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Klaus Mikaleson se encontraba mirando por el balcón de un motel en Beacon Hills como la doppelgänger que el quería era llevada como saco de papas por Liam Dunbar.
Antes de llegar al pueblo había investigado la vida de Ellie McCall.
A finales de su segundo año de prepa, un alfa la había mordido junto a Lydia Martin, su mejor amiga después de la difunta Allison Argent; se había vuelto una cazadora experta en menos de cinco meses y era como una segunda hija para Chris Argent; su hermano era un verdadero alfa y su manada esta formada por toda clase de criaturas sobrenaturales; su ex-novio fue un asesino en serie que controlaba al kanima; y ahorita ella estaba estudiando medicina.
—¿Que más averiguaste, Elijah? ¿Y donde esta Kol?
La voz de híbrido original era masculina, con un acento ingles que podía llevar a la perdición de cualquier mujer que el quisiera, por más que estas fueran tan difíciles como evitar sus deseos de volver a tener su ejército de híbridos. Era manipulador, egoísta, temido, pero tenía su encanto.
—Los Salvatores están con ella, hermano. Y Kol ha de estar por ahí, alimentándose, hablare con el al respecto.
Klaus negó con la cabeza y golpeo la barandilla del balcón con fuerza.
—Ellos no entienden, son unos entrometidos que no saben más que fastidiar a nuestra familia.
—Querrás decir a ti, Klaus.
El híbrido original giro la cabeza a su media hermana con una sonrisa sin mostrar los dientes.
—Veo que te diviertes Rebekah.
La original llevaba miles de bolsas de ropa en las manos, sin contar que su cabello estaba revuelto y que tenía sangre fresca en la comisura de la boca.
—¿Que puedo decir? Los pueblos pequeños ya no son los míos, una ocupa entretenerse.
—Por cierto, hermanos —Elijah acomodo las mangas de su camisa y dio unos pasos a Rebekah y a Niklaus—, no queremos exponernos, ¿cierto?
Rebekah frunció el ceño y se cruzo de brazos aún sin dejar las bolsas de lado.
—Yo no he hecho nada.
—Hoy por la tarde encontraron 20 cuerpos, sin una gota de sangre.
—Bueno, hermano —Klaus se giro hacia Elijah y sonrío sin mostrar los dientes—, creo que no somos lo únicos vampiros a parte de los Salvatore.
