12 [Editado]

212 25 5
                                    

Sally creía que las esposas en las manos de Loki eran inaceptables. Sin embargo, ni su padre ni él se habían quejado al respecto. Suponía que aún tenía mucho que aprender, lo que no significaba que aquello no le causara molestia. Su padre sabía lo que sentía, se había encargado de ello con sólo una mirada y ni aún así, recibió una explicación. Loki, por su parte, había entrado en algún raro trance para evitar todo tipo de contacto visual y, aún cuando lo habían llevado a  las entrañas de las nuevas instalaciones de los Vengadores como un animal peligroso, no lo había dejado de hacer.

Había pasado varias horas observando la celda que lo contenía, a una distancia relativamente prudente mientras la seguridad iba y venía asegurándose de que nadie, más que aquellos que lo tenían permitido, se acercaran al hermano de Thor.

-¿Entiendes? -la voz de su mejor amiga llegó finalmente a ella con claridad.

Se giró, la miró y metió sus manos en sus bolsillos. No había escuchado ni una sola palabra, pero esa expresión, el temblor en sus manos, ese brillo en sus ojos, sólo se debía a alguien en especial.

-Sólo dile hola, Stark -murmuró echándole una última mirada a su tío antes de darse la vuelta y caminar a ningún lado en lo particular -. James no desaparecerá con ese simple gesto de cortesía. No es tan complicado.

-No creo que hayas entendido por qué no puedo decirle "hola".

-Me alegra que esas sean tus únicas preocupaciones, ¿sabes? Yo estoy a punto de envejecer veinte años con sólo pensar en lo que está sucediendo en estos momentos.

-Bueno, no es que esto no me preocupe -dijo esta con sinceridad -, es que aún no quiero caer en la realidad; mi mente funciona mejor si finjo que nunca pasó.

-Eso no siempre es sano, Morgan.

-Si vuelves a nombrarme así, te dejaré calva. 

~*~

Thor pasó sus manos por su rostro, intentando alejar el peso que sus hombros parecían cargar. Loki, se dijo con pesar, siempre estaba complicando las cosas. Era un imán para los problemas. Todo se trataba de él, todo comenzaba con él y esta vez, tenía que encontrar la manera de que todo acabara con él. Debía buscar el modo correcto para que él cooperara y ahorrarse más peligros.

No estaba asustado, por supuesto que no, aunque tampoco gozaba de tranquilidad. Thanos estaba siendo un gran dolor de cabeza para todos, incluso antes de lo sucedido con Hela. Recuperar las gemas sería una misión insufrible sobre todo porque, después de haberlas ocultado como «huevos de Pascuas», las cosas no parecían haber mejorado en lo absoluto.

Su otro problema de turno, era la idea impulsada por Strange. Tenía motivos honorables, pero no podía estar de acuerdo de enviar a Sally, su pequeña Sally, lejos de él. Eso era suficiente para estar en esos momentos reflexionando y buscando un «plan B», uno en el que no tuviese que enviar a su familia a otro mundo.

-¿Otra vez así? -Tony se sentó junto a él, sin poder evitar dejar escapar un suspiro -. Vamos, viejo, ¿a caso no eres un guerrero?

-Lo soy -murmuró con molestia-, pero ahora uno más responsable.

-Pues es un mal momento para serlo, ¿no crees? Necesitamos tu brutalidad, deberías despertarla.

~*~

Había regresado en sí. Las luces blancas lastimaron sus ojos por un segundo, pero la soledad fue un duro golpe de realidad que se quedó estancado en lo más profundo de su ser. Se colocó de pie y se paseó unos cuantos minutos en su celda. Debía estar demente, sin embargo, después de inspeccionar aquel lugar, se dio cuenta que merecía estar allí después de todo.

-Tu la conoces -levantó su mirada del suelo y la fijó sobre la hija de Thor, por instinto inspeccionó que nadie de los de seguridad allí presentes estuviera viendo aquello -. Debes saber sus puntos débiles.

-Antes de saber los puntos débiles de tus adversarios, debes reforzar los tuyo -Sally arrugó sus labios y ladeó la cabeza.

-¿Me enseñarías?

-¿Yo? -soltó una risotada -. Mírame dónde estoy, ¿qué podría enseñarte alguien como yo?

-Confío en lo que sabes, tío Loki.

-¡No soy tu tío!

-Bueno, eso no está a discusión. Eres mi familia de todas formas y esta lucha sólo puede ser ganada de una manera: juntos -Loki sonrió con cinismo recostándose a su vez en el vidrio de la celda mientras negaba con la cabeza.

-Ya veo, ya se te pegó lo justiciera -se cruzó de brazos -. Aún así, no podría estar mejor donde estoy. Si no interfiero, tal vez, hayan más posibilidades de ganar.

-¿Escondido como un cobarde?

-Podría ser peor, ¿no crees? -ella frunció el ceño, claramente no estaba de acuerdo -. Tienes a todos estos soldaditos midgardianos a tu disposición, no me necesitas. Nadie me necesita.

-Pues en eso te equivocas. Tanto papá como yo, te necesitamos más que nunca, ¿por qué eres el único que no lo ha entendido? -dijo con algo de pena teñir sus palabras -. Por favor, piénsalo.

-No prometo nada, niña. No soy del tipo que hace o cumple promesas, ya deberías saberlo. Me gustaría estar solo -ella asintió, pero no dijo nada más, sólo desapareció como una ilusión -. ¿Esta es la lección que me estás dando, madre? -preguntó a la nada misma -. No es divertido -añadió con seriedad.

[Completa] Por El Chantaje De ThorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora