𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}

𝘁𝗵𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝗹𝘀

- ¿Qué hacemos aquí?-Preguntó Laura.
- Mira esto.-Señaló uno de los trofeos.
- Mejor cazadora de la temporada, Laura Delacour.-Dijo Draco.
- No recuerdo haber ganado un premio.-Rió ella acercándose a mirar.

- Premio a los mejores elaboradores de pociones, Laura Anne Delacour y... Tom Marvolo Riddle.-Leyó en el trofeo de al lado.

Miró a sus amigos con confusión y trató de decir algo pero las palabras no salían. Habían varios premios con su nombre y ella nunca había recibido uno.

- ¿Que hacéis aquí?-Alzó Snape una ceja.
- Papá, ¿qué es esto?-Lo agarró del brazo, atrayéndolo así a donde había estado segundos antes.
- Ir a hacer algo.-Evadió la pregunta.
- ¿Qué es esto?-Repitió esta vez Marcus.
- Ir a hacer algo o...
- ¿O si no qué?-Preguntó la castaña en tono desafiante.
- 20 puntos menos para slytherin... Por cabeza.-Respondió Severus de la misma manera.
- Mi padre se enterará de esto.-Farfulló Draco mientras seguía a sus amigos hacia la salida.

- ¿Qué crees que estará ocultando?-Cuestionó Sophie con curiosidad.

El grupo estaba en la biblioteca, « estudiando » para los TIMOS, y lo único que hacían era cotillear.

- Tal vez antes había una Laura secreta.-Ideó Marcus.
- Por esto es por lo que has repetido curso.-Rodó Theo sus ojos.
- Calla cuatro ojos.-Respondió Flint con el ego herido.
- ¿Cuatro ojos es un insulto? Eres tan brillante como un agujero negro y el doble de denso.
- ¿Eso es mucho?
- ¡Un agujero negro es negro!-Alzó la voz.
- ¡Sh!-Les reprendió la bibliotecaria.

Todos empezaron a reír y burlarse de ambos magos hasta que Percy se acercó al grupo.

- ¿Qué quieres traidor a la sangre?-Lo miró mal Draco.

Laura le pegó un codazo y saludó al pelirrojo.

- Delacour, ¿podemos hablar? En privado.-Hizo caso omiso de las palabras del rubio.
- Claro.-Se alejó junto a él.
- Necesito saber si deseas continuar con las clases de estudio, porque si no, me gustaría invertir mi tiempo en otras tareas.
- Sí, claro, lo siento he estado ocupada, ¿quedamos mañana?
- Nos vemos a las siete en punto aquí, no llegues tarde, no he de desperdiciar tarde.
- ¿Cómo están Fred y George?-Ignoró al mayor de los Weasley.

Percy sabía lo que había pasado el día anterior en el partido de quidditch y, aunque el no se inmutaba por «riñas de niños» como el solía decir, no podía negar que le había dolido.

- Nos vemos mañana, señorita Delacour.-Se despidió.
- Mierda.-Se sentó de nuevo con sus amigos.
- ¿Qué pasa?-Inquirió Blaise.
- Que creo que me he quedado sin tutor, eso pasa.
- ¿Eso es malo?-Se metió Marcus.
- Si quiero aprobar los TIMOS... Sí, es malo.
- Estoy preocupado, no me gusta formar parte de la brigada inquisitorial.-Comentó Theo.
- ¿Por qué no?-Preguntó Draco.
- A mi me gusta.-Se encogió de hombros Laura.
- Sí, a mi también, es entretenido.-La apoyó Sophie.
- No me siento cómodo exponiendo a otros alumnos, somos un equipo y... Umbridge nos está separando.
- Tienes razón.-Dijo Blaise.

A la mañana siguiente, se encaminaron hacia la cabaña de Hagrid a la hora de Cuidado de Criaturas Mágicas, bien abrigados para protegerse del frío.
Con todo, no vieron a la Suma Inquisidora cuando avanzaban trabajosamente por la nieve hacia la cabaña de Hagrid, que los esperaba de pie al inicio del bosque. Un sentimiento de alivio entró por el cuerpo de la joven al saber que no vería a la bruja rosa que tanto miedo le estaba produciendo. Hagrid no presentaba una imagen muy tranquilizadora: tenía unos cardenales verde y amarillo, y un par de los cortes sangrante. Para completar aquel lamentable cuadro, Hagrid llevaba sobre el hombro un bulto que parecía la mitad de una vaca muerta.