Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]

ঔৣ 25장

Narradora

Al día siguiente de haber salido, el muchacho dio por revelado el móvil que tenía para ella desde hacía pocos días. La menor se emocionó por recibirlo, y si bien le fascinó, se tuvo que abstener a tenerlo frente a sus padres, ya que los mayores aún se oponían a ese tipo de aparatos debido a su edad.

Pero si en todo caso, ellos lo aceptarían, Tn no soportaría mucho tener que dárselos cada cierto tiempo para que estuviesen al tanto de qué era lo que ella hacía, veía, y hasta con quienes hablaba.

Conocía muy bien los peligros de las redes sociales, y entendía si sus padres llegaran a tomar esas medidas tratándose de ella. Pero por alguna razón recibirlo por parte del castaño, hizo que perdiera todo tipo de interés en crearse un perfil en la famosa red social como sus amigos.

Además, de que disminuía la probabilidad de que algún conocido la reconociera y se lo dijera a sus padres.

Ese celular era su único medio secreto para hablar con el chico licántropo, y con nadie más.
Que sin falta, como era de esperarse, la noche se hizo la confiable cómplice de ambos y de sus largas charlas a medianoche.

Los meses avanzaban, sirviéndoles de mucho conocerse todavía más y caer en cuenta de que apesar de haber iniciado una pronta relación, certificaron que fue una buena desición el haberse juntado.

Ambos parecían haber sido cortados por la misma hacha. Cada uno, a su manera, era la pieza precisa que complementaba los encajes de la otra.

Pieza, que JiMin procuraba en cuidar muy bien de tipos parecidos a su antigua ilusión como aquel muchacho.
Que aunque este último no volvió a dirigirle la palabra a Tn en los siguientes días, pretendientes no le faltaban a su engreída.

Se sentía afortunado por saber que era él el único chico que llamaba su atención como algunos de su grado y grados menores envidiaban.

La miraba sonreír y luego suspiraba por dentro agradecido y orgulloso de que ella fuese su Mate.

Era una muchacha increíble. No podía evitar sentir esa ansiedad por imaginar una maqueta basada en lo que podría ser su futuro cuando creciera.
Soñaba despierto con verla asumir su puesto, llegando sobre el caballo blanco tradicional hasta él y unir sus votos como líderes de la manada.

Sacaría día a día su mejor versión de sí para ella, la ayudaría a desenvolver esas virtudes que aún por timidez ella se negaba a aceptar en su totalidad.

El tiempo parecía correrse como la mismísima arena fina entre sus dedos. Pasaron seis meses y aún se sentía como si se hubiesen besado por primera vez.

Siempre estaba fascinado con cada nueva faceta de su pequeña (de ahora catorce) crecer frente a sus ojos.

No supo en qué momento comenzó a ver los disntintos colores de su personalidad, mucho menos cuando sus emociones tomaban partido de ella, reflejándose con impresionante claridad en su forma de hablar y de mirar.

Como prueba de ello, no pasó desapercibido el sentimiento que el mayor siempre padecía por dentro cada vez que un chico se le asercaba.

- Amm, no gracias. Estoy bien aquí -replicó el castaño tratando de safarse lo más respetuoso posible de los asechos de una coqueta pelirroja.

- Vamos no seas aburrido, guapo. ¿Me das tu número? Créeme que puedo darte lo que quieras.

- No, no puedo, enserio.

- ¿Tienes novia, entonces? Porque yo te veo muy solito aquí.

- Sí, estoy con mi enamorada. Así que, si..