Viviendo Con Los Balsano.

Regalos

Una vez más estaba en el laberinto infernal pero esta vez con chicas.

A decir verdad ya estaba más calmadita que ayer con Matteo.

Aprovechando que él no está también le compraré su regalo.

Obvio antes daríamos una vuelta por el área de comida sugerida por mí, una por el de música sugerido por Yam, una por el de ropa y zapatos por Ámbar y por ultimo el de libros por Nina. Luego de ello sí iríamos por los regalos.

—¿Tienen idea de qué le podamos regalar a Matteo? —pregunté.

A diferencia de Gaston, a él lo conocía más, tenía una personalidad más definida en cuanto a gustos se trataba.

Así que o era una guitarra o era Gastón.

Creo que son las dos cosas que más le gustan.

Okay basta de bromas.

—Pensaba en los discos de vinilo de Bruno Mars, se los podemos dar en nombre de todas y aparte le compramos algún reloj y así no anda tan perdido —sugirió Ámbar.

Hablando de ella...

—Tú y Simón, eh —la codeé mientras tomábamos las escaleras automáticas.

Ella sólo intento disimularlo con una risa y se sonrojó un poco.

Creanme, nunca en mi vida la había visto así de rosada.

—Sólo salimos unas veces —aclaró.

—Pero te gusta, wuuuuu —burlé.

—Ay ya no te hagas ¿quién es tu chico especial, Lunita? —preguntó ahora ella.

—Yo sí puedo decir con seguridad que nadie. Tú tienes a Simón, Nina a Gaston, Yam a Ramiro, Jim aunque ya no esté con nosotras tiene a Nico. Creo que me casaré con la comida —dije aquello último con tono serio.

—Sólo diré que para mí, tendrás como hijos fresas... ya sabrás por quién lo digo —Yam entró en nuestra conversación.

Ni puta idea a lo que se refiere.

—Tonta.

Dimos vueltas por el centro comercial y ya había llegado la hora de ir por los regalos.

Luego de aguantar a Nina fangirleando por sus quince libros nuevos que según se los acaba todos este mes.

Luego de aguantar a Yam tocando cada guitarra y piano que veía.

Luego de aguantar a Ámbar diciendo que nos probasemos ropa que nos quedaría “di-vi-na”.

Esperen esto me suena familiar...

Gaston: —di-vi-na.

Ah sí, ya me acordé.

A veces dudo de su heterosexualidad.

Llegamos a una tienda de música.

Rápidamente antes que Yam se distrajese tomé los discos de Bruno y unos cuantos de Shawn y 1D para mí, pagué y salimos.

Entramos a otra librería a ver que encontrábamos para el otro mellizo

—Gastón me comentó que él quiere conocer Milán, quizá podamos regalarle un viaje allí —sugirió Nina.

—No gastaré mi fortuna en un viaje al que no iré —respondí.