♥Thank you

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"No necesitas magia, porque tú eres la magia"


Había muchas cosas que no entendía todavía, y su mente estaba llena de dudas...sin embargo, en ese instante y con la luz matutina de Francia, algo le decía que podría avanzar por fin.

No sabía a qué ritmo, ni siquiera si podría hacerlo sin tropezarse, pero tener a su pequeño en brazos, había cambiado esa sensación de derrota, y le daba un motivo para dar pequeños pasos.

Tener a Kiseki en sus brazos era mágico. Ni siquiera podría explicar el sentimiento de mirarlo dormir tranquilamente, en su propio pequeño mundo. Sonrió encantado, y suavemente llevo a Kiseki a la cama, acomodándolo con delicadeza y acostándose a su lado, admirándolo.

La lenta respiración de su hijo lograba calmar la ansiedad que sentía a cada momento, el miedo aglomerándose en su corazón parecía ser más ligero de cargar; el pesar de su pobre y roto corazón gritaba de dolor, rogando por seguir latiendo. Y latía ahora por Kiseki.

Era sólo el segundo día que pasaba con el bebé y no quería soltarlo bajo ningún motivo. Ese niño se había ganado todo su corazón desde el primer instante, le había mostrado un nuevo tipo de amor.

Pero no le sorprendió. Después de todo él era hijo de Yuuri, y también suyo.

"Es nuestro..." se decía, animándose a tomarlo comí un motivo para vivir...y vaya que lo estaba logrando, aunque tampoco podía dejar la tristeza de lado del todo.

En ocasiones se imaginaba al pelinegro cargando y alimentando al bebé, mientras él recargaba la cabeza en su hombro y cantaba suavemente a su hijo.

Y él reía por su poca afinación, pero Yuuri seguiría cantando mientras su respiración se hacía lenta y cerraba los ojos al mismo ritmo que el bebé lo hacía también.

También imaginó que entonces Yuuri le pedía cargarlo, aún con todo el miedo del mundo el japonés lograría colocar al bebé en sus brazos. Seguro lloraría de la misma manera que lo hizo cuando tuvo por primera vez a Kiseki en sus brazos, y Yuuri reiría y depositaria un beso en su mejilla, susurrando cuanto lo amaba a él y a ese momento.

Cuanto adoraba estar con ellos, con su familia.

Pero la realidad era totalmente distinta a todas sus ilusiones.

Se encontraba dudando de si podría con todo eso solo, y al mismo tiempo, listo para ello.

Realmente no estaba seguro al cien por ciento de si había hecho lo correcto en buscar refugio en esa pequeña vida que no sabía nada del asunto.
Sería injusto arrastrarlo a un mundo tan roto cómo el qué Víctor habitaba.

Pero tampoco podía abandonarlo a su suerte, cortar su vida con algunas pastillas y dejar que en un futuro el pequeño pensara que no había sido amado...Porque si algo sabía bien Víctor, era que Yuuri amó a su hijo más que a él mismo, e incluso lo puso antes que su vida o el amor que le profesaba.

Y no quería decepcionarlo siendo un cobarde.

¿Estás seguro de esto, Víctor?

La pregunta que le había hecho el tailandés cuando anunció que volvería a Rusia llevándose consigo a su hijo lo tomó desprevenido.

Ya que si estaba en Francia era por un impulso que llegó de repente.

Nunca había sentido una necesidad de buscar una respuesta en donde no la había, siempre había aceptado todo lo que la vida le daba.

Ya sea con recelo.
Ya sea con dolor.
Siempre lo acepto...Pero eso no significaba que podía afrontarlo.

Y era porque jamás tuvo quien dependiera de él en totalidad...pero ahora, básicamente sería el responsable de cuidar cada aspecto en la vida de su hijo.

Algo que lo ataba a la realidad y le hacía caer en cuenta que no podía rendirse...

A pesar del miedo, de las inseguridades que cada momento al lado de ese pequeño ser lograba implantar en su alma. A pesar de las noches de llanto que había pasado en Rusia, sólo con el consuelo de los recuerdos que estaban girando en su mente como una película vieja.

Sus esperanzas poco a poco y lo hacían hundirse cada vez más en un infierno, un camino sin retorno al cual desesperadamente quería encontrar una salida.

Pero ahora era tan distinto, algo le gritaba que no se perdiera.

No se dejaría caer...no podía permitirse caer.

-Prometo que voy a cuidarte, mi pequeñito-murmuró suavemente, jugando con la manita de su hijo-Cada suspiro tuyo, cada lágrima, y haré lo mejor para siempre tenerte cerca-depositó un suave beso en su frente, cerró los ojos mientras sus labios tocaban la suave piel de su bebé-Lo prometo, mi amor.

Se separó y soltó un suspiro cargado de un cansancio acumulado hace mucho tiempo. Los ojitos de Kiseki se abrieron lentamente, y acostumbrándose a la luz, parpadeo, hasta que pudo mirar a Víctor.

Una sonrisa tonta se extendió en el rostro de Víctor, mientras veía fijamente a su bebé, tan parecido a Yuuri...con esa misma cálida mirada que le hacía sentir que todo estaría bien.

-Tienes un papá tonto-le habló con suavidad, en un susurro apenas audible. El pequeño sólo se agitó un poco, y llevó una de sus manitas a la boca, como si entendiera las palabras de su padre.

El pecho de Vícor se Infló de ternura, y acaricio con delicadeza la mejilla de su bebé.

-ero te ama mucho-dijo jugando con el mechón plata que resaltaba en su escaso cabello castaño-Gracias por existir, hijo...

Y una lágrima bajo por su mejilla.

Kiseki había venido a salvarlo. Su pequeño, le había salvado la vida, de una forma hermosa.
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Segundo: Lamento lo de sus corazones :'( no fue mi intención v':

Tercero: No me espere alcanzar tan rápido los mil votos :'D
De verdad que no lo esperaba e.e y me siento súper feliz por ello. Por eso...voy a subir un capítulo especial después de éste, no tendrá gran relevancia en la historia, no se preocupen XD

Cuarto: Me siento triste...y no sé porque...sólo es una tristeza que me hace tener miedo. Y mientras pasa eso estoy escribiendo un capítulo :'D

Los quiero.

Pd. Disculpen las faltas de ortografía :'v

-TheMoreHistory-

•°Pequeños Milagros°• (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora