Capítulo 3. Stitches.

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Un fuerte llanto infantil se hace presente en la casa, haciéndome despertar de un golpe mientras unos pasos llegan hasta la pieza de al lado, luego de que el llanto cesa, veo un chico morocho con sombrero salir del cuarto con una bebé en brazos.

— ¿Es un bebé? — preguntó para mi misma con mucha sorpresa, pero el chico del sombrero parece escucharme ya que voltea a verme y, luego de dudarlo un poco, se acerca a la puerta.

Noto que tiene una venda que le cubre el ojo derecho — Si, es Judith. — la mira con ternura, al igual que yo — Es mi hermana.

— Hace tanto tiempo que no veo un bebé, — el chico se sienta en una silla qué hay cerca de la cama — no desde que mi hermanita nació. — le digo sin pensarlo mucho. El nombrarla me hace bajar la mirada con dolor.

— ¿Cuantos años tenía? — lo miro — Digo, cuando todo esto empezó.

— Solo cuatro. — sonrío amargamente — Era todo lo que tenía — murmuró con dolor.

— Lo lamentó. — dice el chico y asiento mientras me trago las lágrimas.

— ¿Puedo sostenerla? — me animo a preguntar luego de unos segundos en silencio.

— No creo que puedas. — dice con una pequeña sonrisa — Papá me contó que no podías caminar sola. — me dice mientras mece a la pequeña en sus piernas.

¿Padre? ¿Acaso Daryl es el padre? Ambos son morochos con ojos celestes probablemente lo sea. Aunque no veía al hombre como alguien con hijos.

— Será para después. — dice con una sonrisa y asiento — ¿Queres desayunar? — me pregunta mientras se levanta de su lugar.

— ¿Cuanto dormí? — le preguntó extrañada.

— Todo el día de ayer. — miro con sorpresa.

— Me gustaría desayunar. — digo respondiendo su anterior pregunta, con una pequeña sonrisa. El chico asiente y se acerca a donde estoy junto a la bebé mientras yo me siento con dificultad sobre la cama — ¿Cuál es tu nombre? — le preguntó.

— Carl. — sonríe a la par que su hermana le pone las manos en la cara.

Intento levantarme pero un dolor en la parte derecha del abdomen me detiene mientras aprieto toda el área con mis brazos, intentando que el dolor se vaya.

— Tranquila, traeré ayuda. — me dice antes de salir de la pieza.

Me recuesto sobre el colchón para levantar mi remera y mirar mi abdomen. Encuentro mi piel llena de moretones, heridas y cicatrices. Toco algunas de las cortaduras ya cicatrizadas y unos pequeños gemidos resuenan en mi garganta cuando toco las que son más nuevas y los moretones.

— Hey. — dice la voz rasposa desde la puerta. Rápidamente cubro mi abdomen y lo miro con nerviosismo, esperando a que diga — Carl me dijo que necesitas ayuda. — asiento — ¿Te llevo a abajo? — me pregunta y asiento.

Daryl se acerca a donde estoy, seguido por un hombre castaño claro y ojos claros, con una mirada más dura y menos comprensiva, aunque aún con cierta calidez dentro.

Evitó su mirada cuando se cruza con la mía y, luego de bajar las escaleras, Daryl me deja sobre una silla qué hay al lado de una mesa.

Sky. [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora