Luego de charlar un rato más con Lori, ambas nos marchamos a nuestras respectivas habitaciones, ya que era bastante tarde. Al llegar a mi dormitorio, me encontré con el sillón extendido en una cama de dos plazas y una especie de adonis acostado al borde de la cama. Sin camisa, con jeans puestos y descalzo. Su cabello estaba revuelto y mojado.
Daryl.
Tenía un libro en su mano y lo estaba leyendo.
-¿Sabes? No creo muy educado entrar así como así en una habitación ajena.-comenté mientras acomodaba mi mochila en la puerta, por si alguien trataba de abrir... devuelta.
-Dudo que sea un problema que haya entrado porque no te veo molesta.-comentó mientras comenzaba a pasar rápidamente las páginas del libro. Lo arrojó a un lado.-No es tan bueno como pensé.
Lo pasé por arriba, me acosté al lado suyo, y miré el techo.
-¿Recuerdas de lo que hablamos la otra noche, volviendo de Atlanta?-preguntó.
-¿Lo de la flecha en el culo?-me hice la tonta. Él rió.
-Lo de que puedes ganarme a manos atadas.-dijo y se volteó, para mirarme. Hice lo mismo. Daryl se subió arriba mío, pueso sus piernas a mis costados, tomó mis manos y las llevó detrás de mi espalda junto con las suyas. Se acercó a mi oído-Trata de ponerte sobre mí-susurró y comenzó a besarme lentamente. Un escalofrío recorrió mi espina mientras sus labios acariciaban los míos. Cerré lentamente los ojos. Mordí sus labios con un poco de ferocidad e hice entrar mi lengua en su cabidad bucal.
Entonces, pasé mis piernas por su cintura, me sujeté bien y di un giro brusco, dejándolo debajo de mí.
-Gané.-anuncié mi victoria. Ambos reímos y me acosté a su lado, justo como antes.
Le miré a sus profundos ojos celestes.
-¿Por qué este cambio?
-¿Qué cambio?-preguntó frunciendo levemente su ceño.
-Oh, ya sabes. Ese pequeño cambio de que ahora me besas y vienes a mi habitación.
-Oh...-dijo mientras sonreía. Al lado de sus comisuras se formaron hoyuelos; no los había notado hasta ese momento. Movió su brazo derecho, me abrazó y dejó su mano descansar en mi cintura. Acomodé mi cabeza sobre su pecho.-Sólo quiero aprovechar el momento y dejar de ser un idiota con la gente que realmente me interesa.-comenzó a juguetear con mi cabello mojado y yo planté un pequeño beso en su cuello.-Después de todo, ¿cuánto tiempo nos queda?- citó lo que yo dije la ante noche pasada. Enredé mis pies con los suyos y lo abracé.
-¿Cúantas flechas te quedan?-pregunté luego de un silencio, ya con los ojos cerrados. Sentí cómo se removió un poco.
-Unas cuatro. ¿Y a ti?
-Una sola...-susurré y pasé las yemas de mis dedos por su pectoral izquierdo, justo arriba de su corazón. Su piel en esa zona era suave y caliente.-¿Quieres saber quién es Victoria?-pregunté, en un impulso. No lo había pensado, fue como si las palabras brotaran de mi boca como agua de una pequeña grieta de una represa.
-Cuéntame.-dijo y acarició mi cabello desde la raíz hasta las puntas.
-Era mi hermana mayor. Éramos muy unidas. Juntas nos ayudamos la una a la otra para superar la muerte de nuestros padres antes de que toda esta mierda pasara. Y... Ellos me la arrebataron de las manos.-mi voz comenzó a temblar y cayeron lágrimas por mis mejillas-No pude despedirme. No le pude decir que la quería. Lori es el calco de ella en aspecto físico y cada vez que la veo me entran ganas de llorar y...
-Shhh.-dijo Daryl tomando mi cara con sus manos.-Todo está bien. Tranquila.-se acercó a mí, besó mi frente y tomó mi mano derecha con su mano izquierda.-Trata de dormir un poco.-susurró y volví a apoyarme en su pecho; él comenzó a acariciar mi cabello devuelta, con su mano derecha, y caí dormida, al ritmo de su corazón, respiración y caricias.
***
-Valerie... Valerie...-escuché una voz ronca que trataba de despertarme. Me encontraba posición fetal; estiré mis pies y brazos, me removí un poco y volví a la primera posición, ya que tenía un poco de frío. Abrí los ojos y con lo primero que me encontré fue con Daryl agachado, al lado de la cama, mirándome. Simplemente le podía ver los ojos, ya que el resto estaba cubierto por el borde de la cama. Me observaba, expectante. Como un niño de cinco años en su primera visita al zoológico.
Supuse que hacía no mucho tiempo había despertado porque su pelo estaba medio revuelto.
-¿Qué miras?-le pregunté arrugando los ojos por la luz de la habitación.
-Tu cabello.-dijo simplemente y calló devuelta.
-¿Qué tiene?-pregunté divertida.
-Nada...-dijo mientras elevaba un brazo y tomaba un mechón. Noté que se me veía realmente sedoso y brillante. Le sonreí y miré hacia los pies de la cama: vi que mi remera estaba allí. Me moví rápidamente y noté que estaba en ropa interior. Tomé el acolchado de la cama y me cubrí hasta el cuello, roja como un tomate.-Te la quitaste en medio de la noche.-explicó-Traté de ponértela pero no cooperaste mucho-sonrió-así que te cubrí con una sábana pero te la quitabas al minuto.
-Ohh...-suspiré.
-Me iré fuera así puedes vestirte tranquila.-susurró y besó mi frente. De forma seguida, se puso en pie y se marchó hacia la puerta. Ya se había vestido y llevaba junto con él sus cosas.
Me levanté de la cama, la tendí y la volví a transformar en sofá. Me dirigí al baño y me miré al espejo: mi cabello tenía aspecto salvaje, pero estaba presentable. Me lo cepillé, al igual que a mis dientes y lavé mi cara. Tomé mis leggings, ya secos, una remera negra ajustada y mi campera de cuero color caqui. Me hice una cola de caballo y me puse mis botas negras de montar, en vez de las militares.
Una vez lista, salí fuera y fui junto con Daryl a desayunar.
BUENASSSSSSSSSSSSSSS, perdón por la irregularidad al subir capítulos :c es que estoy con unos temas personales :)
Espero que hayan disfrutado el capítulo, aunque sea corto :( comenten y puntúen, dalelelelelelele ah