𝗮𝗱𝗶𝘃𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻

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Habían pasado dos meses, estaban en plenos exámenes TIMO, y, por culpa de los padres de los Slytherin y las « reuniones » de la profesora Umbridge, el grupo de amigos había faltado a demasiadas clases.

— Señorita Delacour, ¿podemos hablar?-La llamó la profesora Mcgonagall al ver a Laura en el pasillo.
— ¿Qué he hecho?-Preguntó con inmediatez.
— Nada, solo necesito hablar con usted. Sígame.

La metamorfomaga asintió con desgana e hizo lo que le dijo.

— He echado en falta su presencia en la mayoría de mis clases.-Anunció una vez estaban en su despacho.
— Sí, lo siento, la profesora Umb...-Se calló al momento, no podía sonar débil ni exponer a la cara de sapo.-Así es, he estado ocupada estudiando para los TIMO con la profesora Umbridge.-Rectificó.
— Muy bien, ahora repítalo sin mentir y con el respeto que me tiene.
— Debo marcharme a clase de adivinación, tengo examen.-Se excusó, no podía mentirla.
— Continuaremos esta conversación en otro momento. Buena suerte.

Laura se levantó tras darle las gracias y salió del lugar con la cabeza bien alta, de la manera en la que le enseñaron en Beauxbatons. « Si tratas de mentir nunca mires hacia los lados ni agaches la cabeza » repetía una y otra vez las palabras de Madame Maxime en su cabeza.

— Hola, ¿todavía no nos han llamado?-Se sentó al lado de Marcus, ambos magos eran los únicos de su grupo de amigos que asistían a adivinación, los otros lo consideraban una farsa.
Para ellos, era simplemente una hora a la semana para reírse de la maestra y ponerse al día con los cotilleos del castillo.

— Nos evalúa de uno en uno, somos de los últimos.
— ¿Evalúa? No sabía que tenías un vocabulario tan culto idiota, ¿y cómo que de los últimos? Somos de los primeros, « D » y « F ».
— Cállate estúpida, ha empezado por el final, Weasley 1 está haciendo el examen ahora.
— ¿Quieres que repasemos?-Sugirió Laura sacando el material de su bolsa.
— Claro.-Repitió el gesto de su amiga.
— ¿Qué ves en la bola?
— Huh... Veo... Veo a un... No veo absolutamente nada.-Contestó con frustración tras observarla por unos segundos.- ¿Y tú?
— Déjame ver.-Agarró la suya.-Es... Oh por Merlín.
— ¿Qué es?-Se alarmó Marcus.
— Somos tú y yo... Estamos... Merlín... Estamos suspendiendo el examen.
— Oh vete a la mierda.-La empujó con suavidad.

Laura estalló en carcajadas y se excusó con un « sabes que es cierto. »

— ¿Weasley, George?-Lo llamó la profesora saliendo del aula.

La francesa alzó la mirada y su pelo se tornó rubio al hacer contacto visual con Fred, el cual apartó la mirada casi al instante.

— ¿Te gusta la fotocopia Weasley?-Susurró Marcus
— ¿Tú también?

Estaba harta de que siempre le hicieran la misma pregunta.

— Lo siento, lo siento, el pelo se te suele poner así cuando estás con Draco.
— El rubio es vergüenza, con el hurón es timidez romántica, con Weasley es arrepentimiento de haberme chivado.
— No fue tu culpa.
— Sí lo fue.
— ¿Por qué?
— Porque accedí a hablar con Umbridge por esto.-Le dio la carta de la señora Malfoy.-La llevo siempre guardada en el bolsillo interior de mi túnica, no sé cómo cerrar el sobre para que Draco no se dé cuenta.
— ¿Llevas guardándola desde hace 2 meses?
— Léela.-Ordenó Laura.

El pelinegro asintió y la leyó con detenimiento, una, dos, incluso tres veces llegó a contar.

— No sé que decir, no me esperaba esto.
— Ya somos dos.
— ¿Es esa la razón por la que Astoria ha estado tratando de acercase a él todo este tiempo?
— Espera, ¿qué?-Abrió Delacour los ojos como platos.
— Sí, él dijo que no te lo contase, que él te lo contaría primero, ella trataba de hacerse cercana a él pero Malfoy le contó que estaba contigo.
— ¿Flint, Marcus?-Lo llamó Trelawney.
— Buena suerte, idiota.-Sonrió la adolescente.

El tiempo había pasado volando, habían estado más de hora y media esperando para ser examinados y de un segundo para otro, su amigo ya se encontraba haciendo el examen.
No podía creerse que Draco le hubiera ocultado algo como lo de Astoria, le dolía por el simple hecho de que él no pudiese confiar en ella. Actuaba raro, había estado actuando así desde hacía un par de semanas y la bruja se temía lo peor, la iba a dejar. Estaba tan segura de ello que había practicado y se había preparando mentalmente en caso de que eso ocurriera.

— Creo que he aprobado por los pelos, te esperaré aquí.-Interrumpió Marcus los pensamientos de la castaña.-Buena suerte.
— ¿Delacour, Laura?
— La necesitaré.-Sonrió al chico y siguió a la profesora hasta el interior de la clase, tras subir la gran escalera en forma de caracol.

En la sala de la torre hacia más calor que nunca. Las cortinas estaban echadas, el fuego encendido, y el habitual olor mareante hizo toser a Laura mientras avanzaba entre las sillas y las mesas hasta el lugar en que la profesora Trelawney la aguardaba sentada ante una bola grande de cristal.

— Buenos días, señorita Delacour.-dijo suavemente.-Si tuvieras la amabilidad de mirar la bola... Tómate tu tiempo, y luego dime lo que ves dentro de ella...

La francesa se inclinó sobre la bola de cristal y miró concentrándose con todas sus fuerzas, buscando algo más que la niebla blanca que se arremolinaba dentro, pero sin encontrarlo.

— Quelle connerie...-Maldijo en francés.
— ¿Disculpa?
— Son las palabras que utilizo para concentrarme.-Sonrío con falsedad.

— ¿Y bien?-le preguntó la profesora Trelawney con delicadeza.- ¿Qué ves?

El calor y el humo aromático que salía del fuego que había a su lado resultaban asfixiantes. Trató de recordar lo que había estudiado pero nada venía a su mente.

— Eeh...-dijo Laura.-Una forma oscura...
— ¿A qué se parece? —susurró la profesora Trelawney—. Piensa...

La mente de la metamorfomaga echó a volar y aterrizó nuevamente en la sala tras pegar un brinco, era el señor tenebroso en la bola, junto a sus padres y a los de sus amigos

— Es el señor tenebroso.-Respondió sin querer.
— ¿De verdad?-susurró la profesora Trelawney, escribiendo deprisa y con entusiasmo en el pergamino que tenía en las rodillas-Muchacha, bien podrías estar contemplando el futuro del mundo mágico, dime más, ¿tiene a Potter?

« Oh mierda mierda mierda, Laura la has cagado, arréglalo. » Se decía mentalmente.

— No, más bien creo que es una caricatura muggle, no tiene nariz, por eso lo he confundido.-Rectificó ella con seguridad.
— ¿Estás segura? ¿Totalmente segura, Laura? ¿No lo ves tal vez con Harry Potter, haciéndose con el poder?-Insistió la profesora Trelawney.
— No —dijo Delacour comenzando a sentir náuseas.
— ¿No hay gritos? ¿No hay destellos de luces verdes?
— ¡No! Es una simple caricatura de sangre sucias.-Contestó la bruja, con crecientes deseos de abandonar la sala y aquel calor.

La profesora Trelawney suspiró.

— Bien, querida, me parece que lo dejaremos aquí... Un poco decepcionante, pero estoy segura de que has hecho todo lo que has podido.

Laura bajó la escalera de caracol con rapidez y sin decir palabra, agarró a Marcus y se lo llevó lejos de allí.

— Va a pasar, ellos van a venir.
— ¿Qué?
— Lo vi, en el examen, en la bola de cristal, creo que va a pasar esta semana... Quizá mañana, no lo sé.

Marcus estaba pálido, tenía muchas ganas de vomitar, su peor pesadilla se acercaba a la realidad cada vez más.

𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora