CAPÍTULO 22.-segundo fragmento

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11 años atrás...


—¡¿Porque llegan tarde?!—Alan le grita a Oliver y a Matt que llegaban con ojos soñolientos a la puerta de su escuela.

—¿Se puede saber porque llamaste tan temprano?, casi me caigo de mi cama cuando mi ama de llaves toco muy fuerte la puerta de mi cuarto para que te conteste—se quejó el joven príncipe.

—Sí, mi mamá se molestó que llamaras a la 5 am a la casa— Matt sacudió su rubia melena.

—Mi papa dice que me va a comprar esos teléfonos móviles que se han puesto de moda entre los humanos para que solo me molestes a mí—hablo Jaime acomodándose los lentes.

—Mi papa dice que esos teléfonos dan cáncer al cerebro—dijo Alex, realmente le había asustado esa información

—Mira les dije que llegaran temprano porque tengo algo demasiado importante que enseñarles ¿no es cierto Alex?—hablo emocionado Alan ignorando por completo las quejas de sus amigos.

—Sí,está genial—le respondió su gemelo.

—¡Enséñalo rápido!—grito Matt muy impaciente e irritado.

—Síganme— les ordenó Alan.

Se dirigió al ático de la escuela, no quería que nadie mirase lo que iba a enseñar.

—Ahora prepárense a ver algo espectacular—dijo dramáticamente.

—¿Puedes dejarte de tonterías?—hablo Oliver cansado.

Alzó su mano derecha y cerró los ojos, se la palma de la mano salió una llama.

—¿Qué mierda?—Matt retrocedió algo asustado.

—¿Es un truco de magia o qué?—preguntó el príncipe Oliver maravillado.

—¡Oh por la diosa luna!¿es tu poder de demonio cierto?—dijo Jaime, repasando mentalmente las veces que había leído en libros que ciertos demonios podían dominar el fuego.

—¿Cómo supiste?—pregunto Alex.

—Porque es un cuatro ojos sabelotodo—se burló Alan.

—¿No se supone que tienes que tener 18 para tener poderes al igual que transformarte?—preguntó Oliver extrañado.

—Eso creía, pero hoy soñé con fuego y que me quemaba, cuando me desperté mi cama se incendiaba—respondió Alan cerrando su puño.

—Menos mal tengo un extinguidor en la habitación—dijo Alex.

—Ahora mi padre va hacer que Alex se mude de cuarto porque según él "soy muy peligroso para mi hermano"—se quejó Alan, nunca había estado separado de su gemelo.

—¿Ya te puedes transformar?—preguntó Matt, ya más calmado.

—No,para eso si tengo que tener 18—le contestó.

—¿Y cuánto puedes hacer con eso?—le preguntó Oliver, apoyándose en la pared.

—Bueno hasta ahora también puedo hacer que un punto distante a mí se incendie ¡miren! —Alan señaló la lata de soda vacía que había en el ático.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora