Asuntos Legales y Karen

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La rubia plástica se acercó un tanto fastidiada.

—Estúpida.—

«Ridícula, sólo mírala.»

Al parecer se está aprovechando la atención de mi amigo para mover sus caderas a todo dar.

—Rubia barata.— Susurro.

—¿Sí?.— Habla CREYENDO que tiene autoridad.

—A esta chica se le nota de lejos que no tiene ni idea de quiénes son los Valente, sólo miren cómo se viste. Y aún así pretende acercarse a un Balsano. Que poco sentido común guardas,  Barbie barata.—

« No calza a medida de un Balsano, Matteito ¿A qué pretendes jugar? ¿Quieres una rebaja en termómetros? Mujeriego de mierda.»

La ira empieza a correr por mi cuerpo sin sentido alguno.

—Necesito unas cosas, más específicas, estas de aquí.—Le muestro la lista.— Y unos termómetros, dos, ¿Sabes contar cierto?. Porque hasta parece que leer la lista se te complica.— Sonrío maliciosa.

—Uuuh, golpe bajo, te amo. BARDOOOOO,—

—Y a ti se te complica el sentido de la moda.— Responde con un toque de molestia que no deja mostrar. Matteo debe estar muy entretenido ahora mismo.

De reojo puedo ver a alguien obsesivamente obeso acercarse a Matteo con un carro muy parecido al de Gastón y mio.

Olvidenlo, sí es Gastón.

—¿Disculpa? ¿Si quiera sabes con quién hablas?.—Me hago la ofendida.

—¿Con una mendiga?.—Matteo se acerca y pasa su brazo por sobre mi hombro.

La furia me consume por dentro.

—Con una Valente.—Contesta por mí.— Dueña de una importante marca, si no es molestia, llevamos prisa.—Le indica con su mano el camino hacia las medicinas.

Lo miro, quito la capa que suéter que cubro mi boca, y le sonrío mientras el me observa atentamente.

—Gracias.—Susurro.

—No hay de qué, pueden insultar a Luna, pero no al apellido Valente.—Sonríe.

Detrás de él aparece Gastón o debería decir, bola con piernas.

—Calla, tu luces igual y nadie dice nada. Además Gastón es guapo—.

—¿Cómo va la fiebre? ¿Y los termómetros?—Pregunta Matteo.

Le doy una morada rápida a Gastón.

—¿Se revelaron y decidieron huir?— Sonrío inocente. Me da una mirada de esas que suelo llamar "Dime la verdad, ridícula".— Los rompimos de camino hacia acá.

Llegó la prostituta barata y dijo.

—¿Termómetros plásticos o de vidrio?.—Su tono no era para nada amable.

—Los de tu especie.—Sonrío falsamente.

—Contrólate, cariño♥—.

Viviendo Con Los Balsano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora