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Detuvo un golpe, el siguiente y el siguiente. Esbozó una pequeña sonrisa y Loki usó ese efímero instante de confianza para barrer con sus pies a la muchacha. Su cabeza azotó contra el suelo y con ello todas sus ganas de volver a levantarse. La sombra del hermano adoptivo de su padre, apareció un par de segundos después para atajar el brillo del sol con su espalda y, sólo cuando lo notó, decidió abrir uno de sus ojos para observarlo.

-Sí, ya sé, nunca te confíes de lo que conoces; lo sé, lo sé -suspiró con frustración.

-Parece que es una lección que aún sigues sin aprender y tengo malas noticias para ti, hija de Thor -él se acuclilló y golpeó su frente con el dedo índice de su fría mano derecha -, no tienes tiempo -susurró sonriéndole -. Ponte de pie, estar aquí afuera me pone nervioso.

-Creí que la fama te gustaba -comentó ya de pie mirando hacia las ventanas que daban al salón de entrenamientos. Vio ahí a Tara y levantó su mano cuando notó que esta le saludaba entre todos aquellos observadores anónimos -. Hay tantas cosas que creía de ti que comienzo a pensar que sólo eran rumores y mentiras.

-Por eso eres hija de Thor y no mía.

-Sí, que afortunados somos -bromeó quitándose de sus hombros el pasto que se había negado a dejarla. Se colocó en guardia y Loki hizo tronar sus manos antes de imitarla -. No podría concebir una imagen de ti con un bebé en brazos.

-¿Quién podría? -preguntó atacando, pero Sally salió de la ruta del golpe con rapidez -. Estoy bien así.

-¿Así cómo? -la rubia atacó y como era de esperarse el dios la esquivó -. ¿Solitario?

-Hoy estás muy parlanchina.

-¡Oh, mira, es Darcy! -este se distrajo un segundo, sólo un segundo, para espiar por encima de su hombro y Sally, sin querer, aprovechó aquella única oportunidad de neutralizar a su tío. Loki cayó, estupefacto quizá; la verdad era que su expresión tenía de todo un poco -. Esto confirma dos cosas -dijo ella claramente divertida -: la primera, es que tienes una debilidad y eso podría causarte problemas.  La segunda -esta vez se acuclilló e hizo el mismo gesto que él golpeando su frente con su dedo índice -, no puedo creer que se llame Darcy Lewis. ¿Quién lo diría?

-Te odio.

-Ya aprendí la lección, maestro. 

*

- Estamos usando niños y jóvenes como carnada,  definitivamente hemos caído muy bajo esta vez.

- O es nuestra mejor estrategia en años -dijo Fury con determinación mientras mantenía su único ojo atento a las pantallas que mostraban por un lado, a los distintos sectores de entrenamiento y por el otro, el perfil de cada uno de ellos -. ¿Cuáles son las estadísticas de hoy?

Bruce Banner miró la pantalla de su dispositivo y luego hacia las que tenía en frente.

- Diez por ciento más favorable en comparación de ayer. Pero son números que no nos dicen nada, señor.

-Viniendo eso de ti -comentó el agente girándose hacia él -, suena poco alentador.

-Como yo lo veo, lo es. Supongo que ahora dependemos enteramente de la suerte.

-Del destino, Doctor Banner, del destino.

*

Sally vendó su mano y dejó escapar un pequeño suspiro. Estaba sentada en una banca, rodeada por aquel verde césped que la había visto caer más de lo que podría recordar. Habían decidido tomar un descanso, tomarlos eran un privilegio para pocos; en una situación tan tensa como aquella, el descanso había pasado a ocupar el mundo de las fantasías o un recuerdo bonito del pasado. Por su cabeza pasaban demasiadas cosas, cosas que apenas entendía, cosas que ya no eran triviales sino tan complejas como el amor mismo. ¿Aquello era parte de crecer? Si era así, había llegado a la conclusión de que crecer era un asco. 

Escuchó la risa de Loki cerca de ella y levantó su mirada hacia el odioso hombre obsesionado por su casco de cuernitos.

-¿Qué? ¿Dije algo gracioso? Estoy segura de no haber dicho nada.

-Bueno, no hace falta decir algo para darse una idea. ¿Sabes? Me recuerdas a tu padre, en el momento en que se dio cuenta que debía hacerse responsable de los nueves mundos huyó.

-No huyó, fue traicionado por su hermano adoptivo -este se encogió de hombros.

-Detalles más, detalles menos -abrochó su chaqueta hasta el cuello, incómodo aún de usar aquella ropa ridícula -. Ya sabes todo lo que tienes que saber para defenderte.

-¿Pero? Estoy segura de que tienes un pero entre este discurso sin sentido.

-Es momento de que conozcas a tu enemigo -ella lo miró atentamente -. El primero de tantos que aparecerán en tu vida, Hija de Thor y el único discurso sin sentido puede venir sólo del moralista del Dios del Trueno -se sentó a su lado. Sally lo miró por el rabillo de su ojo; a pesar de lo insufrible que podía llegar a ser, comenzaba a conocer un poco de aquel Loki del que su padre, en incontables veces, le había hablado cuando apenas iba al jardín de niños. Carismático, tramposo y listo, sobre todo listo; estando allí, de aquella manera, sin su ropa asgardiana se podría decir que era inofensivo. Sin embargo, con o sin magia era un tipo peligroso si él así lo quería -. Thanos es una pesadilla, pero al contrario de lo que él piensa, no es inmortal. Esa es tu mayor ventaja.

-¿De qué me ayudará saber eso?

-La respuesta te sorprendería, por eso debes escucharme.

-¿Tengo qué?

-Tienes qué.

[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora