9 [Editado]

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Ángela había observado a Darcy en silencio por unos largos y tediosos segundos. Y, aunque se había esforzado realmente, no había encontrado nada extraordinario en ella. Sólo se trataba de una testaruda, sarcástica y atrevida mujer de la Tierra. Ni siquiera era más bonita que una asgardiana. Se encogió de hombros, como si la respuesta a todo lo que representaba Darcy en aquella sala, fuese más que obvia: Loki tendría sus motivos. De otra manera, la midgardiana no hubiese estado allí frente a ella, mirándose las uñas como si nada. 

Checó la hora del viejo reloj de la pared. Había pasado un largo rato desde que habían dejado a solas a Loki y al Maestro. Y el hecho que ninguno hubiese aparecido aún se le hacía un tanto extraño. Es por ello que abandonó la sala, sin decir ni una sola palabra a las mujeres presentes, y se dirigió rápidamente al taller del Gran Maestro. 

Se llevó una gran sorpresa al encontrar a Loki aún allí. De hecho, tenía que admitir que de alguna manera había llegado ahí sólo para corroborar que ya se hubiera largado como de costumbre.

—¿Sorprendida? —Loki estaba sentado en el sillón del Maestro, en una pose altiva, pero a su vez pensativa.

—No esperaba encontrar algo de ti aquí.

—Thor siempre sabe dónde encontrarme —Ángela sonrió de lado —. ¿Qué tan complicados estamos? Necesito de tu... «Sexto sentido». ¿Qué buscaba Amora aquí?

—Ya lo sabes, pero no creo que haya sido ella la que se llevó a la niña —se cruzó de brazos y se apoyó en una de las mesas de trabajo del taller —. Thanos quiere que seas tú quién te presentes frente a él con la hija de Thor. Y eso la enfurece. No me sorprendería si ya te hizo una linda visita, al respecto.

—¿Y si así fue?

—Ya no somos niños, Loki. No voy acusarte con el Padre de Todos por todas las estupideces que haces. Pero quiero que sepas una cosa, es lealtad o traición, vivir para siempre o vivir ocultándote. Todo depende de ti —chasqueó sus dedos y la habitación -por un instante- quedó en penumbras. Sin embargo, en un pestañeo todo se iluminó con una luz verde de carácter espectral; el rostro de Sally apareció entre ellos, parecía estar hablando con alguien. Estaba en perfectas condiciones y por un momento Loki sintió un anormal alivio apoderarse de él de forma violenta —. Sally está con el Hechicero Supremo, el carismático Dr. Strange. Puedo llevarte ahí, si quieres. A menos que aún seas un maldito orgulloso y quieras perder el tiempo buscándolo por tu cuenta.

—Sólo hazlo, sé que quieres demostrar tus habilidades nuevas —murmuró con sarcasmo mientras se encaminaba a la salida.

—Sigue siendo un idiota.

¡Escuché eso!

~£~

—El Cap ya ha puesto su grupo a trabajar. Por mi parte estoy intentando hacer contacto con Tara, y no es por presumir, pero creo que salió con el mismo complejo de genio rebelde que yo. No tengo forma de saber dónde está, bloqueó de alguna manera mi rastreador —Tony observó a Thor —, ¿estás escuchándome?

—Sí, eso creo —se mordió el interior de sus mejillas. Había regresado de Asgard con malas noticias. Sin embargo, no es como si hubiera esperado recibir algo positivo. Esa magia, no era una común, no sabía mucho de ello pero el conocimiento vago del arte que tenía, sin duda lo obligaba a sentirse preocupado  —. Creo que necesitamos más que a los Vengadores esta vez. Iré a visitar un viejo amigo.

—¿Y estás seguro qué este te ayudará? —el asgardiano arrugó la cara y tomó con fuerza su martillo.

—Tal vez, eso espero.

—Te acompañaré.

—Será aburrido.

—No importa. También quiero saber dónde está mi hija, Thor. Y si sabes de alguien que es capaz de hacerlo, entonces iré —indeciso, Thor terminó por asentir.

Era una excusa válida y no tenía argumentos para invalidar las palabras de Tony Stark.

~@~

Amora llegó hasta los pies de Thanos con una sonrisa bailando entre sus carnosos labios y una mirada gallarda que logró sacar a tiempo en cuanto el villano, colocó toda su atención en ella.

—Espero que traigas buenas noticias.

—Más de las que hubiera deseado, mi señor —se reincorporó y comenzó a pasearse con serenidad, sin temor alguno —. Ya sé quién es el ladrón del Guantelete, se hace llamar Dr. Strange.

—¿La niña?

—También en su poder. No sé las intenciones que tiene, pero creo poder averiguarlas.

—¿Por qué estás tan segura de ello? —Amora volvió a sonreír y quedó nuevamente frente a Thanos con sus ojos chispeantes.

 Los seguidores más cercanos del titán, estaban reacios a su comportamiento inoportuno que la mujer solía tener frente a su líder en cada encuentro a la que era requerida su presencia. No era más que una mujer tramposa y a su vez muy peligrosa, que ni siquiera se molestaba en ocultar.

—Loki —respondió inmediatamente —, él nos guiará al Hechicero. Haré lo posible, incluso lo imposible, para que termine haciéndolo.

—Loki no será fácil de doblegar, después de todo terminó demostrando que es fiel al Padre de Todos —protestó uno de los sirvientes de Thanos con osadía —. Ya fuimos traicionados por sus juegos, ¿quién nos asegura que no lo hará de nuevo?

—Loki es un niño, hará lo que le diga con tal de tener la paleta más grande y dulce en las manos del mejor postor. Y si me equivoco, tienen el derecho de matarme como muchos de ustedes lo desean... 

~£~

—Sabes, me he preguntado todo este tiempo cómo fue que terminaste aquí —comentó Darcy caminando detrás del asgardiano.

—Chantaje —masculló en respuesta antes de abrir con su mano un portal en medio de la vereda. Tara se había detenido estupefacta frente al mismo.

—¿Qué demonios, es en serio? ¡Es fantástico! 

—Es un chiste, ¿verdad? Es imposible que nunca hayas cruzado uno de estos —se burló la pelirroja pasando por su lado como si nada.

—¡Disculpa por tener una vida normal!

Darcy y Loki se miraron, el último la dejó pasar no sin antes murmurar un:

—Después de ti.

—A veces eres un maldito y otras, todo un caballero.

—Y aún no conoces mis mejores facetas —ella rió por lo bajo y por un segundo, Loki la acompañó en ese repentino arranque de locura.

¿Qué estaba pasando con él? A caso... No. Sacudió su cabeza e intentó despejar ese efímero pensamiento nublar el resto de sus sentidos. Él no podía sentir, no podía convertirse en un idiota sensible como Thor, no podía arraigarse a alguien cuya vida no era más que un suspiro.

No podía, ¿verdad?

—Creo que se Lokió —Tara se carcajeó y luego de secar sus lágrimas miró a las demás que parecían no haber entendido el chiste —. O sea, se bloqueó ¿entienden? — explicó entre risas, pero Ángela y Darcy tan sólo la miraron escépticas —. Oh, vamos, admitan que fue gracioso.

[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora