Jenner nos llevó a una sala a parte a unos pasos de distancia. Parecía un salón de clases por la pizarra blanca llena de fórmulas, las largas mesas con sillas y el escritoorio.
Nos dirigimos a las mesas blancas en pequeños grupos-Daryl se posicionó a mi lado, no siendo sorpresa- y nos sentamos. Jenner se dirigió al escritorio y apoyó sus manos en él.
-Les tomaré las muestras de sangre.-sonrió para mostrar cordialidad.
-¿Dolerá mucho?-preguntó Sophia. Apenas di vuelta la cabeza y la miré: tenía aquella típica expresión, de miedo y angustia. Parecía que su cara se había deformado permanentemente. ¿Es que no podía quitar aquellas arrugas de su frente? No había una razón exacta, pero esa chica me resultaba sumamente fastidiosa.
-No, niña. Es como la picadura de un mosquito.-dije de forma cortante para que deje de quejarse. Ella asintió con la cabeza y se refugió en los brazos de su madre.
El Doctor se sentó en una silla detrás del escritorio y sacó una bolsa de un cajón del mueble. Tenía agujas y jeringas sin usar. Le sacó el plástico a una de ellas, le colocó una aguja y comenzó a tomarnos muestras de sangre.
Para cuando nos ha atendido a todos, pasa como última paciente Andrea.
-¿Qué sentido tiene? Si estuviéramos infectados, estaríamos volando de fiebre.-dijo mientras se acercaba al escritorio para ser examinada. Jenner soltó una carcajada leve y clavó una de las jeringas en su brazo, para luego absorver la sangre de la chica.
-He roto cada regla del manual dejándolos entrar aquí.-confesó el Doctor-Déjame al menos ser cuidadoso.
Andrea revoleó los ojos, con una expresión de fastidio. ¿Todos estaban de malhumor cuando, al fin, encontramos un lugar seguro? Sé que todo se fue al infierno, pero, por Dios, ¿un poco de buena predisposición para pasar un buen rato es mucho pedir?
Al sacar la aguja de su brazo, la rubia se levantó de la silla y casi se desvanece.
-¿Estás bien?-le preguntó Jenner.
-No ha comido en días.-respondió Jaqui en nombre de Andrea, quien había llegado a asistirla.-Ninguno de nosotros lo ha hecho.
Jenner la miró atónito, como si fuese increíble el hecho de no comer en un par de días.
-Allá afuera no es un hotel cinco estrellas, doc.-bufé
Jenner nos había servido una exquisita y abundante cena con bastante vino tinto. Comimos a reventar y también tomamos demasiado.
Básicamente, estábamos todos volteados.
Estaban todos sentados en la mesa menos Daryl y yo. Nos encontrábamos ambos apoyados en una mesada. Él había puesto su mano en mi cintura y me "semi-abrazaba" mientras observábamos la mesa. Todos reíamos, era, literalmente, "la hora feliz".
-Ahora brindaremos por algo, así tenemos más pretextos para seguir tomando.-dijo Dale y rió bastante. Sirvió un poco de la botella de vino que se había apropiado en una copa, no sin antes derramar bastante del líquido en el suelo-Mmh... Déjenme idear algo.-dijo Dale mirando al techo tratando de aparentar una pose pensativa, muy exagerada.-Por las parejas felices-alzó la botella, en vez de la copa-por Lori y Rick, que su amor prevaleció a pesar de las adversidades, por que Rick pudo encontrarla en este infierno.-miró a la pareja y ambos sonrieron.- Y por...-no pudo terminar porque T-Dog lo interrumpió.
-Eh, Carl no tiene con qué brindar.
-Oh, cierto, casi se me olvida.-dijo Dale y fue a servirle a Carl, pero Lori puso su mano sobre el vaso plástico de su hijo. Dale frunció el entrecejo.-Sabes, Lori... En Italia los niños toman un poco de vino en la cena.
