11 [Editado]

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Estaba molesto, molesto de que Amora pensara que atacando la cueva de aquel hechicero de cuarta, lo obligaría a él a entregar a su sobrina en bandeja de plata. No era tan fácil de amedrentar, ¿a caso aquello había sido una broma, el cebo para ir detrás de ella? Por el ojo perdido de Odín, ¿qué rayos estaba pasando con su vida?

—Eres malo, eres bueno, eres malo, eres... Ya sabes como sigue —Darcy le tiró pétalos de margaritas en la cara al mismo tiempo en que dejaba relucir una insultante sonrisa. Cualquier otro día la habría mandado literalmente de una patada al otro lado del universo. Pero, vaya, ni siquiera estaba de ánimos para decir una sola palabra a la midgardiana —. Thor y el coqueto Dr. Strange están planeando ocultar a Sally mientras guong, o como se diga, intentará buscar las gemas con los Vengadores lo antes posible.

—No funcionará.

—Sabía que dirías eso, por esa misma razón el plan es otro —Loki frunció el ceño —. ¿Qué? No confío en ti.

— ¿Y por qué pierdes el tiempo aquí? —escupió cruzándose de brazos —. ¿Por qué no estás con los «chicos buenos»?

—Sufro del... —se aclaró la garganta antes de sentarse junto a él y hacer un ademán con su mano en el aire —. Síndrome del gusto por los chicos malos.

—¿Eso siquiera existe?

—Sí para Jane. Larga historia —añadió antes de qué este atinara a decir algo.

Darcy se dio cuenta que había sido la primera conversación extrañamente normal que había tenido con el mismísimo Loki. Una conversación que no había tenido ni la más mínima conexión con el agujero en el techo del Sanctum Sanctorum. Quizá, los Stark tenían razón, Loki la tenía algo «confundida» y aquello era un camino completamente peligroso. 

Se rascó la mejilla pensativa y miró hacia otra parte, era difícil no sentirse intimidada en lo absoluto por él y eso realmente le molestaba. Quería, deseaba, sentirse enojada con él. Pero era curioso que aquello no naciera ni en lo más profundo de su ser.

—Estás demente.

—Entre tú y yo, hay que admitir que no tanto en comparación de Amora. ¿Qué sucederá si no entregas a Sally? —éste bajó la mirada y arrugó los labios con seriedad.

Él también se lo había preguntado. ¿Qué sucedería? ¿Realmente la entregaría? ¿Haría alguna locura como sólo él podía cometer? Todo esa situación era una basura, una verdadera y asquerosa basura. Nada lo incitaba más que el deseo prematuro de largarse y dejar que el universo hiciese lo que se le viniese en ganas. Hurgarse la nariz o que Thanos los destruyera a todos, no tenía gran importancia para él. Pero allí estaba, hablando con un ser inferior y con muchas dudas e interrogantes obstruyendo sus pensamientos.

—Si los sucesos futuros están de nuestro lado, quizá no suceda nada. Sin embargo, hay un alto índice de que todo acabe en una catástrofe.

—Bueno, la esperanza es lo último que se pierde.

—Como una simple mortal, es a lo único a lo que debes aferrarte. Porque no tienes otra escapatoria, por defecto, tu destino es morir.

~*~

Sally arrugó su ceño lentamente. ¿Aventuras? ¿Peleas? ¿Peligro? Tal vez debió desear algo diferente, quizás, ¿una jirafa bebé? Eso hubiera sido perfecto. Pero no, su lado asgardiano tenía que desear luchas y batallas para sentir que pertenecía a alguna parte. Que estupidez, pensó chasqueando la lengua.

—Así que estás castigada hasta el año cuatro mil —comentó cuando oyó entrar a Tara. 

Esta rió, pero aquella risa no llegaba a sus ojos. Aquel gesto no era más que  una autodefensa de algún gen rebelde de su padre para ocultar el miedo o un malestar reciente. La conocía perfectamente bien y todo indicaba que algo le preocupaba. 

— Él lo olvidará pronto —murmuró sentándose a su lado. Tenía una bandita sobre su ceja izquierda y una en su mano derecha —. ¿Tú estás bien?

—Sí, eso creo. Ya no encuentro estas cosas tan divertidas como pensaba.

—Te dije que algo raro iba a pasar.  

—Tu "alarma Stark" al parecer funciona —Tara le dio un par de palmaditas en la espalda y dejó escapar un suspiro.

—Nunca ignores una "alarma Stark" —murmuró con un aire sabiondo —. ¿Qué sucederá ahora? Escuché que tu casa quedó reducida en cenizas.

—Lo más seguro, es que mi padre me lleve a Asgard o me encierre en un bunker después de que la voz de esa mujer dijo mi nombre —Sally sonrió para su mejor amiga —. Pero no te preocupes, no tenemos por que, ¿no?

—Eso espero, la amenaza de esa mujer no parecía ser una broma.   


[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora