Viviendo Con Los Balsano.

Resfriados

Salí de ducharme busqué mi maleta y saqué a Matteo a los golpes de su habitación para vestirme.

Difícil de sacar. Pero todo de buena manera

Aunque no entiendo por qué gritaba: YA, DEJA DE PEGARMEEEE, NO ME GOLPEES POR FAVOR.

Está loco, jaja.

...

Bajé las escaleras para ir a buscar mi celular.

Lo tomé y le escribí un texto a Nina para que viniera y así hacerle el favor a Gastón.

"Ven a casa de los Balsano, tengo libros para ti"

Creo que eso funcionaría.

Fui a la cocina y saqué algunos ingredientes, los puse arriba de la isla, busqué bowls y preparé panqueques, deliciosos panqueques.

Tomé dos platos y dividí los panqueques ya listos para dos personas. Sé porque lo hago.

Abrí una de las puertas de la cocina y me encontré con algo que parecía ser miel de maple.

Les agregué a los panqueques, los escondí en el microondas y lo siguiente que hice fue decir:

—Voy a preparar unos panqueques para mi sola—.

Estoy segura que lo dije bajo, pero alguien escuchó. Perfecto.

—LUNITA DE MI VIDAAAAA.— Se escuchaba cada vez más cerca. Gastón nunca cambiará. Venía corriendo por las esclaras, como siempre.— ¿Sabías que te quiero mucho?.

—Sí, claro.— Respondí inocente y asintiendo de forma un poco rápida pero precisa.

—Y que eres la cosa más adorable que conozco en este planeta.— 

Cuando le conviene lo soy, cuando no grita que es Nina.

Su sonrisa solo se agrandaba más mientras hablaba.

—Y que...—

—Sí sí, ya sé que me escuchaste decir lo de los panqueques.—Lo interrumpí. Abrí el microondas y él me miraba confundido.— Ya los hice, y también hay para ti—.

JURO POR WAYBYE QUE VI SUS OJOS BRILLAR Y ECHAR FUEGOS ARTIFICIALES.

— TE AMOOOO.— Gritó, y al instante se escuchó a Matteo cantar desde arriba:

—TRAI-CIO-NERO, EN MI VIDA FUISTE PASAJERO, MENTIROSO, NO ME IMPORTA QUE MAÑANA MUERAS— ¿Indirecta? ¿Dónde?.

Miramos hacia las escaleras pero lo ignoramos.

—Aún no entiendo por qué se llevan tan mal.— Dice dando un bocado.

—¿Sabes? A veces yo tampoco lo entiendo, no todo el tiempo estamos de perros y gatos, pero sí me gustaría llevarme mejor con él. Aunque es un pesado, un total pesado que tiene novia nueva todas las semanas.— Digo fastidiada.

Gastón se queda en silencio por unos momentos intentando contener la risa.

Pero fracasa y se ríe.

— Alguien está celosaa, alguien está celosaa.— Canturrea.

—¡Claro que no! Sólo que piensa en esas chicas, les debe destrozar el corazón.—

—O mejor dicho, te debe destrozar el corazón— Ríe otra vez— Acéptalo, pagarías la fortuna que te dejó tu padre por ser una de esas chicas.

—SÍ, ACÉPTALO LUNA.— Se escuchó el grito de Matteo.

—¡Dejen de molestar!— Dije ya fastidiada.— Me gusta un chico pero ni en sueños sería Matteo.