La dura verdad, que cambiara todo...

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Capitulo 37:

Marcel se paró en seco quedando en una batalla de miradas con su padre, necesitaba una salida, un milagro. Si corriera capaz lograra llegar a su habitación. Gritar no era una opción, todos dormían, su teléfono no lo veía desde que había llegado del hospital. Estaba atrapado, no podría soportar esa paliza, apenas podía mantenerse parado por tantas pastillas, necesitaba realmente un salvador esta vez, ese salvador que siempre soñó que lo salvaría cada vez que alguien le pegaba o insultaba, esa persona que lo protegería de todo mal, le entendería y le daría su cariño, pero nunca, nunca había escuchado ninguna de sus suplicas para que lo salvara. Pero esta vez realmente ese héroe imaginario que siempre dibujo fuera real, tanto…

Al segundo que intento correr hacia arriba, su padre se movió antes que él pudiera ver que ocurría, quedando entre la pared y la bestia a quien protegía ciegamente.

-Me contaron, que fuiste tan maldito y débil que te internaron en el hospital-

………

Harry se despertó al sentir unos pasos en las escaleras, no había logrado mucho dormir algo por todo lo que ocurría por su cabeza, era demasiada culpa, pelea, drama. Movió el hombro de su hermano mayor para despertarlo, quien lo hizo sin ganas.

-¿Qué quieres?-pregunto medio dormido-

-Escuche un ruido, vamos a ver qué ocurre-le suplico con sus grandes ojos verdes que brillaban bajo la luz de la luna que venía de la ventana de la habitación-

-Te odio-le contesto mientras se paraba-

Los dos salieron de la habitación a puntadillas para no causar ningún ruido, vieron a Marcel que bajaba por las escaleras

-Pero no debería estar dormido por las malditas pastillas!-susurro Edward-

-Capaz necesita agua-

-Pero por todo lo que le paso, ni siquiera podrirá mantenerse en pie-susurro de nuevo-

-vamos-

Bajaron despacio siguiendo a su hermano menor, se escondieron de la vista de él. Y ahí estaba en el umbral de la cocina quieto como estatua, con su rostro pálido como si hubiera visto un fantasma, y en la mesa se encontraba su padre. ¿Qué estaba ocurriendo? Se preguntaban, segundos después observaron como en un intento de escapar, Marcel quedo atrapado en la pared. Y escucharon con atención, estaban estáticos, quietos, no podían moverse como si algo los detuviera para observar este escenario que nunca imaginaron posible.

-Me contaron, que fuiste tan maldito y débil que te internaron en el hospital-la voz de su padre era firme y rosca, se notaba el asco al decir cada palabra- que nos saliste mas de mil dólares en solo tu malditas actividades de que te golpeen, pero dime hicieron un buen trabajo? Porque yo podría terminarlo bien

-lloo ssientoo-se podía notar el miedo en su voz, su cuerpo temblaba- peeerro ffuee nnoo ppaggaste nada

-Me acabas de contradecir muchacho?-le agarro del cuello levantándolo, cortándole el oxigeno- a quien contradecís? Quieres volver a que te ahogue o te queme? O quieres algo nuevo? Porque parece que nunca aprendes, deberías estar muerto!-

-Airree-buscaba oxigeno, poco a poco dejo de luchar contra el agarre-

-Así arrástrate como la lombriz que eres-

Antes que pudiera matarlo, su padre lo soltó. Marcel cayó al suelo luchando para que el preciado oxigeno llegara a sus pulmones, sonriendo pos su trabajo esa bestia le pateo en las costillas y con eso se fue por la otra salida de la cocina.

Tres personas, tres hermanos, tres opuestos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora