Capitulo 16: Juego de enamorados

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Heldrick abrió sus ojos, sintió como si hubiese estado en la oscuridad durante mucho tiempo. No pudo abrirlo en el primer instante, así que se cubrió con una manta para luego intentarlo de nuevo.

Esta vez sí logró mirar todo con detenimiento. Se encontraba en una habitación de enfermería, era de esperarse.

—¿Hay alguien aquí? —balbuceó Heldrick.

Nadie escuchó.

—¿Hay alguien aquí? —replicó. Esta vez su voz se escuchó más clara y fuerte.

—Hola, no te preocupes —dijo una señora detrás de una cortina—. Hoy no irás a clases.

—Pero si tengo examen de Alquimia —explicó.

—Tranquilo, la profesora te realizará el examen mañana.

...Meses después...

Habían pasado mucho tiempo desde el acontecimiento del epino. Heldrick estuvo bien desde el día siguiente, pero le prohibieron realizar magía durante una semana, pues se había forzado demasiado. Todos habían aprobado las materias y ya se encontraban en la el tercer mes del último año en la resistencia.

...

—¿Que haremos hoy? —preguntó Alexander a Elizabeth. Ambos estaban en el comedor mientras Heldrick y Sofía seguían buscando su comida.

—¿Te puedes callar? —se quejó.

—Sabes, no tienes derecho a enojarte con Sofía, ella no tiene la culpa de que Heldrick no esté enamorado de ti —aclaró.

Elizabeth mantuvo un pequeño silencio. —¿Enamorado de mí?

—No te hagas la tonta —dijo entre risas—. He estado leyendo tu diario.

Elizabeth expresó desagrado y confusión al mismo tiempo.

—Querido diario, Heldrick sigue enamorado de Sofía y parece que cada vez me hace más daño —dijo imitando voz de niña—. No puedo soportarlo con otra mujer.

Enseguida se sonrojó y gritó. —¿Por qué diablos has leído mi diario?

—Estaba aburrido y no podía dormir —explicó—. Antes había revisado todos los armarios y había ojeado tu pequeño diario, prometo no decirle a Heldrick —sonrió.

—¿Por qué revisaste todos los armarios sin autorización? —refunfuñó.

—Pues... Em... Este... Estaba buscando mi pluma —dijo tranquilamente—. Y creí que me la habían ocultado, pero lo gracioso es que estaba en mi bolsillo. Pero ya había revisado el armario tuyo.No se puede deshacer lo hecho.

—Le diré a todos —lo amenazó—. Y me haré cargo de que te cambien de habitación.

—No, no, no —gritó mientras agitaba sus manos para que ella se tranquilizara—. Descubrir tu diario fue lo mejor que me paso, yo quiero a Sofía y tú quieres a Heldrick. Podríamos ayudarnos.

—¿Y cómo piensas hacerlo? —se calmó.

—Pues, no tengo una idea en específica pero quizás...

En ese momento llegó Heldrick junto con Sofía. Ambos quedaron totalmente callados sospechosamente.

—¿De qué hablan? —preguntó Heldrick desconcertado.

—De caballos —dijeron al unísono. Luego se miraron mutuamente y sonrieron.

...

Todos se encontraban en la habitación discutiendo sobre temas de Liddium, la guerra, y su graduación que se aproximaba.

Askarea: La venganza de HeldrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora