𝖧𝗈𝗀𝗌𝗆𝖾𝖺𝖽𝖾

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Laura se encontraba en la mesa verde, ya era costumbre y nadie le preguntaba sus motivos. Para ellos, la joven no era una leona, era una serpiente más.

- ¿Vas a hablar con Wood?-Preguntó Draco mientras observaba como Laura y Blaise se peleaban por un trozo de pizza.
- Supongo, quería hablar conmigo y hemos quedado a las siete y media, pero no tengo muchas ganas.-Se encogió de hombros tras darle un suave golpe al moreno.

Pansy llegó y trató de besar al platinado, pero este apartó la cara justo cuando Theo avisó que era hora de volver a clase. Laura caminó a las afueras del gran comedor y Malfoy corrió tras ella.

- ¿Podemos hablar?-Cuestionó él.
- Llego tarde a clase.-Respondió sin parar de caminar.
- ¿Te saltas clase conmigo?-La agarró del brazo haciendo que esta se diese la vuelta y clavase sus ahora rosas ojos en él.

La chica alzó una ceja esperando una explicación ante su petición.

- Podemos ir a Hogsmeade, recuperar el tiempo que no hemos estado juntos, quiero recompesarte el tiempo que estuve ocupado con los exámenes de verano.-Ideó Draco.
- Te veo en cinco minutos en el pasadizo, no me falles Malfoy.-Sonrió guiñándole un ojo.
-No lo haré.-Exclamó el mago corriendo al lugar acordado.

Laura negó con la cabeza riendo y fue a su habitación, quería cambiarse y dejar sus libros. Tenía mucha suerte de tener a alguien como Draco en su vida, la tranquilidad que le brindaba era increíble. Una vez cambiada, fue al pasadizo donde se encontraba el rubio esperando.

- Por un momento pensé que no vendrías.-Suspiró con alivio.
- Yo cumplo mis promesas.-Rió Laura.

Tras unos interminables minutos en el lugar, haciendo bromas y riendo, Draco se quedó callado.

- Si tú y yo salieramos, ¿sería como incesto?-Inquirió Malfoy.
- No tenemos la misma sangre, aunque nos hayamos criado como hermanos no sería incesto.-Rió ante el comentario de su amigo, realmente pensaba que estaba bromeando.
- Está bien, entonces... ¿Serías mi novia?-Preguntó de manera directa.

Laura paró en seco y miró a su acompañante con el pelo rubio y rosa, no tenía ni idea de cómo responder a eso.

- Draco, eres uno de mis mejores amigos y una de las personas que más quiero en este mundo, en serio, pero... Me gusta Oliver ahora mismo y no quiero arruinar nuestra amistad, lo siento en serio.-Se disculpó la chica.
- Hey tranquila, no malos rollos, somos amigos, respeto tu opinión, seguir teniendo tu amistad es lo que importa.-Le dio una cálida sonrisa y comenzó a andar de nuevo.
- Soy una Gryffindor, ¿por qué te gusto?-Cuestionó la bruja.
- Cuando entraste en Gryffindor y yo en Slytherin, me quedé bastante sorprendido, te miraba en la distancia y para mi nada había cambiado, eres esa francesa de la que sigo enamorado.-Informó Draco.

Laura sonrió y no volvió a hablar hasta que llegaron al nevado pueblo. La tarde se basó en burlas, risas, bromas y tonterias, no se dieron cuenta de las horas que habían pasado y se olvidaron por completo de volver al castillo. Se encontraban en las tres escobas, habían comprado golosinas para sus amigos y hablaban de lo que harían el fin de semana.

- ¿Qué hora es?- Cuestionó alarmada Laura.
- Creo que las siete y veinte, ¿por qué?-Respondió Draco.
- Mierda, había acordado verme con Wood en diez minutos.-Respondió mientras se levantaba bruscamente.

Al rubio le dolió la preocupación por el otro chico pero era su mejor amiga, y siempre la iba a apoyar, trató de calmarla diciendo que pagarían y se irían lo antes posible. Hicieron lo dicho y corrieron por el pasadizo por media hora aproximadamente, salieron del mismo con cuidado de no ser vistos y antes de marcharse, Laura abrazó a Malfoy.

- Gracias por esto, me encanta pasar tiempo contigo.-Sonrió ella para después correr en direccion al lago negro.
- Llegas tarde, bastante además.-Fue lo primero que pronunció el capitán.

La sonrisa de la bruja cambió drásticamente, su amigo no era como las serpientes o Draco, a él no le importaban sus excusas o sus problemas, solo quería vivir el momento, mientras que sus otros amigos se preocupaban por ella y hacían cada recuerdo inolvidable.

- He estado oc...-La interrumpieron.
- ¿Tirándote a Malfoy?-Alzó una ceja.

Un leve rubor adornó las mejillas de la chica y su pelo adoptó un tono rojizo, el mago habia escogido las palabras equivocadas.

- ¡No es mi problema que no te hayas dado cuenta antes de que existo y soy una chica Wood! Para ti siempre es mucho más fácil tratarme mal y enfadarte que admitir que he herido tu ego o simplemente que estás herido. ¿Por qué siempre es culpa mía, Oliver? ¿Por qué no puede ser tu culpa?-Exclamó Laura.
- Yo no tendría que enfadarme si no hicieses las cosas mal, Delacour.-Bufó Oliver.
- Olvidalo, es mi culpa por esperar algo de ti.-Rodó sus ojos antes de darse la vuelta y caminar nuevamente al castillo.

La metamorfomaga quería llorar, pero no podía, ella odiaba hacerlo y más en público.
Hay dos tipos de ira, la ira seca y la húmeda, esta última es cuando tus ojos no pueden soportarlo más y tu voz tiembla. Ella odiaba ese tipo de ira porque se sentía débil cuando lloraba mientras estaba enfadada, prefería la ira seca, cuando su cara estaba seria y su voz firme. Supuso que la ira húmeda demostraba que la razón de tu enfado te importaba demasiado y la ira seca demostraba que ya era el final.

Ya había anochecido y todos los alumnos se encontraban en el gran comedor. Laura no tenía ganas de cenar por lo que optó por subir a su habitación de manera directa, pero unas tibias manos la detuvieron al empujarla contra la pared.

- Eres mi cuento de hadas, ¿no te quieres quedar?-Susurró el desconocido en francés.

Delacour se mordió el labio al ver de quien se trataba y lo seductor que había sonado eso. Estaba mal utilizarlo para desquitarse, pero eran amigos, ¿que había de malo en ello?

𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora