Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]

ঔৣ 29장

Una ola de angustia abatió el órgano que un momento creyó muerto en él, haciéndolo latir con pesar.

- Y ¿Tú? ¿Qué tienes?

- N-no lo sé. De pronto sentí... como algún tipo de preocupación, pero no sé a que debe ser. Yo... estoy bien. Estaba tranquilo... -no entendía la situación- Y ¿Si es ella? Padre.

- Si lo fuera, no lo pienses tanto. Está con el cavernícola ese, y hará lo que sea por que esté bien. Deja que haga todo el trabajo sucio como el fracasado que es.

Encontraba razón en sus palabras, él la tendría en su propia burbuja a salvo mientras tanto, pero le extrañó tanto sentir esa fatigante aflicción abrazarlo como desde la última vez que estuvo realmente vivo. Se sintió tan... humano.

- Quiero saber cómo está. Podría estar grave.

- No podemos arriesgarnos aún. No digas idioteces. Solo déjalo pasar, verás que no habrá pasado nada más cuando la vuelvas a ver.

- Sabes que es imposible sabiendo lo que és -se preocupa, y acaricia su pecho por sentir una punzada más- Esto... nunca me había pasado. Sé que es ella... y no estaré tranquilo hasta saber si está bien.

- Ya te entraron tus delirios de grandeza -aborreció- Mira, ¿Sabes qué? Haz lo que sea, pero menos estupideces más que no tengo ánimo de reparar tus cagadas.

Salió del salón dejándolo solo.
.

.

.

- Wendy, la tendré acá. Trae frazadas, ¿Sí?

- ¿En tu casa de juegos de la época medieval? -escadalizó- ¿Es enserio, Park?

- No me cuestiones ahora, no estoy de ánimo. Si papá la ve así, será capaz de matarme.

- Pero necesita saberlo. Él sabrá qué hacer, nos puede ayudar.

- Dije que no. Se convertirá en un dictador si es que se entera y me mandará a la hoguera. JungKook, abre la puerta.

Obedeció, en lo que entraba con Tn en brazos. Tenía un buen espacio aquí, aunque todo estaba polveado, no era nada que él no podía arreglar.

- Trae una escoba y abre la ventana, rápido.

- ¿Por qué todo yo? -farfulló haciendo caso.

- ¿Quién te manda a nacer último?

- ¡Hyung!

- JiMin, esto es grave -repara Wen- Papá y mamá necesitan saberlo.

- ¡Dije que no!

La morenita se removió en sus brazos, aferrándose más a su fornida espalda, consiguiendo que la arrullara para consiliar más su sueño, aunque mataba por ver sus ojos abrir ya.

- No es una bebé, hyung -burló sacudiendo bien el colchón donde estaría- Tiene 14.

- Para mí sí, y punto. Tú sigue con tu trabajo -bajó la voz- Solo hazme caso, Wen. Ve y trae al Doctor Lee, a escondidas.

Resopló. No había quien lo contradiga cuando se le metía algo en la cabeza.

- Ahg, está bien -acató saliendo, sin perder más tiempo.

- Y tú, ¿Ya acabaste?

- ¡No soy un chacho, hyung!

- Exageras. Calla y termina bien.

- Y ¿Por qué no lo haces tú y yo la cuido?

- Porque soy yo su macho, no tú -encaró- Y no me molestes, o te haré lavar el colchón, también.