Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]

☀Cap.58: Logan Pt. 1🌌

Narradora

Las lágrimas descendían lentamente sobre las pálidas y suaves mejillas del aparentemente menor; calentándolas y dejando un rastro de ellas en su proceder.
Su piel estaba más pálida de lo normal. Normal, para cuando él asechara a su presa.
Su cuerpo temblaba al mismo compás que el de sus largos dedos, estaban helados como si una ligera capa de hielo la cubriese por completo.

De sus finos labios rosados, descendían pequeños hilajes rojizos terciopelos, dándole un aspecto aterrorizante a cierta zona de su rostro; saboreando de estos, una desagradable sensación a fierro.

Como era de constumbre al hacerlo cada luna menguante, una gran carga de culpa le caía encima. Su naturaleza lo llevaba a hacer cosas que él no quería, de verdad no lo quería.

Él no quería hacerlo, aún dentro de él decía que no debía hacerlo, pero lo hizo; sus esfuerzos por mantenerse alejado de lo que más detestaba de él, era aquel acto miserable. Su conciencia emanaba culpa, jamás quizó matar a alguien, jamás quizo volver a clavar sus filudos colmillos blanquecinos sobre la blanda piel morena de alguien.
Jamás, menos tener que depender de su sangre para poder vivir... por todo esto, por todo lo que él era, se lamentaba, se odiaba.

Logan nunca quizó ser un vampiro.

Desearía, quitarse aquel asqueroso cuero grueso de piel pálida que poseía, y que aparentaba ante todos una muy suave y delicada, y muy cuidada si de detalles hablamos.
Si tan solo supiensen, cuanta sangre y chorros del mismo, habían manchado diversas parte de ella. Prefería que nadie lo supiera, aún también sabiendo la razón de que lo despreciarían y quien sabe Dios qué sucedería.

Su historia lo había llevado a tal destino, uno miserable y despiadado destino.

Hace ya muchísimo tiempo, en aquellos en que las guerras ya eran costumbre en Estados Unidos, en ese entonces conocido como Las Trece Colonias. Una buena cantidad de la población, entre ellas madres de familia y pequeños infantes entre féminas y varoncitos se encontraban de un lado a otro, corriendo como si su vida dependiera de ello, y claro que también lo hacía.