Tu rompiste tu promesa...Tu tambien

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Capitulo 40:

La sangre de Marcel se helo al escuchar la voz de esa persona a quien había confiado años atrás, su primer amigo en su vida, la primera persona quien demostrado que importaba en el mundo pero había terminado de una forma sin control. Hace unos años el se hubiera alegrado de escuchar su voz pero después del incidente, el ni podía darle la cara sin temblar todo por esa tarde..

Flashback:

Años atrás:

Marcel aun no podría creer que realmente se estaba divirtiendo en el campamento, a pesar que sus padres prácticamente lo habían desechado allí para que fueran a disfrutar su viaje “familiar” sin él, no podía evitar sentirse abandonado, triste y una parte relajado que no recibiría ningún golpe por parte de ese hombre a quien le llamaba padre aun después de todo. Pero todo había resultado diferente, todo gracias a su primer amigo, su mejor amigo después de todo. Y aun no podía creer como sonaba eso cada qué vez que lo pensaba. Nunca había tenido un amigo, siempre estaban sus hermanos que tenían amigos y todos lo evitaban como la plaga. Era algo que nunca había sentido en su vida, y no lo cambiaría por nada. Darrien, era su nombre. Él lo había salvado de unos chicos del campamento que se habían burlado de su ropa, y no pudo evitar pensar que no era su culpa. Sus padres no se preocupaban como se vestía el, mientras que no estuviera desnudo no les importaría ni por nada en el mundo, era la ropa vieja que había encontrado de su abuelo, pues sus padres no le querían comprar nada y la ropa vieja de sus hermanos iba a donaciones. Pero Darrien solo lo defendió si no que quiso jugar con él! Ni en esos putos 13 años alguien había querido jugar con el…era un sueño.

Solo quedaban 2 días para que terminara el campamento, y sabria que seria el último en ser buscado. Como cada vez que sus padres lo mandaban de campamento, o grupos para dejarlo de lado mientras ellos disfrutaban, y estaba acostumbrado aunque aun así le dolía pero no podía odiarlos, la palabra odio era una palabra fuerte en su vocabulario, capaz no los odiaba pero tampoco le gustaba que lo abandonaran siempre mientras el tenia que vivir cada día viendo como todos eran felices, ignorando su infeliz vida. Sus hermanos no tenían la culpa, ellos no se daban cuenta estaban muy en sus mundos perfectos siguiendo a sus padres y amigos obviamente no se Darrien cuenta de él, como el torpe que era. Seguro no era lo suficiente para ellos, pero el esperaría como los cuentos que siempre había leído solo en los recesos, la bibliotecaria; una señora ya vieja era muy dulce con él. Ella había sido la persona quien le mostro que los libros no eran aburridos como él pensaba cuando tenía que estudiar y hacer deberes ya que no tenía otra cosa que hacer. Le había mostrado como los libros te acompañaban, como te animaban el ánimo, como te contaban historias que te llegaban, como te enamorabas de los personajes. Sus cuentos favoritos siempre eran de los finales felices, donde siempre la familia queda reunida a pesar de todo, y todos se perdonan. Porque para el perdón era un don especial, porque no todos son capaces de perdonar todo pero si todo mejoraría porque no lo hacían? Se preguntaba cuando leí esas partes.

El sabía que siempre perdonaría a sus hermanos, a pesar de todo. Eran sus hermanos, su familia aunque no compartían tiempo como veía siempre cuando se iba de colegio o cuando iba al parque solo y observaba como las familias se divertía, como la pasaban juntos. Ese era su sueño, tener amigos y una familia como los cuentos felices que leía en sus tardes y noches solitarias en su habitación escuchando las risas de su familia divirtiéndose sin él.

Esas vacaciones habían sido las mejores de su vida, a pesar de que la mayoría, es decir todos los chicos lo evitaban como acostumbrada, tenía a Darrien. El único chico que jugaba con él, charlaba y por suerte compartía la habitación donde cada noche Darrien le contaría una historia antes de dormir como lo haría una madre a su hijo pequeño. Pues Darrien sabía lo de la poca atención que recibía de lo poco que le contaba su amigo. Marcel solo hablaba de su familia, diciendo todo lo bueno pero evitando lo que le hería, y su amigo no podía entender cómo podía defender a esa clase de personas que ignoraban a un ser tan hermoso como él, parecía traído del cielo.

Tres personas, tres hermanos, tres opuestos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora