5 [Editado]

355 43 6
                                    

No había una librería, no había una Sally por ahí y tampoco había un libro ni un dependiente de aspecto extraño y de acento raro que Tara les había dicho a gritos y entre lágrimas, luego de obligarle a confesar.

Tanto Darcy como Loki no sabían exactamente qué expresar al respecto, mientras veían el sitio de la librería como un montón de escombros que llevaba años tirados allí. Ambos estaban más que implicados «en una serie de eventos desafortunados», que a uno le costaría la vida más que al otro.

—Tú eres el cerebro aquí, ¿qué demonios hacemos?

—¿Hacemos? ¿Insinúas qué ayudaré en esto? —le reclamó indignado. 

Sin embargo, Darcy simplemente lo miró mal y con la rapidez de una gacela, lo agarró de las solapas de su abrigo con fuerza. Su nariz rozaba la suya y sus ojos definitivamente eran más grandes a esa distancia.

—Escucha, maldito. Thor depositó lo más preciado para él en tus manos, porque es demasiado noble para admitir que eres un caso perdido, viejo. Así que siéntete al menos un poquito preocupado, ¿comprendes?

—Aléjate de mí —masculló entre dientes, sin mover ni un sólo músculo más que su boca.

Darcy arrugó la nariz y lo soltó fulminándolo con la mirada. En algún momento de su vida lo hubiera golpeado antes que gastar algún milímetro de saliva, pero no era de hecho una gran ventaja romperle la cara a un tipo de otro mundo con una larga lista criminal a sus espaldas. Llevó sus ojos, una vez más, hacia la inexistente librería y la angustia volvió a aparecer.

—Desde el momento en que Jane me dijo sobre tu venida a la Tierra para esto, supe que algo malo sucedería;  ¿ya ves? —apuntó hacia los escombros —, esto es tu culpa.

—Y la tuya también. Creo que es un empate, ¿no crees? —Loki se giró sobre sus pies y comenzó a caminar, sin rumbo, ya no le importaba. Era libre. Se sentía un tanto inquieto, por supuesto, sabía que tenía algo de culpa y con una gran razón de por medio. Después de varios minutos, logró escuchar los pasos de Lewis siguiéndole a una distancia prudente. Estaba tranquilo sabiéndolo y aquello no llegaba a comprenderlo del todo.

—¿Y si pedimos ayuda a Heimdall? —bufó, esa era prácticamente la idea más estúpida que hubiera escuchado.

—Thor ya estaría aquí si Heimdall lo hubiera sabido y ni tu ni yo estaríamos vivos en este momento —chasqueó la lengua y se cruzó de brazos —. Lo que realmente me lleva a pensar  por qué. Algo debe estar haciéndole creer que ella sigue aquí —Loki se tocó instintivamente con los dedos el estúpido brazalete. Si pudiera sacárselo...

—Harás algo, ¿verdad? —se detuvo sobre el césped húmedo del parque,  habían llegado a la orilla del pequeño lago y no existía otro camino que tomar.

Hacer algo.

Loki no estaba preparado para eso, no había algo a cambio para tener la suficiente fuerza de voluntad para buscarla. Después de todo, él no había deseado estar ahí jamás. Pero aquel tono que había usado Darcy...

Maldito Thor...

—No dejarás de insistir si opino lo contrario —murmuró con obviedad —. Así que, lo haremos a mí manera, no quiero reproches ni negativas. Harás exactamente lo que te digo, y de esa manera encontraré a la mocosa —Darcy sonrió, y comenzó a reír de forma escandalosa de forma  repentina. Loki instintivamente miró hacia todas partes. Lo último que necesitaba era llamar la atención.

—Así que eres fácil de convencer si alguien te hace pucheritos, ¿eh?

—Camina.

—Espera, tenemos que ir por Tara. No quiero perder también a la hija de Stark. ¿Lo has visto alguna vez histérico?

~@~

Nadie había visto a Tony Stark histérico alguna vez, pero Loki imaginaba que era algo que no esperaba ver jamás, y es por eso que ahora no sólo llevaba a Darcy detrás haciendo de sus minutos los más irritables.

—Debimos tomar el autobús, insisto. El subterráneo nos dejará tres innecesarias cuadras más lejos.

—¿Puedes callarte? —pidió Loki entre dientes —. En serio, lograrán quedar extintos por hablar demasiado.

—Pues en eso te equivoc... —Darcy le tapó la boca con su mano y le sonrió al Dios del engaño.

—Problema resuelto. ¿A quién estamos buscando exactamente?

—A un rastreador —respondió sin más —, es un asgardiano que lleva muchos años viviendo aquí por razones, que de mi parte, me parecen muy estúpidas —sus ojos verdes estaban fijos en las imágenes uniformes por la ventana que provocaba el tren al pasar —. Es una versión anciana de Thor.

—¿Por qué lo dices? —este suspiró con la paciencia que no tenía, y llevó su mirada hacia ella.

—Siente amor por un mundo al que no pertenece.

[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora