Capítulo 6. Raindrops On My Head.

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Me despierto, aún en el sillón, y el suave susurro de la lluvia inunda mis oídos, por lo que en mis labios se forma una sonrisa mientas me siento en el sillón. Muevo mi cuello y, en cuanto la contractura pasa, me levanto y voy hacia afuera, necesito ver la lluvia.

En cuanto piso el primer tablón del pórtico me encuentro con Daryl, fumando, con un arma en mano, rearmándola luego de, asumo, limpiarla. Devuelvo mi mirada a la lluvia y sonrió sin darme cuenta.

— Está lloviendo. — digo con emoción y una voz risueña al comprobar lo que oía desde adentro.

— Sí, probablemente pase en unos segundos. — me dice, sin emoción alguna sobre el tema. Yo solo sonrío y me siento en el borde le la escalera, dejando que mis pies descalzos sean mojados por la fresca lluvia. Apoyo los antebrazos sobre mis rodillas flexionadas y mi pera sobre estos para simplemente mirar las gotas de la lluvia mojar mis pies y el lugar a mi alrededor.

Es tan simple y conocido pero me resulta tan nuevo y fascinante al mismo tiempo, como un libro que leíste y olvidaste y vuelves a leer como si fuese la primera vez.

— ¿Por que tanta emoción sobre gotas cayendo del cielo? — me pregunta extrañado y notablemente interesado.

— No he visto la lluvia en mucho tiempo. — le explicó — Allá podía apenas escucharla. — se guarda un gran silencio, como cada vez que nombró ese lugar fuera de los planes de atacarlo — Antes era un mercado rural. — le explicó — Grandes galpones donde guardar maquinaria pesada y unas pequeñas salas subterráneas para guardar los archivos...

— Si, se lo que eran. — me interrumpe — Trabajé en uno de esos por unas semanas. — dice y asiento, con la mirada aún en la lluvia. Guardando silencio por unos segundos.

— ¿Sería muy idiota ir a mojarme abajo de la lluvia? — le preguntó, casi de repente, y noto un pequeño brillo en sus ojos cuando lo veo.

—No lo creo. — mira para las calles de Alexandria, desviando su mirada de la mía — Hace algo de calor, no te vas a enfermar. — me da el lado positivo y me mira con una escondida media sonrisa.

Me levanto decidida y bajo los escalones hasta sentir el áspero tacto del asfalto que me lleva a la calle bajo las plantas de mis pies. Mi pelo va tomando pequeñas gotas de lluvia que caen sobre mi cabeza mientras camino unos pocos pasos para dejar de pisar ese asfalto tan rasposo y poder pisar el húmedo y suave pasto.

Siento como todo mi cuerpo y ropa se moja y una sonrisa se forma en mi rostro. Sonrío repleta de felicidad porque es una hermosa noche donde la lluvia es solo una metáfora para mi libertad.

El tibio clima que el sol creo durante el día hace que todo esto sea mejor y mucho más agradable, pero sé que aunque hiciese frío lo estaría haciendo igual.

Quiero gritar con felicidad pero eso sería estúpido, por lo que me conformo con sonreír mientras levanto los brazos para atrapar más gotas con mi cuerpo.

Logró abrir los ojos a pesar el agua que los golpea y miro hacia la casa donde encuentro a Daryl en el mismo lugar pero ahora con una pequeña sonrisa cerrada formada en el rostro. Bajo mis brazos y sonrío, torciendo un poco el rostro a la derecha.

— ¡Vení! — le pido con emoción mientras hago ademanes pidiéndole que venga a donde estoy. Él niega, sacando la sonrisa que tenía en su boca y negando. Bufo divertida para luego acercarme a su lugar.

— Vamos. — le pido cuando estoy enfrente suyo del otro lado del pórtico.

— No es mi cosa. — me dice negando y, de apoco la lluvia frena, sacando ese ruido de gotas que daba de fondo.

— Tenes suerte que dejo de llover, la siguiente te voy a empujar hasta la lluvia. — le amenazo divertida mientras subo al pórtico.

Escurro mi pelo y ropa, intentando no gotear más para poder entrar a la casa. Pero, al no lograrlo, me decido quedar afuera hasta estar lo suficientemente seca como para pasar sin hacer un desastre con el agua que llevo encima.

—Las chicas que están allá — Dixon capta mi atención y lo miro, sentada en el piso, al lado del marco de la puerta, con las rodillas al pecho — ¿Que paso con ellas? ¿Por que no estaban con vos cuando te encontramos? — me pregunta.

— Quedaron atrás. — cierro los ojos brevemente, haciendo que las lágrimas no se generen y, luego de dar un suspiro, continuo — Estábamos corriendo para salir del lugar y Cady se cayo, nos dijo que siguiéramos y cuando nos dimos cuenta ya la tenían acorralada. — limpio una lágrima que cae antes que pueda bajar más de dos centímetros — Rachel y yo salimos trepando la reja y corrimos. Corrimos mucho, pero, cuando creí que quizás podríamos estar bien, caímos un barranco, separándonos. Scott me dijo que la habían encontrado ya, pero no sé que le hicieron. — digo, casi en un susurro. Se crean unos segundos de silencio, donde se escuchan las gotas de agua que caen del techo tocar los charcos.

— Entiendo porque vas a hacerlo. — dice de repente, cortando el pequeño silencio que se había creado — Porque vas a ir con nosotros mañana. — aclara.

— ¿Por qué? — le desafío con curiosidad pero aún seria.

— Queres matarlos. — me acomodo sobre mi lugar con incomodidad.

—Así es, o eso creo. — ladeó suavemente la cabeza — Quiero rescatar a mis amigas y matarlos, a cada uno de ellos. — pauso mis palabras y presionó mis dientes de abajo contra los de arriba, por solo unos segundos, respirando con pesadez para tranquilizar mis nervios y poder hablar con normalidad — Castigarlos por cada cosa que hicieron. — digo con una frialdad que no sabía que tenía en mi, y me levanto de mi lugar.

— No creo que sea una buena idea. — me advierte antes de que entre a la casa.

Me quedo quieta, enfrentando a la casa pero mirando por sobre mi hombro a Daryl — La venganza nunca es una buena idea, pero no me voy a quedar de brazos cruzados esperando que las cosas pasen. — le digo antes de entrar a la casa.

☆ ☆ ☆☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆ ☆

Sky y Daryl hablando seriamente ¿Ya los shipean? Más les vale que sí.

¿Qué creen que pase en el viaje?

¿Cady y Rachel, qué piensan que será de ellas?

Bueno, nos leemos en unos días.

Voten y comenten.

Besos ♡
Mai[tén]


Sky. [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora