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Eran las 10:17 de la mañana. Bajé corriendo las escaleras de los dormitorios y fui directo a la cocina. Me asomé un poco pero no vi a nadie, salí corriendo nuevamente, casi tropiezo con la alfombra pero logré retomar el equilibrio y seguí en mi carrera hasta que —¡zas!— choqué con Violet en la esquina del pasillo. Estaba tomando esa fea costumbre de topar con las personas en los pasillos, no era nada agradable andar por ahí golpeando gente por accidente, así no era satisfactorio.
Me levante rápidamente y le ofrecí mi mano para ayudar a levantarse.
—Perdón Violet.
—Está bien, no te preocupes —esbozó una cálida sonrisa—. ¿Por qué tan apurada?
—Estoy buscando a Will, ¿lo has visto? No contesta su teléfono.
—No, pero escuché que hoy es la simulación de mana —hizo una mueca pensativa—. Supongo que debe estar ahí.
Will no me había dicho nada acerca de una simulación de mana, claro que ayer no había hablado mucho con él, pero el tonto pudo por lo menos mencionarlo ligeramente.
—Oh, gracias —agradecí—. ¿Sabes dónde hacen esa simulación?
—De nada. Y no, solo se que la hacen fuera de la academia, tú sabes por eso de que el mana desintegra —apuntó la palma de su mano y sonrío—. Bueno, no vemos.
Violet se alejó casi corriendo, se veía que tenía mucha prisa. Por como estaba vestida y por la manera tan peculiar en la que había actuado, podía sospechar que hoy disfrutaría su día libre, no como el pobre de Will. No tenía idea de porque hacían las simulaciones los fines de semana, pero no me gustaba, eso arruinaba planes personales como ir a la casa de Ethan. No, no podía dejar que eso me detuviera, ya estaba demasiado cerca de encontrar algo útil como para que ahora los planes se cancelarán por la simulación. Tendría que ir sola, al fin y al cabo aún contaba con la ayuda de él para buscar.
Salí hasta la calle, y comencé a caminar a orillas de la carretera, no había una mejor forma de llegar a casa de Ethan que caminando, ya que no tenía otro medio. Autos pasaban y pasaban a mi lado hasta que uno se detuvo un poco más adelante. Me puse muy nerviosa.
Recordé la vez que caminaba a casa después de ir al cine yo sola, ese día se había estrenado una película de terror y obviamente fui a verla, ya que eran mis favoritas. Aquel día un tipo se detuvo de igual manera de la que lo había hecho el auto de ahora, el tipo descendió del vehículo y me ofreció llevarme a casa. Naturalmente me negué, pero aún así no me dejaba en paz. Ese día había sido el peor de mi vida. Para mi suerte yo estaba loca y el no lo sabía. Me desvíe del camino habitual a mi casa y me encaminé hacia un lugar que ya conocía, y que tenía un pequeño puente de unos tres o cuatro metros de altura aproximadamente. Cuando llegué a él, me asegure de que aquel extraño siguiera tras de mí para que presenciara lo que estaba a punto de hacer. Me acerqué al barandal y salté de él. Por debajo de este había una calle solo para peatones. Por suerte no me lastime ni nada, era buena para saltar y hacer locuras. El tipo bajo rápidamente de su auto y se asomó hacia abajo del puente. Le sonreí maliciosamente y le saqué mis dos dedos medios para después salir corriendo. Así es como logré escapar a un secuestró, o peor.
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Avril - 1998
General Fiction¿Qué pasaría si te dijeran que realmente no estás loca? Que en realidad la voz que has escuchado en tu cabeza todo este tiempo es real, que no eres tan normal como pensabas, y que eres portadora de una habilidad que muchos desearan y te querrán arra...