𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}

𝘁𝗿𝗮𝗶𝗰𝗶𝗼́𝗻

Vueltas. Vueltas y más vueltas. Era lo único que podía hacer la ahora rubia en esos momentos, dar vueltas. Su humillación estaba siendo representada en su cabello y no podía evitarlo. Daba vueltas en la puerta del gran comedor, esperando a que el castigo que les había impuesto la profesora Umbridge a todos los miembros del Ejército de Dumbledore terminara. Había pasado más de media hora en la entrada, sus amigos tenían que ir a clase y ni siquiera estaban enterados de que la joven se encontraba ahí.

— Me duele todo.-La voz de un alumno de segundo curso hizo a la chica volver a posar su mirada en el lugar que había estado vigilando toda la mañana.

Los estudiantes empezaron a abandonar la sala y una vez casi todos ellos habían salido, escuchó los sollozos de un chico.

— No te preocupes, estarás bien, no volverá a tocarnos.-Pasó George una mano por la espalda del mago.

Se trataba de Henry Kepner de 1° año, estaba en Slytherin, Laura lo conocía muy bien, era familiar de Blaise.

— Ya ha pasado todo, se acabará yendo.-Trató de ayudar Fred.
— ¿Estás bien Henry?-Habló la joven acercándose.

La cara de los gemelos y Lee cambió al oír su voz, no querían verla.

El chico asintió con lentitud y agradeció a los Gryffindor por la ayuda. Abrazó a la francesa con fuerza y se marchó a su sala común.

— George, Lee...-Dijo Laura al ver cómo se alejaban.
— Déjame en paz.-Respondió Lee, desapareciendo de su vista tras cruzar la esquina del pasillo.
— Fred... Por favor.-Se mordió el labio, no quería hablar, no quería que él escuchase como su voz se rompía al hablar.
— Nos has traicionado.-Se giró para mirarla.-Nos has traicionado, a mí y a todos, yo confié en ti y tú rompiste nuestra promesa. Tú eras mi mejor amiga, Laura, mi persona favorita, traté de excusar tu comportamiento, de creer que solo hacías esto para protegernos, pero estaba equivocado.
— ¡Lo hice para protegeros! Yo nunca te traicionaría, lo siento tanto, me siento avergonzada y humillada por la manera en la que ella me utilizó para sacarme la información que quería utilizando Veritaserum.
— Deja de buscar excusas.-Gritó Fred con frustración.
— Te estoy diciendo la verdad.-Respondió en el mismo tono.
— Eres muy lista como para que te den Veritaserum, sabes que eres muy inteligente y esa situación no podría darse.
— Fue un momento de debilidad.—Recordó la carta de Narcissa.
— Nos has traicionado.
— Tú lo hiciste el día que le contaste a Ginny que mis padres eran mortífagos y se expandió el rumor, nunca te dije nada ni te odié por ello.
— Lo siento.
— Yo también.
— No puedo ser tu amigo.
— No espero que lo seas.—Habló tras unos segundos de silencio, estaba segura de que el pelirrojo había escuchado como su corazón se encogía.
— No hasta que me expliques de que va toda esta mierda.
— Lo siento por lo de hoy, espero que hagas entender a los chicos lo que realmente ha pasado.-Se despidió en un intento de librarse de él.
— Delacour.—La llamó él.
— Tengo clase.
— Laura.
— ¿Sí?
— Te quiero. Siempre lo he hecho y siempre lo haré, incluso cuando te odio te quiero... Eres mi mejor amiga.

Por un momento, la joven se alegró de que su pelo tapaba el color rojo de sus mejillas, hasta que se dio cuenta de que su cabello era tan rubio como el de Draco.

— Yo también te quiero fotocopia.—Sonrió.

— Casi lo descubre.-Susurraba Severus.
— Debes tener sumo cuidado de la chica, no dejes que sepa nada más, un descuido como el de hoy podría arruinarlo todo, Severus.-Respondió Dumbledore.
— ¿Crees que lo recuerda?
— ¿A él?-El pelinegro asintió.- No. Haría preguntas sobre ello, millones de preguntas.
— Es peligroso, nunca debí aceptar esta misión.
— Conociste a Lily gracias a ella.
— Nada es más importante que mi hija, ni siquiera Lily Evans.
— Pensé que la amabas.
— Y así es, pero uno debe saber cuáles son sus prioridades, en este caso, es Laura. Y pienso que nunca deberíamos haber empezado esta misión, nosotros estábamos bien donde realmente pertenecíamos, no ha cambiado nada, él sigue siendo malo.
— Dale tiempo Severus.
— ¿Profesor?—Tocó una castaña a la puerta.
— Entre señorita Delacour.
— Lamento lo de Umbridge.
— No has de disculparte.
— El ministro está de camino.
— Eso no será un problema.-Sonrió Dumbledore.
— Pero...
— Vuelva a clase, yo me encargaré.-La interrumpió.