3 [Editado]

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¿Entonces?

Darcy se sintió estúpida una vez que se repitió aquella pregunta varias veces para Loki. El cual simplemente no le respondió y en su lugar sólo se había largado. No recordaba la última vez que lo había visto, y tampoco que hubiera tenido siquiera la oportunidad de hacerlo tan cerca. Y cuando la tuvo, lo había arruinado con sus estupideces.

Había dejado escapar un suspiro de colegiala, demonios, ya casi estaba llegando a los treinta y tantos, y él la hacía sentirse en esas épocas de escuela; el maldito, era más alto de lo que hubiera imaginado, con espectaculares ojos verdes y costumbres de un nerd, mientras comía un simple wafle. Aunque estaba segura de que eso no había sido lo más impactante de su imagen.

Jane, quizá, tenía razón, los asgardianos tenían un «algo» inexplicable, atrapaban la atención de cualquiera, como las arañas atrapaban su presa, sí, no había encontrado una mejor comparación que hablar de las asquerosas telarañas. Sin embargo, no podía comparar a Loki con el brutal aspecto de Thor. Uno era músculos y malos modales, y Loki, bueno todo en él era un maldito misterio.

Con un trasero que sin duda era de otro mundo.

—Darcy, ¡Darcy!

—¿Sí?

—Tu teléfono no deja de sonar, ¿en qué estás pensando?

—En quién querrás decir, Sally. No dejó de mirarle el trasero a tu tío cuando salió de aquí —interrumpió Tara entre risas, Darcy simplemente sonrió a medias y Sally claramente sintió que se formaba lentamente un trauma en su cabeza —. Te gustan los chicos malos ¿eh?

—Son fetiches, Tara. Sólo eso —sacó su teléfono del bolsillo trasero de sus jeans y rodó los ojos al ver la pantalla —. Tengo que irme. Volveré al rato, si es que puedo.

—No iremos a la fiesta por cierto, si es que también nos habías invitado —bromeó Sally —. Mamá está al tanto de todo y no quiero estar un año entero castigada. Y sí, hablo del año pasado por culpa de ambas, les recuerdo.

—Bien —masculló la heredera Stark —, por esta vez no voy a objetar nada al respecto. Pero la próxima no voy aceptarlo fácilmente.

—No se metan en problemas, niñas.

No prometemos nada en lo absoluto —dijeron ambas —. ¡Ey, me la debes! Oh, ya basta. Ok, ya fue suficiente.

—Ustedes si dan miedo.

~@~

Se sentía humillado, en todos los malditos sentidos. Sí, estar ahí era nefasto y más absurdo que Thor le había obligado a pasar. Pero todo era mejor que estar encerrado en un castillo, rodeado de inútiles. No había diferencia, pero denotaba ser dos niveles mejor que Asgard.

Que estúpido sonaba.

—Veo que te estás divirtiendo en Midgard —Loki sacó el brazo que tapaba sus ojos, y se reincorporó inmediatamente de la cama. 

Una hermosa mujer estaba sentada en el único sillón de la habitación, portando un extravagante vestido asgardiano y luciendo su cabello rojizo en un antinatural peinado. Se veía más bella de lo que se podía imaginar, y eso no era exactamente lo que le llamaba la atención, ella lo sabía. Había tenido la desfortuna de haber deseado al hombre frente a ella  sin recibir siquiera un milímetro de su atención.

—Vaya, vaya, vaya —canturreó éste, sonriendo de una forma que particularmente a la intrusa la llenaba de ira —, no esperaba visitas. De haberlo sabido, tal vez...

—Oh, ya cierra la boca —se había colocado de pie con rabia y se acercó peligrosamente al embustero, criminal y mentiroso de Loki —. Thanos me ha enviado a darte un pequeño comunicado —la sonrisa de éste mermó lentamente y la de ella nació con sarcasmo —. Oh, ya veo, no te hace tanta gracia ahora, ¿verdad?

—Tu presencia no me llena de gracia, cariño. Ya di lo que tengas que decir y lárgate por dónde has venido.

—No pretendas que tienes el control de la situación. Has fracasado siempre en lo mismo, Loki y ahora estás más que acabado. Tu fin está cerca —soltó sin más —, ve enterándote. Y a menos que entregues a la primogénita de Thor ante él, Thanos, tal vez, perdone tu traición.

—¿Perdonarme? —soltó una risotada —. No es mi culpa que el idiota confíe en cualquiera.

—No tientes a la suerte, amor. Todos saben que eres un cobarde que se refugia bajo la capa de Thor. Nunca saldrás de su sombra —Loki frunció los labios con furia —. Disfruta cuanto puedas estos días, quién sabe, quizá sean los últimos que tengas.

—Yo no sigo órdenes de nadie, mucho menos de los repugnantes seguidores de Thanos.

—Lo sé, por eso tú eres mi boleto a la riqueza y el poder. Yo ganaré esta vez y tú, finalmente, te pudrirás en el infierno.

[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora