos. Pero tengo asiáticos, ¿te interesa alguno?
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