Viviendo Con Los Balsano.

Juntos de nuevo.

-Matteo Balsano es solicitado con urgencia, repito el joven Matteo Balsano es solicitado con urgencia -pedí que anunciaran en la tarima.

No lo veía desde hace más de media hora y necesitaba ir al baño antes de que un accidente ocurriera.

Luego de unos dos minutos de espera llegó a donde yo estaba.

Ebrio.

-¿Cuánto bebiste? -pregunté en un regaño, o mejor dicho ¿qué bebió?

Hasta donde tengo razón de existir, Matteo nunca lucirá con rastros de alcohol.

-Un muchito -respondió arrastrando sus palabras.

-¡Matteo! -reprendí e iba a continuar hasta que recordé para qué lo llamé- ¿dónde está el bolso?

-¿Qué bolso? -preguntó.

-¡EL QUE TE DI!

-¿Qué droga? -oh por Dios.

Lo dejé solo y recurrí a la chica que siempre está preparada para cualquier situación del mundo mundial.

Ámbar Smith, la rubia lista.

-Ten -sacó algo similar a un estuche de maquillaje y me lo entregó luego de que le explicase lo sucedido- todo lo que necesites está allí.

Le agradecí y corrí al baño.

(...)

Luego de despedir a todos los invitados junto con mamá fuimos a casa de los Balsanos.

Llegamos casi a las ocho de la mañana y junto con mis mellizos quedamos profundamente dormidos en la cama de Gastón; la que quedaba más cerca.

Mamá tendría el vuelo con horas de retraso así que no se iría hasta la noche.

03:12 p.m.

-Arriba, no hay tiempo que perder -escuché el ruido de la puerta siendo abierta e intenté cubrirme con la sábana.

Imposible, Gastón dormía a me lado y a su otro lado estaba Matteo, yo ocupaba un décimo de espacio, ellos el resto.

-Ten, lo que me pediste -escuché a la mamá de los mellizos.

Sentí el silencio por unos segundos hasta que...

-¡YA LEVANTENSE GUSANOS! -gritaron ambas por un megáfono e instantáneamente el agua fría y hielos recorrieron mi cuerpo sobresaltándome.

-¿QUÉ PASÓ, QUÉ PASÓ, QUÉ PASÓ? -repetía continuamente Matteo quien también estaba empapado.

-Mamaaaá -comenzó a llorar Gastón.

-Silencio -ordenó ella- hoy tendremos a Mónica luego de tanto tiempo, así que no desperdiciaremos este hermoso día.

-Por supuesto que no, haremos un cálido día de picnic y luego saldremos a cenar, al carajo la reunión que tenía.

No sabía si reír o llorar.

(...)

Ayer luego de despedir a mamá en el aeropuerto nos dimos cuenta de lo tarde que llegamos a casa, y que el no teníamos ni una pizca de sueño.

Como resultado obtuvimos unas ojeras infinitas y a Gastón quejándose de que no pudo tener su "sueño reparador".

Sin contar que no podemos casi ni pestañear en la clase del profesor Vega y dormir definitivamente está en nuestros planes.