5 días después...
Mi nombre es Beth Campbell, tengo 19 años, era huérfana o eso creía, mis padres han aparecido de la nada, con la excusa de mi protección. Su regreso ha sido gracias a Adam James.
Adam.
Aquel chico que se introdujo en mi vida accidentalmente por cuestiones espirituales raras; junto con su familia. ¿Quién lo creería? ¿Vampiros? ¿Realmente existen? Pues todas estas dudas se han ido aclarando a partir de cada suceso que he tenido en mi vida estos últimos tres o cuatro meses. Pensé que todo esto no era más que una locura; realmente lo era, sin embargo, he aprendido a llevar esto con calma. No es fácil saber que de la nada estás en una prueba de 100 días, en la cuál está en juego tu espíritu, no es fácil... Y siendo honestos, ni siquiera creíble; Pero es el giro que ha estado tomando mi vida estos últimos meses.
Ya estaba a quince días de mi decisión final. En quince días tendría que elegir. Ese día Baion y su ejército vendrían por mí. Tenía claro que era lo que quería, quería seguir siendo humana, seguir viviendo como una persona normal, pero tampoco quería que le pasara algo a mis padres, ni mucho menos a mi novio. Claramente no tendría que estar con Adam, eso era sumamente importante en este proceso y nosotros lo sabíamos, pero decidimos hacer caso omiso, e ignorar todo, siguiendo solo nuestros sentimientos.
Hasta el momento me ha mostrado confianza y lealtad. Algo que aprecio mucho. En ningún momento me hizo ver que era malo, o tenía malas intenciones hacia mí. Su familia y él se han preocupado por qué es lo que me está pasando. Tenía que pensarlo bien... Era una sangre pura, tenía que pensarlo, ya que por el simple hecho de serlo, de mí dependían muchas vidas, o para ser concretos... Muchos humanos.
Abro los ojos y me encuentro en el mismo lugar resplandeciente de la otra vez... Veo a la misma mujer de siempre, que se supone es mi madre, pero si mi madre está viva... ¿Quién es ella?
Está de espaldas; me acerco y le toco el hombro.—¿Hola? Ehm...—Dejo la frase en el aire—¿Quién eres? Después de todo mi madre está viva.
Esta levanta su mirada y me fulmina por un corto tiempo. —¿Quién es usted? —Repito la pregunta. Pero no obtengo respuesta. Veo como su rostro empieza a deformarse tornándose algo completamente extraño al ojo humano.—Quince días... Quince días y estás perdida niña...—Dice acercándose.
—¿Qué? ¿Quién es usted, y qué quiere?
—¿Y Adum? —Rie.—¿Cómo sigue él?
—¿Qué es lo que quieres?—Exclamé fastidiada.
—¿Estarás segura de conocerlo perfectamente?
—¡Ya cállate!—Exclamé.
—O más bien... ¿Estás segura de que en realidad le conoces?
—No hables pavadas.—Digo entre dientes.
—Ya te dijo que es amigo de Ryan?—No estará hablando en serio.—Que él es de su gente, que cuando ustedes eran novios, él fue quien planeó que él te manipulara así.
—Deja de decir tonterías, conozco a mi novio.
—Crees hacerlo... Preguntate realmente si ese chico te quiere, como para hacerte eso. —Me mira con expresión burlesca.— Puedes confirmarlo. No seas tonta, Adam te va a destruir.
Veo como su silueta va desapareciendo causandome un leve mareo.
—Ah, soy una voz que vive en tu consciencia, y quítate ese pensamiento de que quiero hacerte daño, te estoy haciendo ver las cosas. Deberías estar agradecida que eres sangre pura y tienes este don.
—Yo no pedí esto.
–Pero lo tienes... Así que aprovechalo! No cualquier mortal tiene la oportunidad de esto.
Abrí los ojos y estaba en mi habitación. Adam entró y se sentó a mi lado.
—¿Cariño?
—Adam... Tenemos que hablar.
—Sí, claro—Se acomoda.—¿Qué pasa, amor?
—¿Te acuerdas de la mujer que salía en mis sueños? ¿Te decía que era mi madre? —Hace una mueca.—Si ella está viva... ¿Entonces quién es? —No lo dejé contestarme.—Me ha dicho varias cosas que concuerdan... No podemos seguir juntos, se acerca el día y no quiero que Baion tome esto de pretexto.
—No me alegra esto, pero tienes razón...—Baja el tono de la voz.—Apesar de todo, nada cambiará ¿no?–Preguntó.
—No, amor.
—¿Apesar de todo?
—Apesar de todo.
Me fui al gimnasio a seguir entrenando, cada vez era más fuerte en cuánto a lógica como en físico. Luego del entreno, Castiel y Ashley llegaron por mí. No era usual verlos a ellos juntos.
—¿Eh? ¿Ustedes...?
—¡No!—Exclamaron ambos al comienzo. —Ya que no habíamos hablado mucho decidí acercarme a él y charlar un poco—Dice Ahsley.—Es buena onda.
La miro con cara perversa.
—Beth... —Me fulmina.
—No pasa nada, compañera—Rio—Oye Cas, espero que me hayas traído comida justo como te lo dije. —Exijo.
—Tranquila, Campbell, todo está controlado. Ahora salgamos de aquí.
Íbamos en el Jeep de Castiel.
—¿Les parece si vamos al parque de diversiones?—Sí–Grita Ahs.
—Pero dejenme llegar a la casa y cambiarme.—Digo.
—Sí, porque tienes un olor putrefacto.—Dice Castiel y ríe.
—Cállate—Le digo riendo.
—Lleva a Adam.—Dice.
—Vale—Asiento.—Ashley, ¿llegarás a la casa?
—Ehm... No lo sé, Beth.—Dice rara.
—Cariño, si te sientes incómoda no llegues.—La aconsejo.—¿Qué decides?
—Los espero en la puerta.—Dice algo animada.
Llego a la casa. De rapidez dejo mis cosas sobre la cama y entro a la ducha. Me cambio rápidamente y para terminar me hago una coleta alta. Voy a la habitación de Adam.
—Amor—Le saludo y lo beso.—¡Vamos al parque de diversiones!
—Eh, amor...—Dice—No me siento muy bien.—Estaba diferente y lo notaba.
—Oh,¿Necesitas algo? Si quieres me quedo contigo... No hay problem..—No me dejó terminar.
—Ve con los chicos, no te preocupes, te amo.—Eso sonó más diferente de lo normal.
Sin más, salí de allí. Me encontré a Castiel hablando con los chicos en la sala de estar.
—Esa joven si es guapa—Dice Damon.
—¡Bomboncito!—Grita Ethan.
Río junto con ellos.—Callense, babosos. Vamos al parque de diversiones, ¿Quieren?
Se animan todos menos Ethan. —Yo... Me quedaré, disfruten. —Dice acompañándonos a la puerta.
En ese momento cruza su mirada con Ashley, quién miraba hacia otro lado, y en cuanto lo miró, se puso tensa. Se sentía el ambiente tenso, todos lo notábamos.
—Ashley...—Empezó Ethan. De repente sentí que no debíamos estar ahí.
—Ni una palabra.—Reaccionó ella al instante.—Vámonos. —Se giró sobre sus talones y siguió.
Todos salimos de ahí en silencio detrás de ella. Volteé y miré a Ethan por última vez. Este tenía la cabeza gacha, me miro con ojos tristes y negó levemente.
Definitivamente no sabes lo que tienes, hasta que pierdes...
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OFFENSIVE ®.
RomanceÉl era como un día nublado: Frío, de color gris. Se veía triste, cansado, apunto de explotar. Por lo general la gente piensa que los cielos nublados, son lo de los días más tristes. Pero sólo hay que encontrar un cielo nublado, que contenga gotas cá...