M. Balsano 💕.

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Matteo.

-¡¿Por qué la dejaron irse?! -grité enfadado.

-Matteo baja tu tono de voz, no es nuestra culpa en primer lugar, es la tuya -Gastón es a quien menos quería escuchar.

-¿Yo? -reí levemente- no soy quien bailó descontroladamente y muy atrevido con mi supuesta mejor amiga.

-Yo no soy quien enloqueció por celos -contraatacó.

-AAAAAZOPOTA MADRE -interrumpió Simón.

-Si realmente quieren encontrarla antes de que tus papás se den cuenta, tienen que unirse, no pelear entre ustedes -nos dijo Ramiro.

-Lo siento, pero prefiero hacerlo por mi cuenta antes que trabajar con él -lo sañalé y seguido de eso salí de la casa.

Quizá todo fue mi culpa.

Me siento tan culpable por haber sido tan rudo con ella, no lo merecía.

Si hay una cosa que aprendí de Luna es que ella después de todo nunca querrá el mal para nadie, siempre seguirá siendo la misma chica dulce y alegre.

Y que yo haya destruido su felicidad es simplemente devastador para mí.

La necesito.

Nunca le había abierto mi corazón a nadie, pero me enamoré muy niño, no sabía lo que pasaba dentro de mí.

No sabía porqué mis mejillas se teñían rojas al tener a "Nana" -como solía llamarla- frente a mí.

No había una explicación clara de porqué me enfadaba con mi mellizo sólo porque él tenía el privilegio de agradarle y yo no.

Luna era la única niña que podía tener a cinco centímetros de mi rostro sin sentir náuseas.

Ahora crecí y que no haya detenido aquellos sentimientos inocentes duele comí mil demonios.

A esto algunos le llaman infierno caminante, otros le llamamos vida.

A la corta edad de diez años solía llorar por las noches por la impotencia de no agradarle, no es que me odiara, pero algunas veces era mejor no estar juntos. No podíamos durar quince minutos sin pelear.

No recuerdo cuando exactamente inició la rivalidad, lo único que sé es que deseo que nunca hubiera comenzado.

Amo a Luna, me enamoré de una Valente, lo acepto.

Pero amar a veces duele.

Cuando teníamos doce años le había hecho una pequeña carta donde le decía lo linda y simpática que es, aún la conservo, sólo que no recuerdo donde. Recuerdo que al final de la carta le pedía disculpas y le mencionaba lo arrepentido de que estaba por el hecho de no llevarlos bien. En una esquina había un texto donde le pedía con tanto cariño que fuera mi novia.

Pero también recuerdo llegar a su casa ese día y que entre ella y Gastón me hayan echado a patadas, me dijeran cosas horrendas y me hicieran llorar sufriendo en silencio hasta finalmente quedarme dormido.

En ese momento fue cuando ideé un plan, no podía seguir enamorado de Luna, que lo mejor para los tres era que yo me alejara aunque los celos me consumieran. Tenía que enterrar mis sentimientos en lo más profundo.

Tenía que dejarla ir.

Todo fue por miedo, todo fue mi culpa, y por ello justo ahora me encuentro caminando sin rumbo buscándola desesperado.

Llegué a una cafetería y tomé asiento, necesito primero tener calma y luego pensar.

Desayuné y tomé mi celular para intentar llamarla una vez más.

Viviendo Con Los Balsano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora