CAPÍTULO 3.-segundo fragmento

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Al llegar a la mansión fui a la cocina, sujeté dos botellas de vodka y me encerré en mi cuarto. No quería saber nada del mundo, me quería morir de solo recordar a Rosali golpeándome. No podía más, no sé cuánto pasó, pero lo último que recuerdo es terminar las botellas de vodka.


***


El sol entraba por mi cuarto despertándome, abrí mis ojos descubriendo un horrible dolor de cabeza. Mire la hora y eran las 11am, era muy tarde para ir a la prepa, pero no me importaba.

Me arrastre hacia la cocina.

—Pero, mira quien despertó, ¡El llorón de la manada!

Me saluda dulcemente Alan, mientras ayuda a Alex a cocinar, o eso disimulaba.

—Alan, si no quieres que te corte la cabeza, cállate —le respondí abriendo la refrigeradora y sacando jugo.

—Y yo que pensé que te levantarías temprano a buscar a Rosali, después del calmante que tuvimos que dispararte anoche —habló Alex.

—¿Calmante? —Lo mire con extrañeza—. ¿De qué mierda hablas?

Alex cada día está más loco.

—Del calmante que te disparamos ayer en la noche cuando te trajimos a fuerzas porque no querías dejar a Rosali —me explica.

—¡¿Qué?!

Escupí jugo cuando escuché a Alex. ¿Yo anoche fui a ver a Rosali?

—¿No te acuerdas que cuando Matt te dijo que Jeremy es el hermano de Rosali, por conexión mental, saliste de la casa sin que nos diéramos cuenta y búscate a Rosali? —Alex me miro confundido.

—¡¿Jeremy es el hermano de Rosali?! —Entre en pánico—. ¡¿Yo fui a buscarla borracho?!

Empezó a gritar y a golpearme la cabeza.

¿Qué mierda he hecho? ¡La he jodido en grande!

—¿Qué carajos pasa? —entró Matt un poco asustado a la cocina con Jaime—. Oh, Oliver, ¿sigues mal? Viejo, lo siento por dispararte ese dardo tranquilizador, pero ayer estabas insoportable y muy loco. ¿Cómo te pudiste tomar dos botellas de vodka solo? —dijo Matt muy tranquilo.

Cálmate, por favor, cálmate y respira. Todo debe tener una explicación. No los mates, ellos son importantes para ti.

—Chicos, me pueden decir, por favor, ¡¿de qué mierda están hablando?! —exploto—. ¡Ayer tomé, después me dormí y no recuerdo nada de lo que están hablando! —dije gritando.

—Creo que deberías calmarte y seguirnos a la sala para hablar apropiadamente —dijo Matt.

Todos pasamos a la sala y me senté al frente de todos.

—Bueno, esto es difícil de explicar, cabe recalcar que en serio no pudimos darnos cuenta de que te saliste de la casa...— empezó Jaime.

—Déjate de rodeos, Jaime. ¡Yo se lo diré! —lo corto Alan impaciente—. Ayer te embriagaste. Cuando Matt venía de la escuela te dijo por conexión mental que Jeremy era el hermano de Rosali y claro el imbécil no sabía que estabas borracho. Tu saliste por la ventana a buscar a Rosali, la verdad es que no sé cómo carajo encontraste su casa, pero lo hiciste. Armaste un show, te pusiste a llorar, le dijiste un montón de tonterías y no la querías soltar. La verdad me diste vergüenza ajena, yo que Rosali llamaba a la policía y te tiraba un balde de agua fría para que se te pase la borrachera. —Todos lo miraban mal —.¿Qué? ¿Quieren que le mientan?, ayer estuvo del asco.

Cerré los ojos y suspiré.

No solo me vasto golpear a su hermano, también la fui a buscar a su casa borracho.

Si antes me odiaba, no sé qué siente ahora.

—¿Cómo me encontraron? —pregunté más calmado.

—Te llame al celular después que llegue a la casa y no te encontré en tu cuarto. Rosali me contestó y fuimos a buscarte —me explica Matt—. Cuando llegamos, no la querías soltar, tuvimos que traerte a casa con engaños. Como no te querías calmar, te disparamos un dardo tranquilizador y te devolvimos a tu cuarto.

—¿Ella les dijo algo?

—Supuestamente hoy ustedes hablarían en la preparatoria, pero tú no te levantabas. Ulises nos dijo que el tranquilizador era muy fuerte —habló Jaime.

—Pues ya me voy —dije y me levanté para cambiarme.

Si me apuro puede que llegue para la salida.

—No te preocupes, le dije a José que la traiga a la salida —dijo Matt.

Pare de caminar y miré a Matt.

—¿Quién es José? —cuestione.

—Su ex —dijo Alex.

Alan le dio un golpe en la cabeza y a mí la furia se me subía a la cabeza.

—¡¿Cómo?!

—Oliver, cálmate, es amigo mío y él ya no quiere nada con ella —habló Matt sin darle importancia—. Además, le parece buena idea que tu hables con ella para aclarar todo. Al parecer el odia a su hermano y le caes bien por haberlo golpeado.

Cuando estaba a punto de contestarle a Matt pude sentir el aroma de Rosali y de un extraño.

Cuando sonó el timbre entre en pánico.

— Chicos, háganla pasar, yo me voy a cambiar. ¡Ni loco dejo que me vea en estas fachas! —dije para después salir corriendo hacia mi cuarto escuchando la risa de mis amigos.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora