9. La Habitación Blanca

2.3K 275 28
                                    

***

Tick, Tock

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tick, Tock... Tick, Tock...

—Estúpido reloj, avanza más rápido —me quejé. Tenía tan solo la mitad de la cara fuera de las cobijas.

—Pero que carácter niña —me reprochó la enfermera con el ceño fruncido.

Estaba sentada frente a una pequeña televisión hasta el otro lado de la habitación.

La taladré con la mirada, y solté un ligero quejido.

Vieja amargada

Pensé.

El tiempo avanzaba demasiado lento, aún faltaba una hora para que Will llegara a casa y yo ya estaba demasiado aburrida. La enfermera se la pasaba quejándose de mí y yo de ella, literalmente era como si hiciéramos corto circuito.

Después de varios minutos más viendo el reloj, la puerta se abrió y apareció Denisse, sonriendo como siempre.

—Hola señorita, ¿cómo sigues? —preguntó sentándose a orillas de la camilla.

—Bien gracias —sonreí—, nunca me había sentido mejor —esbocé una enorme sonrisa, fingiendo una perfecta salud para que le dijera a la enfermera que me dejara ir.

—Creo que tampoco tendrás clase hoy ¿o si? —levantó las cejas.

—No lo sé —levanté los hombros—, pero me encantaría. Si quieres que vaya lo haré.

—Todo depende de como sigas —Denisse se giró hacia la enfermera y le preguntó— ¿Cómo sigue?

La enfermera me miro fríamente, retándome con la mirada.

—Pues aún tiene fiebre —dijo. Puse los ojos en blanco a espaldas de Denisse. La enfermera al verme bufó—. Pero si se la quiere llevar, llévesela.

Junté ambas cejas ofendida, pero a la vez contenta. Me gustaba salirme con la mía.

—Ustedes no se llevan muy bien, ¿verdad? —preguntó Denisse arqueando una ceja. Ella sabía perfectamente la respuesta, solo quería ver nuestra reacción.

—Es su culpa, cree que es la mejor enfermera, como si tuviese la habilidad del corazón de lobo —reproché sin pensar, y crucé amabas manos.

—Óyeme niña...

—¿Corazón de lobo? —interrumpió Denisse.

En ese momento me di cuenta de mi estupidez. Nunca debí mencionar el corazón de lobo frente a ella.

—¿Qué sabes del corazón de lobo? —preguntó borrando su sonrisa y juntando ambas cejas.

No confíes en ella.

Avril - 1998Donde viven las historias. Descúbrelo ahora