El paisaje era debastador: muertos por doquier, supuse que habrían cientos; arricadas militares, tres tanques de guerra y un olor a putrefacción penetrante. Desaté mi pañuelo del tobillo y me cubrí la nariz, atándolo a mi cuello. Tensé una de mis flechas en el arco y acomodé mi caraj en la espalda, mientras dejaba a mi mochila al lado. Rick, Daryl, Carol, los niños, Lori, T-Dog, Shane y Jaqui ya estaban fuera y se dirigían a nuestra posición.
-Hey...-saludó Daryl, con su ronca voz. Nunca me cansaría de escucharla.
-Hola.-dije mientras acomodaba mis ojos a la semi penumbra. Debían ser las siete de la tarde, aproximadamente.
-¿Quieres que te lleve eso?-apuntó con un movimiento de barbilla a mi bolso. Asentí, mientras Daryl se colgaba la pesada mochila en un hombro. Todavía no podía comprender por qué Daryl tenía esos buenos tratos conmigo solamente.
El que Rick recargara su rifle me distrajo de mis pensamientos; dio unas pocas indicaciones a Shane, para luego ordenar que comencemos a andar.
-Sigan moviéndose, ¡vamos! En silencio.-dijo Rick en un susurro, luego de caminar unos metros a un trote leve. Todos tosíamos ante el horrible olor de los muertos.
Daryl y yo íbamos detrás del grupo, escoltándolo. De vez en cuando miraba a mi compañero con el rabillo del ojo, ya que su pose acechante me fascinaba.
-Sigan moviéndose, no se detengan.-ordenó Rick. Su voz estaba tensa. Todos estábamos en estado de alerta máximo.
El peligro era inminente.
-Esto me da mala espina...-le dije a Daryl mientras ajustaba mis dedos al mango del arco.
-A mí también.-susurró mientras apuntaba la nada con su ballesta.
Llegamos a lo que habría sido una entrada principal, aunque estaba completamente cerrada. Varias cortinas metálicas se mostraban en el frente, y Rick se dirigió a una de ellas para tratar de levantarla, pero no hubo caso: estaban selladas.
-No hay nadie aquí.-dijo T-Dog.
-¿Entonces por qué las cortinas están bajas?-preguntó Rick.
-Puede ser que sea un sistema de seguridad programado, Rick. No es conveniente estar acá. Hay miles de muertos y está oscuro.-dije mientras cubría nuestra retaguardia junto con Glenn y Daryl.
-¡Caminantes!-advirtió Daryl. Vimos a un supuesto soldado caminar hacia nosotros. Al instante, Daryl se deshizo de él con un flechazo.-¡Nos has guiado a un cementerio!-reaccionó de forma furiosa y enfrentó a Rick.
-Él tomó una decisión-trató de callarlo Shane.
-¡La maldita decisión equivocada!-se quejó Daryl y amagó a atacar devuelta a Rick.
-¿Sabes qué? Cállate. Cállate. ¡Cállate!-lo apartó Shane como a un niño pequeño. La vena del cuello del defensor de Rick sobresalía notoriamente, y su cara tomaba un color bordó de los nervios.-Rick, esto es un callejón sin salida.
-¿Dónde iremos?-preguntó Carol, mientras abrazaba a Sofía.
-Tiene razón, no podemos estar tan cerca de la ciudad al oscurecer.-argumentó Lori.
-Fort Benning, Rick, sigue siendo una opción.-le dijo Shane. En cambio, Rick siguió observando la cortina metálica.
-¿Una opción? No tenemos comida, ni gasolina. Y son 160 kilómetros.-discutió Lori.
-200 kilómetros. Revisé el mapa.-dijo Glenn.
-Olviden Fort Benning, necesitamos respuestas, ahora, esta noche.-respondió la esposa del sheriff.
