𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}

𝗹𝗲 𝗱𝗶𝘀𝘁𝗲 𝘁𝘂 𝘀𝘂𝗲́𝘁𝗲𝗿

- Hey, despertar, vamos a comer algo.-Se acercó Marcus.

Malfoy gruñó y abrió sus ojos, analizó sus alrededores y volvió a posar su vista en su amigo.

- ¿Hemos dormido aquí toda la noche?-Murmuró una adormilada voz.
- Buenos días.-Saludaron el platinado y Flint.
- Hola... Debería ir a cambiarme mi ropa está echa un asco y... Por Merlín, me va a estallar la cabeza.-Bostezó Laura.
- Yo puedo dejarte una sudadera o algo si quieres.-Ofreció Draco.
- Coge unos pantalones de entrenamiento míos.-Añadió Marcus.

Los magos se levantaron y fueron al cuarto del chico mientras que su amigo caminó en busca de los otros adolescentes.

- Aquí tienes.-Le entregó una sudadera.
- No la había visto nunca.-Sonrió mientras pasaba un dedo por el bordado con el nombre del joven.
- Es mi favorita, quédatela.
- Te la devolveré.-Contestó la castaña mientras se la ponía.
- No.
- ¿Por qué?
- Te queda mejor a ti.-Señaló Malfoy.
- Está bien, iré al dormitorio de Marcus, ¿te veo abajo?
- Creo que tomaré una ducha, nos vemos en el desayuno.

La francesa asintió y abandonó la sala para ir a buscar los pantalones que necesitaba.

- ¡Hola! No te había visto, lo siento.-Se disculpó tras chocar con una cabellera pelirroja.
- Mira por donde va...Es igual.-Fingió indiferencia al ver de quien se trataba.
- ¡Daphne, hola! Draco está en su habitación, por si lo buscas, ¿te unes esta tarde? Vamos a jugar un partido con los chicos.
- Huh, sí, claro, me lo pensaré. Adiós.-Se alejó con rapidez.

« Draco Lucius Malfoy » Lo había leído bien, sabía que ponía su nombre en la sudadera que llevaba la joven Gryffindor. Sabía que era de él porque ella misma se la había pedido y su novio se había negado debido a que era su favorita.

- ¿Por qué me besaste?-Irrumpió en su habitación.
- ¿Daphne? ¿Qué haces aquí? Me estoy cambiando.-Dijo Draco.
- He dicho, ¿que por qué me besaste?-Repitió la serpiente.
- ¿Cuándo? ¿De qué estás hablando?-Preguntó con confusión.
- Antes de que yo me fijara en ti como algo más, ¿por qué me besaste? Ni siquiera soy la mitad de bella que ella.
- Hablas de Delacour, ¿cierto? No hay nada entre ella y yo.
- ¡Le diste tu suéter!-Exclamó la pelirroja con la voz quebrada.
- Solo es polyester.-Trató de excusarse.
- Pero ella te gusta más que yo, ¡desearía ser Laura!

Un silencio algo incómodo se formó en la habitación, la chica ya se encontraba llorando y él se sentía culpable.

- Trato de odiarla, con todo mi ser, ¿pero cómo podría odiarla? Ella es un ángel... Pero también desearía que estuviera muerta.-Apretó los puños.
- Márchate.-Ordenó con un tono frío.
- ¿Qué?
- He dicho que te vayas, no quiero verte.

Ella lo miró por última vez con incredulidad y lo dejó solo. Draco pensaba una y otra vez, había tenido un momento de debilidad y se dejó llevar por el momento. Él no quería una relación, terminaría con su reputación, él no iba a cambiar, y menos por Daphne.

Todas las miradas se posaron en ella, si no fuera ella agacharía la cabeza con vergüenza, sin embargo, Laura caminó a la mesa de las serpientes con la cabeza bien alta. Había hecho un gran trabajo y lo sabía.

- ¡Hey!-Sonrió Sophie haciéndole un hueco a su lado.
- Hola.-Saludó está.
- ¿Resacosa?
- Demasiado.
- ¿Esa no es tu lechuza?-Preguntó Blaise sentándose enfrente de su mejor amiga.

Las leonas comprobaron si era la lechuza de Laura y esta asintió con confusión.

- Dos cartas de ... ¿Mi madre? y ... Esta no tiene remitente.
- ¿Tu madre? ¿Qué quiere esa vieja loca?-Rió Draco llegando a la mesa.

Delacour abrió las cartas y le llamó la atención la anónima, la caligrafía era cursiva y agradable para la vista, «cada minuto y cada hora, te echo de menos. » Oliver fue el primer nombre que le vino a la cabeza, realmente no había tenido ninguna otra relación con otro chico que fuese importante, por así decirlo.

- ¿Y bien?-Inquirió Sophie refiriéndose a la de su madre.
- Oh, no lo sé, no me importa, aquí tienes.-Se la entregó.

La rubia la agarró para después sacar su varita y hacerla pedazos.

- ¿Esa es Daphne?-Preguntó Blaise.
- Eso parece, está llorando.-Contestó Laura tomando un trozo de su tostada.
- Lo hemos dejado.-Informó Draco tratando de dar por zanjado el tema.