Capítulo 16.

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Luego de haber ordenado el lugar donde comimos, Jenner nos guió hasta otra zona de las instalanciones, un piso más abajo.

-La mayor parte de las instalaciones están apagadas. Incluye la vivienda, por eso los traigo aquí.-caminábamos por un angosto pasillo con numerosas habitaciones.-Los sofás son cómodos, pero se pueden convertir en una cama plegable, por si quieren más espacio. Hay una sala de recreación en la siguiente zona, seguramente les gustará a los niños.-Jenner se dio vuelta y se acuclilló para dirigirse a Carl y Sophia- Sólo no conecten los videojuegos o cualquier cosa que gaste energía, ¿está bien?-Jenner se levantó al ver que los chicos entendieron y se dirigió al resto del grupo.-Lo mismo va para las duchas. Si se bañan, no malgasten el agua caliente.-finalizó y se marchó a su cuarto.

-¿Agua caliente?-preguntó Glenn maravillado.

-Eso es lo que dijo el hombre...-musitó T-Dog entusiasmado.

Luego de unos pequeños festejos por el agua caliente, cada uno se dirigió a una habitación, incluyéndome a mí.

Tomé el cuarto que estaba a mi derecha; tenía una biblioteca en una esquina, un sofá-cama y su respectivo baño. Era chico, pero no importaba. Sería la noche más segura en mucho tiempo que podría disfrutar, y el espacio no era de mucha importancia.

Arrojé mi mochila al sofá y rebusqué en ella ropa para poder cambiarme, entre ella ropa sucia, ya que tenía oportunidad de lavarla.

Me dirigí al baño con un montón de ropa; en el tocador había shampoo, jabón, crema de enjuague, una crema para el cabello de post-lavado, un peine y toallas blancas.

Me desnudé y arrojé la ropa sucia con la que estuve usando en el suelo de la ducha: así cuando me esté bañando, cuando caiga el jabón y shampoo, se limpiarán.

Abrí la llave de agua caliente y... salió agua caliente. No lo podía creer. Maravillada, entré en la ducha y dejé que el agua recorra mi piel. Enjaboné mi cuerpo y llené de shampoo mi cabello: era impagable poder sentirse completamente limpia. 

Marché en el lugar para que el jabón se abra paso por entre la ropa y la limpie. A los veinte minutos, yo ya estaba limpia y la ropa también.

Salí de la ducha y sequé el cuerpo y cabello; me vestí con ropa interior limpia y una remera grande, que me llegaba un poco más arriba de mitad del muslo. Era perfecta para dormir. 

Me miré al espejo: hacía mucho tiempo que no chequeaba mi aspecto. Al rededor de mi cara habían varias lastimaduras pequeñas, seguramente me las habría hecho al abrirme paso por distintos árboles. Pasé las yemas de mis dedos índice y anular por ellas; no se sentían muy profundas.

Cepillé mi largo cabello y dejé que se terminara de secar naturalmente, para no gastar energía en la secadora que había en el mueble de la pared. Colgué las prendas recién lavadas en el caño que sostenía la cortina de la ducha y aproveché para poder depilarme. Para cuando acabé, salí fuera.

Me dirigí al pasillo a explorar: encaminé mi rumbo a la zona de recreación para echar un vistazo.

El tacto de mis pies rozaba la alfombra del suelo, haciéndome recordar a mi habitación de Universidad; aquellos tiempos...

Fiestas, alcohol, diversión, exámenes, chicos, ropa de marca, lo importante de tener un alto estatus, los equipos deportivos, porristas, amigos. Se me podía considerar una típica "popular". Lo único que me preocupaba en ese tiempo era mantener un buen promedio en mis notas, conseguir un lindo novio y mantener mi armario repleto de ropa de la última temporada de las marcas más prestigiosas. Era una la niña mimada de mis padres, mantenida por ellos, obviamente. Cuando fallecieron en aquel trágico accidente, bajé a la tierra y salí de la burbuja en la que estaba encerrada. Abandoné mis estudios, a mitad de ellos, para salir adelante con mi hermana mayor. Cambié completamente desde aquel día. No compré más ropa a menos que sea necesaria, no volví a tener una relación, no volví a ninguna fiesta. Me transformé en un adulto maduro, instantáneamente.

Un portazo me quitó de mis pensamientos; Shane había salido de un cuarto, rojo de ira y con un arañazo en su cuello.

-¿Estás bien?-le susurré por la confusión mientras pasaba velozmente a mi lado, sin prestarme atención.

Troté a la puerta por donde salió y entré a la habitación: Lori, shockeada, con lágrimas en los ojos.

-Lori, ¿qué ha pasado?-le pregunté mientras alzaba mis cejas, aún más confundida. Ella no respondió, sino que se acercó a mí y me abrazó. 

-Shane y yo...-sollozó-peleamos. Es eso.-me soltó y adoptó una pose erguida, tratando de no verse débil.

-¿Quieres hablar sobre ello?-le ofrecí apoyo moral mientras nos sentábamos en un sillón.

-Oh, no. Está bien.-trató de soneír y asintió. Comprendí que quería olvidar lo que sucedió así que me propuse cambiar de tema. El lugar tenía una biblioteca muy extensa, así que me dirigí a buscar algún libro. 

Entre la variedad de tamaños, temas e, incluso, idiomas, encontré uno interesante.

Leí la contratapa y ojeé un par de hojas: era un libro erótico.

-Eh, ten Lori.-le lancé la recopilación de hojas al regazo.-Diviértete un rato.

Ella frunció el ceño y miró el título del libro y ojeó la contratapa, al igual como yo había hecho. Me miró y comenzó a reírse, provocando que yo también lo haga.

-Venga, dime si no es una buena idea.-le quise hacer admitir y volvió a reír.

-Me parece que tú deberías leerlo con Daryl, sería más apropiado.

No pude creer lo que había dicho y comencé a carcajear por la estupefacción más que por lo divertido, además de que mis mejillas se pusieron rojísimas.

-Oh, no te hagas la confundida.-movió una mano en el aire de forma coqueta.-Ya todos nos dimos cuenta.

-¿Todos?-pregunté y volví a reír, sin saber qué hacer.

-Despues de aquel beso...-sentenció Lori y abrió sus ojos, dándome a entender. Volví a reír. Me encaminé a ella y me senté a su lado, no sin antes haber tomado un par de libros que parecían interesantes.

-Dudo que Jenner los extrañe...-señalé con la mirada a lo que había hurtado. Ella sonrió y negó un poco con la cabeza, divertida. Luego, puso el libro erótico sobre mi botín.

-Guárdalo por mí.-me pidió. La miré, abrí mi boca y luego reí de forma descontrolada, al igual que ella.

-Está bien, está bien.-levanté mis manos-Pero esta será la única vez que robe por ti.-Ambas reímos un poco más y luego callamos. Ya seria, Lori dijo:

-Gracias.

-Oh, no es nada. Es solo un libro.-le resté importancia.

-No, en serio. Gracias por todo. Por divertir a Carl, por ser buena conmigo, con el grupo. Gracias.

-No es nada, Lori.-le sonreí y luego me abrazó. Cerré mis ojos, e imaginé que ella era Victoria.

Apocalipsis Zombie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora