Vive. Ruega la muerte cuando sabe que ya no puedes más, porque realmente es un historia triste de contar cuando ya te has rendido, cuando te has rendido a sus besos y cálidos abrazos.
Viktor estaba intentando vivir.
La plática de ayer con el señor Katsuki había logrado apaciguar parte de sus miedos, sumergiendolo en una tranquilidad momentánea que lo embargaba aún.
Había llamado a Levi Ackerman para llevar el caso de su depresión, porque tenía en cuenta que necesitaba ayuda y ahora, mirando al pequeño Kiseki intentar sentarse con todas sus diminutas fuerzas lo alentaban a él. También deseaba utilizar todo de sí para poder levantarse de nuevo.
-Eh, hijo. Te vas a lastimar-dijo cuando el niño comenzó a temblar debido al esfuerzo, sus ojitos se abrieron en protesta y se removió entre los brazos de Viktor cuando lo alzó.
Era toda una odisea cuidar de él. Al cumplir los cinco meses había comenzado a llevar todo hasta su boca, de milagro no le había dado alguna enfermedad estomacal (algo que Viktor de verdad agradecía) además de que comenzaba a querer sentarse por si mismo y ya balbuceaba a cada rato, seguramente sería un hablador de primera, quizá un gran orador.*
-Ya, deja de hacer tanto escandalo Kiseki. Tu abuela de molestará- comenzó a babear en protesta, sacando el labio inferior.
Los ojos que en un principio eran de un color chocolate oscuro ahora tenían una tonalidad miel, casi llegando a un verde almendrado que hacía resaltar su piel clara. Todos había muerto de ternura al ver al pequeño Kiseki, y las opiniones no tardaron en aparecer de forma discreta.
Se parece a Viktor.
Se parece a Yuuri.
Pero para él, su hijo era una combinación de ambos, robándoles sus mejores genes y haciéndolos suyos de forma elegante.
Hiroko rió cuando escuchó el regaño de Viktor. Entrando a la habitación con un plato y un vaso pequeño que tenía un conejo azul impreso en el plástico. Ambos miraron a la mujer.
-No me molesta-dice risueña, Viktor sonríe y le tiende al niño, éste protesta a alejarse de su padre mientras sus ojos se humedecen.
Chantajista. Pensó Viktor.
Su expresión cambio totalmente cuando se le presentó el vasito, miro con curiosidad a Hiroko, con los ojos abiertos en sorpresa, como si aquel recipiente fuese algo nuevo (lo era para él)
Soltó un sonidito que parecía un "Dah" cuando sus pequeñas manos se ciñeron alrededor del vaso, sorprendido del nuevo objeto que se le presentaban.
La castaña acomodó a Kiseki en sus brazos, y el niño comenzó intentar meter el chupón a su boca.
Viktor suspiró.
-Ya lo decidí-dijo a Hiroko, quien miro confundida a Viktor.
-El qué, cariño.-volvió su vista al pequeño pelinegro, ayudándolo a atrapar el chupón y sonriendo satisfecha cuando Kiseki aceptó el vaso, succionando la leche de fórmula de manera veloz.
Viktor metió ambas manos en los bolsillos de su chamarra, se sentía como un niño que había hecho una travesura. Como romper el jarrón favorito de mamá, o un adolescente que se fue a una fiesta sin permiso y terminó borracho.
Pero el ya no era un adolescente, mucho menos un niño. Y no era un simple jarrón o una borrachera lo que tenía que justificar.
-Yo...quiero pedirle que cuide a Kiseki un tiempo.
El rostro de desilusión que mostró la mujer fue como una daga a su corazón herido.
Vive, ruegan los momentos que ya no existen cuando no quieres dejarlos ir, cuando con tus manos te aferras a ellos como única salvación.
Sus ojos enrojecieron a pesar de que una sonrisa se formó en su rostro, asintió bajando la mirada.
-Claro, cariño. No hay problema...yo...yo me haré cargo de él hasta que vuelvas.
Una lágrima solitaria resbaló por mejilla.
-No lo entiendo...-susurró-lo siento cielo, pero no puedo entenderte. Sé que haces tu mejor esfuerzo...pero...
Negó, entregó el bebé a Viktor y salió de la habitación limpiando sus mejillas.
Quizá aún era demasiado para todos.
Vive. Ruegan los recuerdos que quieren ser libres.
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Orador/oratoria: el arte de la palabra, no es de rezar. Es el manejo de fondo y forma al momento de dar un discurso.
Acabo de llegar de callejera X'D vi una pelea con un hombre y una mujer, y había un bebé ahí así que...:v
Por cierto...llegue tarde a la escuela :'D
Doble capítulo \(*-*)/ ahora me pondré a hacer tarea :'D
Ya llegamos a los 3k en votos :'D
Gracias por el apoyo mis pequeños Katsudones y Mocosos Kawaiis.
-TheMoreHistory-
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•°Pequeños Milagros°• (EN EDICIÓN)
FanfictionHay heridas, que hacen eco en el alma... Son aquellas enemigas del tiempo, porque libran una batalla a muerte contra él; se mantienen a carne viva, ardiendo y quemando, mientras nos consumimos en agonía. Una agonía que agota al espíritu, llenándolo...