Derek
Llegué a las cuatro a la empresa, le mandé un mensaje a Abi avisándole que ya estaba aquí. Mientras esperaba a que bajara, me puse a coordinar el día siguiente. Creo que pasaron unos veinte minutos cuando la puerta de mi camioneta se abría y el olor a flores de Abi llenaba el lugar
—Hola—me dice y luego me da un beso. Pero no un simple beso, sino uno lleno de deseo, obviamente no perdí el tiempo y le seguí. Tomé su mejilla y la atraje más a mí
Su lengua buscando la mía. Bajé mi mano hasta su pierna y la fui subiendo poco a poco hasta llegar al inicio de su ropa interior. Antes de subir más su mano me detuvo y luego su boca dejó de besar la mía
—Aquí no—dice con su voz agitada
—Tú empezaste—le digo. Me da una sonrisa pícara
—Te extrañé, es todo
—Y yo a ti, sobre todo porque estoy muriendo por quitarte este vestido–su risa me alegra
—Ya te dije que hasta en la noche—coloco mi cabeza en el hueco de su cuello y hago un sonido lastimero
—Falta mucho para eso
—Si salimos ya podemos regresar temprano —levanto mi cabeza y le doy un beso en la nariz
—Vámonos entonces—digo y salgo del estacionamiento. Abi suelta una carcajada
***
Llegamos a la casa de sus padres media hora después. La casa es realmente bonita, de dos plantas, con muchas flores en el jardín delantero, y de un color bastante llamativo
— ¿A tu madre también le gusta el verde? —Le pregunto tomando su mano, mientras avanzamos por el camino de piedras hasta llegar a la entrada de la casa, escucho su risa
—En realidad no, mi mamá salió de viaje un fin de semana y mi papá aprovechó para pintar la casa y darle una sorpresa, ya que llevaba mucho tiempo pidiéndoselo. Se fue a la tienda y regresó con este horrible color. Ya te imaginarás el sermón que le dio mi madre cuando volvió —termina por decir y mira la casa—a mí me gusta el verde, pero no este tipo de verde, sino como el de mis ojos
—Tus ojos son hermosos—le digo y le doy un beso en la mejilla
—Gracias
—Creí escuchar voces —dice Henry abriendo la puerta y viéndonos
—Estaba contándole la historia del color verde de la casa—le contesta Abi caminando hacia él y poniéndose de puntillas para abrazarlo—Hola papá
—Hola pequeña. No le menciones a tu madre eso, porque ha estado molestándome con eso para que cambie el color. ¡Ya le dije lo difícil que es conseguir un buen ayudante! O son flojos o cobran muy caro
—Yo le puedo ayudar—me ofrezco, Abi me voltea a ver
— ¿Tu pintas?
—Me ofendes nena, en las reparaciones de los condominios a veces he tenido que ayudar—digo
— ¿No te importaría? —menciona Henry
— ¿Que están haciendo aquí afuera? ¿Por qué no pasan?—dice Mary llegando hasta nosotros
—Derek me está diciendo que él puede ayudarme a pintar la casa, para que así dejes de estarme jodiendo mujer—le dice a su esposa. Mary le da un manotazo en el brazo
—No me hables en ese tonito Henry Matthews —le riñe y luego se dirige a mí. Trato de ocultar una risa— ¿En serio harías eso Derek?
—Por supuesto. No sería ningún problema. Es más si gusta podemos hacerlo este mismo sábado—sus ojos se amplían y luego camina hacia mi abrazándome. Lo hizo tan rápido que no me dio tiempo de levantar mis brazos, por lo que se encuentran a mis costados siendo apretujados por una Mary muy emocionada

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Solamente Tu
RomanceAbi ha estado enamorada de Derek por siete años, siete años donde lo ha visto pasearse con infinidad de mujeres, todas salidas de revistas de moda, logrando que su sueño de que él se enamore de ella solo sea un deseo que cada vez se convierte en alg...