Capítulo 9: La verdad

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—¿Cómo dices? —preguntó Heldrick mientras reía.

—Él no es tu abuelo —reafirmó con serenidad.

—¡Que dices! —Dijo frunciendo su entrecejo—, como...

Larkin lo interrumpió y le explicó. —Mi padre murió antes de que nacieras. Era un mago muy estricto y malo. Nos educaba a los cuatro de manera muy brusca, siempre decía que un mago debe de ser el mejor, nos quería educar para no socializar con personas comunes.

—¿A los cuatro? ¿Tengo más tíos? —Preguntó desconcertado.

—Así es. Prosigo, una vez nos mandó a enviar una carta a pie para un amigo, estaba a cientos de kilómetros, sin caballo, sin agua. Cuando llegamos, estábamos derrotados, por suerte, agua se encontraba en todos lados, pero comida nadie daba.

—No entiendo —expresó Heldrick—, ¿dices que mi padre me mantuvo alejado de él por ser tan malo?

—Así es, no ibas a vivir todo el tiempo con esa mentira —comentó—. Antes de que mi padre muriera, él se enteró de que su novia estaba embarazada, es decir, tu madre te tenía en el vientre. Así que escapó de casa. Mi padre siempre decía que no podíamos casarnos con un humano común ya que dañaría nuestra sangre. Para tratar de mantenerte lejos de él, se fue hacia Rainberg, el pueblo donde te criaste y se hospedó en la casa de un anciano. Por lo visto le explicaron todo y él comenzó a actuar como tu abuelo. Ese anciano les dio trabajo y los ayudó en todo, tengo que admitir que tuvieron mucha suerte.

—¿Pero por qué no me lo dijo? —cuestionó.

—¿Cómo te sientes ahora que lo sabes? —preguntó Larkin con una leve sonrisa.

—Me siento engañado —murmuró mientras agachaba su cabeza.

—Quizás por eso no te lo quiso decir, o esperaban el momento adecuado —dijo—, y no habló de sus hermanos, ya que así descubrirías la verdad de todo esto.

—Debo hablar con mi abuelo —declaró.

Heldrick llegó a su habitación, todos estaban acostados, él encendió la luz y atrajo la atención de todos. Su rostro expresaba asombro y engaño, así que todos se levantaron y le preguntaron ¿qué había sucedido?

Él decidió explicarle todo, con lujo y detalles.

—Y... ¿De verdad le crees eso? —preguntó Elizabeth.

—No lo sé, creo que está diciendo la verdad.

—¿Por qué no vamos a visitar a tu abuelo y le preguntamos? —opinó Alexander.

—Vive demasiado lejos, si caminamos tardaríamos mucho y llegaríamos tarde a la resistencia.

—¡Entonces compremos un caballo! —sugirió Alexander con mucho entusiasmo.

—Esta bien.

—¡Mejor compremos dos! —Exclamó Sofía.

—Alexander y yo terminaremos de reunir el dinero faltante y ustedes dos hagan lo mismo y compren uno. La semana que viene partiremos —dijo Heldrick.

Las chicas desde hace unos meses comenzaron a trabajar en una tienda como ayudante. Las dos cuidaban el negocio, limpiaban y atendían a los clientes mientras que el dueño se encargaba de otros asuntos.

Comenzó el día y todos fueron a clases para luego ir a trabajar. Heldrick se dirigió a Magia (Nivel II), junto con Sofía.

Llegaron al campo de magia y allí estaba el profesor Larkin, pues le había tocado de nuevo como profesor en esa misma materia.

Askarea: La venganza de HeldrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora