𝗡𝗼𝗰𝗵𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗲𝗹𝗹𝗮𝗱𝗮

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- ¿Os apetece ir al mundo muggle mañana?-Preguntó Draco.
- Tengo examen.-Se excusó Sophia.
- Entrenamiento de quidditch.-Respondió Marcus.
- Tenemos que hacer un trabajo para la profesora Sprout.-Dijeron Blaise y Theo.
- Yo no tengo nada que hacer.-Habló esta vez Laura.
- Tratad de no hacerme tía todavía.-Rió Sophia.

Laura hizo aparecer un cojín y este empezó a golpear a la rubia mientras no podía dejar de carcajear.

- Hey.-Llamó Oliver su atención en la hora del desayuno.
- Oh, hola.-Saludó Laura.
- Me dejaste plantado.-Fue directo al grano.
- Me desilusionaste al preparar una cita de quidditch.-Se encogió esta de hombros.
- No entiendes mi pasión.
- Ni tu mis sentimientos.
- Estamos en una relación deberíamos respetar los gustos de los demás.
- Entonces respeta que no me gustas.-Pensó Laura.
- Tienes razón, respeta que detesto hablar del quidditch 24 horas al día.-Dijo esta vez en voz alta.
- ¿De qué quieres que hablemos entonces? No sé cómo sacarte conversación desde que empezamos a salir, lo único que hacemos es pelear.

La metamorfomaga, ya pelirroja, se terminó su tostada y se levantó. El joven Gryffindor siguió hablando mientras ella se limpiaba su túnica sin prestar ni la más mínima atención.

- Debo irme.
- Ni siquiera tenemos clase, es sábado.-Indicó Oliver.
- Tengo planes.
- Tú y yo no hemos preparado ningún plan.
- ¿Quién dice que sean contigo?
- Conseguiré que dejes de ser tan fría Laura Delacour, abrirás tu corazón y podremos ser felices.-Exclamó el chico viendo como se alejaba.
- Sigue soñando Wood.-Respondió en el mismo tono saliendo por las puertas del gran comedor.
- Señor Wood, creo que no hace falta recordarle que los gritos no son tolerados en los pasillos y menos si son acerca de su vida personal.-Lo regañó la profesora Umbridge.
- Lo siento.

- Hola.-Entró Laura a la habitación de Draco.
- ¡Me estoy cambiando!-Exclamó el platinado cubriéndose con un cojín.

La chica se tumbó en la cama y sacó su varita.

- Ya te he visto así muchas veces.-Dijo con gracia mientras practicaba hechizos.
- Pensé que habíamos quedado más tarde.-Cambió de tema.
- No tengo ropa, quiero que me des una camiseta tuya.
- Laura tienes más de 6 camisetas mías y mucha ropa, ¿de qué estás hablando?-Se rió.
- Me gusta la que llevas puesta.

Él se acercó a ella, colocándose encima de la bruja y puso su labios a unos centímetros de los suyos.

- ¿Te gusta mi camiseta?

La castaña asintió con lentitud sin querer apartar sus ojos de los de él.

- Tendrás que quitármela para obtenerla.

Laura se sintió tentada de hacerlo pero el nombre de su novio la paró, con una débil mueca se negó y lo apartó.

- Lo siento, no soy ese tipo de chica, al menos eso creo, tal vez cuando lo haya dejado.-Suspiró frotándose los ojos.
- Entendido, ¿vamos?.

Ella asintió y lo tomó de la mano para después desaparecerse.

- ¿Dónde estamos? Es de noche.-Rió confundida.
- Si no me equivoco estamos en Toronto, son las 3 de la mañana.-Respondió esté empezando a caminar por la calle desierta.

Laura imitó el gesto del platinado, vio como este se tumbaba en el suelo, en mitad de la carretera, y miraba al cielo.

- Antes de que mi padre dejase de tener tiempo para mí, solía traerme a mirar las estrellas. Él no sabía que me gustaban hasta que empecé a hablarle de las que tú adorabas.-Explicó Draco.

La castaña sonrió con ternura y se cruzó de brazos tratando de decidir si tumbarse o no.

- Vamos, ven aquí, túmbate conmigo, no tengas miedo.

Con cierta inseguridad hizo lo que le dijo y miró al infinito vacío de puntitos amarillos y blancos que había.

- ¿Qué pasa si viene un coche?-Cuestionó mirándolo.
- Que moriremos.-Respondió Malfoy con simpleza.

La adolescente rió levemente y permanecieron en un cómodo silencio.

- ¿Dónde está Laura?-Interrogó Oliver a Blaise.
- Debo irme.
- Sophia.-Acorraló esta vez a su hermana.
- No tengo nada que ver, déjame en paz.
- Necesito hablar con mi novia.
- Estoy seguro de que si la tratases mejor y te centrarás más en ella, no tendrías problema en saber que está con Draco Malfoy.-Se metió Theo sin apartar la vista de su libro de Herbología.

Oliver bajó la mirada y abandonó la biblioteca, con la esperanza de encontrarla en su sitio favorito por los suelos.

- ¿Deberíamos volver?
- ¿Por qué tan nerviosa?-Inquirió el mago en tono burlón.
- No estoy... No estoy nerviosa, idiota, no quiero meterme en líos por culpa de Oliver.
- Vamos a cambiar de tema. Umbridge quiere un grupo de estudiantes para vigilar o algo así, dicen que es mejor que ser prefecto.
- Procura que Theo no te oiga decir eso.-Rió ella al recordar que Nott había sido nombrado prefecto ese mismo año.
- Lo intentaré, ¿te apuntas?
- Suena divertido, cuenta conmigo.-Sonrió.

El sonido de la bocina de un coche los hizo pegar un salto y correr al otro lado de la calle. Draco se puso la mano en el pecho y Laura empezó a reír, no sabía muy bien porque pero no podía parar.

- ¿De qué te ríes?-Dijo con gracia mirándola.
- Casi morimos.-Carcajeó con más fuerza.

El chico se le unió y el sonido de sus voces era lo único que podía escucharse en la oscura avenida de Canadá.

𝐎𝐥𝐢𝐯𝐞𝐫 𝐖𝐨𝐨𝐝 {[ oliver wood y tu ]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora