ঔৣ 33장

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Park JiMin

El sueño se me va yendo, pero Sköll hasta sigue durmiendo tan plácidamente que en serio, prefiero que se quede así a que me esté rezongando a cada minuto. Ya parece hasta mi papá.

Mi mano se mueve a lado derecho buscándola, pero nada. ¿Qué? Voy abriéndolos poco a poco, y caigo en cuenta que estoy boca abajo muy al extremo.

Abostezo muy brusco y la busco enseguida.

— ¿Dónde está ésta chiquilla? –mascullo.

Estoy a punto de levantarme elevando mi olfato a cualquier parte que grite su aroma, pero el órgano físico que me da vida se hincha de orgullo de que ahora encuentro una mezcla entre su perfume y el mío. El efecto de la marca ya estaba dando frutos.

Y qué bien que se huele aquí.

El sonido del grifo abierto me da cuentas de su existencia allí. Más satisfecho, disfruto del suave sol por ls mañana sin viento ni bochorno, muy fresco. El sueño de Sköll pega fuerte. Asi que, me rindo a dormirme como estaba inhalando el aroma de mi pequeña Mate... y porsupuesto que el mío.

No niego que el sueño me vence a los dos segundos. Me duermo igual que una roca y lo disfruto. No hay nada mejor que una larga siesta después de una noche como esa.

Mi respiración le va agarrando el ritmo al sueño, mi mente se nubla y descansa otra vez...

— ¡Ahg! Mm... –gimo. Aguarden.

Mis cejos están cerrados en lo que voy siendo consciente, pero sé perfectamente donde están sus caderas como para agarrarlas con fuerza y embestirla.

— Mm... JiMin... –es mi princesa la que no se contuvo y ahora es ella quien goza de mi vaivén.

Pero qué bien se está aquí, mierda. Es tan cálida y estrecha. Mi hombría encaja tan bien con ella, que resulta un verdadero pecado no correrse en cuestión de poco tiempo. Me encanta.

Se inclina a mí, y ahora soy yo quien lidero el compás entre sus apretadas paredes, que reciben muy gustosas la entrada de mi miembro viril.

Sus gemidos son exactos y precisos, llegan en el momento puntual exitando a mi miembro, motivándola a querer sacar mi nombre de sus tiernos labios por enésima vez.

— JiMin... –jedea.

Tengo unas inmensas ganas de que mi nombre fuese su único vocabulario. Escucharla mientras la embisto donde más le gusta, es el verdadero gozo de mi vida.

Su melodía no es fingido ni exagerado como en las páginas esas que usan los humanos, pero cómo... ¡Cómo! Ella te hace alucinar haciéndote parecer que tampoco es una realidad.

Es el coro perfecto que necesito en mi día a día.

Sus yemas presionan con tal fuerza mis hombros, que ya sé cómo el refinado corte de sus uñas están a punto de afilarse contra mis músculos.

La embisto con más fuerza viéndola retener el éxtasis como puede para seguir ahí, mientras yo gozo también entre sus perfectas piernas a lado mío.

Ella reacciona y recupera el control, zarandeando las caderas de la forma más éxquisita de este mundo. Acaricio su cintura, dejándome nublar de la exitación y adoración que siento por esta preciosa musa.

— Ah... mgh –mi lobo aulla cuando la escucha gemir más débil.

Da pequeños saltitos sobre mí, en lo que me da una vista fantástica de sus gemelas rebotando con el colmillo entre ellas. Las miro, toco placenteramente a mi hembra embistiéndola con fuerza, y prendo mi boca a ellas.

Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora