No la quiero perder

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Visualizo el lugar donde me encuentro, la decoración quedó exquisita con el toque de lindas luces tenues que ambientaban el lugar. Mesas en varios lugares y ¿Por qué no? Una mesa llena de exquisitos aperitivos dulces a base de chocolates. Mis favoritos, y también los de Matteo. Son chocolates de receta secreta, a veces los comparto con el cuando mi abuela me envía. Vamos que no parezca que nos llevamos bien no quiere decir que estemos todo el tiempo peleando.

—¡Chicas!—. Me acerco a ellas con una sonrisa enorme, tan grande como la de Joker.

— ._. No discutiremos una vez mas lo exagerada que eres—.

—Lunita, ya pensaba que no venias, tenemos rato esperando—. Habla Ambar— ¿Qué hacias?.

—De seguro dormida— Ríe Nina.

—La verdad sí, tienes razón Nina. Estaba dormida— Admito.

—Bueno, bueno. La perezosa de la familia decidió aparecer— Esa voz irritante, ya decía yo que faltaba algo.

—¿Ahora qué quieres, Matteo?— Rezongo.

—Sólo quería ver como la estaban pasando— Sonríe.

—¿Tú? Ja — Respondo con sarcasmo y me cruzo de brazos— A ti solo te importan las cosas que te beneficien. Así que dime de una vez que quieres y no me amargues la noche.

—Luna, cálmate— Pide Gastón.

—¿Cómo quieres que me calme?—Empiezo a quebrarme poco a poco— Mi madre esta a pocas horas de subir a un avión— La señalo con mi brazo izquierdo ya que se encuentra a tan solo unos metros de nosotros—. Justo en una de las naves en las que perdí a mi padre—Entro en panico en tan solo pienso en ello—¿No te das cuenta el peligro que corre?—.

—Vamos Luna, Matteo no es el culpable es esto—.

Sé que Matteo no es el culpable, pero solo necesito sacar la ira que llevo dentro. No sé si llamarlo ira realmente siento impotencia de no poder evitar que mi madre suba allí, con mucho miedo de perderla así como perdí a mi padre...

—Sólo no quiero perderla, no quiero mas dolor...— Mi voz se quiebra saliendo en un hilo y las primeras lagrimas son expulsadas de mis ojos directo a mis mejillas— Necesito tiempo a solas.

Dicho esto me largué hacia mi habitación donde estaba no hace mucho, cierro mi puerta con pestillo deseando estar sola. Me lanzó a mi cama hecha un mar de lagrimas y me cubro con la almohada.

Waybye no tarda en aparecer seguramente estaba en su cama, que esta al lado de la mía... Es lo único que me queda de mi padre.

Es la única que esta cuando estoy de está forma; Sin nada ni nadie.

Así es la vida, son tus amigos cuando necesitan de ti.

—Querida, odio que estés así. Cuesta admitirlo pero ahora soy parte de ti y es como si yo también estuviera herida—

Escucho que tocan mi puerta y solo quedo en silecio con mi mascota en brazos. Necesito estar sola, sin tener que hablar con nadie. Y estoy segura que eso no funciona con personas a mi alrededor.

—Déjenme sola, por favor— Suplico en un tono bajo, pero lo suficientemente alto como para que la otra persona escuchara.

—Luna, somos Ámbar y Nina, dejamos entrar— Escucho la cálida voz de Ámbar, de una forma tan serena que es casi irreconocible aquel tono.

Lentamente dejo a WayBye a un lado y marco un pequeño camino a la puerta. Abro esta y al instante las abrazo. Ellas no dicen nada y me devuelven un fuerte abrazo.

Viviendo Con Los Balsano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora