Capítulo 1: La Resistencia de Askarea

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—¡Heldrick despierta! ¡Ya es tarde! —anunció su abuelo.

—Dos minutos más abuelo —respondió somnoliento, mientras se cubría su rostro con una manta.

—Perezoso —murmuró su abuelo.

Heldrick se levantó y se vistió con una túnica negra, luego se colocó sus anillos y una pulsera de plata que tanto le gustaba. Salió de su habitación y se sentó a comer con su abuelo, su casa era de madera, tenía una chimenea en la sala que estaba muy cerca de la mesa, la cual era de una madera mucho más oscura. Luego de probar la comida su abuelo le preguntó:

—¿Estás emocionado?

Pues hoy Heldrick iba a presentarse a La Resistencia De Askarea, estaba ansioso por socializar, conocer magos, hechiceros y guerreros valientes capaces de estar dispuestos a correr aventuras con él. A Heldrick le encanta luchar con bestias y sobre todo explorar cuevas en busca cosas raras que le sean de utilidad o que pueda comerciar.

—Claro abuelo, como no estarlo —respondió con entusiasmo.

—Espero que te vaya bastante bien, te echaré de menos —expresó mientras sonreía.

—Yo también te extrañaré —replicó.

Heldrick terminó de desayunar, abrazó a su abuelo, cogió su bolso con su ropa y se levantó para irse a su primer día en La Resistencia de Askarea. No recorrió 50 metros de distancia cuando la voz de su abuelo se escuchó aturdiéndolo.

—¡Heldrick! —Gritó su abuelo.

Enseguida se dirigió a su casa con prisa y abrió la puerta, notó que su abuelo estaba sentado en la mesa.

—¿No se te olvida nada? —Preguntó su abuelo mientras miraba fijamente un estuche que estaba al otro extremo de la sala.

En ese momento Heldrick entró en razón y sonrió, pues se había dejado el bastón en casa.

—Gracias Abuelo —dijo mientras dedicaba una sonrisa.

—Suerte hijo.

De nuevo emprendió su camino. Él caminaba ya que no poseía un caballo propio, costaban bastante dinero en esa época y él no podía darse ese lujo por ese momento, pero realmente lo anhelaba.

Recorrió mucho camino, cruzando un campo muy extenso y atravesando un par de pueblos, contando el suyo.

Cuando llegó a la Resistencia de Askarea quedó fascinado por su estructura sólida. Era un lugar enorme rodeado por una muralla que lo protegía, tenía una puerta grande de madera que tenía situado justo encima un escudo de color plateado y ovalado que contenía una Espada, un arco y un bastón que formaba una "R". Dentro de estas murallas se encontraba en el centro un enorme castillo. Cuando bajo la mirada y miró hacia su derecha notó a aquel guerrero de la otra vez y decidió acercarse.

—Hola soy Heldrick, ¿Me recuerdas?

—Hola Heldrick, es un placer verte aquí —dijo—. ¿Vienes a alistarte no?

Heldrick mostró una sonrisa y asintió con la cabeza.

—Pues, ya van abrir las puertas de la Resistencia ¿Ves esa señora que esta allá? —dijo mientras la señalaba.

—Si.

—Pues, todas las personas que están con ella van a alistarse al ejército este año, únete al grupo y sigue las instrucciones que indique la señora Natalia.

—Esta bien, muchas gracias —manifestó mientras estrechaba su mano.

Mientras seguía el apretón de manos, él guerrero le dijo:

Askarea: La venganza de HeldrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora