ঔৣ 78장

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Narradora

- Descansa sobrina.

- Descansa tío. Hasta mañana.-despidió Tn.

El chillido de la puerta cerrando, anunció a los tíos y a Tae que Tn se daría un largo descanso después de haberse divertido realmente con parte de su familia.

Familia...

Un vago recuerdo hizo presencia en su mente, a la vez que su corazón se encongía conforme duraban los segundos de algunos recuerdos junto a sus padres y a su hermano mayor.
Un ligero grito ahogó en sus pequeños labios, su pecho se agitó con rudeza y su nuca descansó en el madero de la puerta con tristeza. La saliva recorrió su garganta con paso firme hasta que su respiración se regulara, por más que no quisiese sentir el dolor al recordar a su adorada familia, esta era amenazante y aún permanecía en ella. No sabía cuando, aquella tortura en su alma acabaría.

El pasadiso de la segunda planta estaba vacío, cada quien en sus recámaras correspondientes. El silencio emanaba el bosque, que de manera rápida llegó a la cabaña donde los Kim descansaban tras un largo día. Aprovechando esto, Tn respiró una vez antes de salir por el tejado de su habitación, que la parte de afuera daba a la parte trasera de la cabaña y gracias al diseño de esta, había una escalera pegada a las resistente maderas de la construcción, haciendo una manera más fácil de salir a su destino. Cerrando el sierre de su chaqueta y una leve presión en sus labios se dirigió al bosque donde habia acordado anteriormente con Park.

No negaba que los nervios la comían tanto por dentro como por fuera, de la misma manera que un ejambre rodeaba su panal. Sus pasos eran algo lentos pero casi dando zancadas, quería medirse, pero no podía. Había miedo dentro de ella, pero por eso no daría el brazo a torser. El rencor dentro de ella había aumentando, y la sed de vengar a sus padres nacía en sus labios y en su interior.

La profundidad del bosque la envolvió en seguida, profanando a cada paso aquel aroma familiar, que en su momento fue agradable sentir en sus fosas nasales, pero que ahora guardaba rencor por el futuro nombrado líder de aquella manada, ya no disfrutaba el aroma a tierra mojada como lo hacía antes. Todo había cambiado.

Su aura estaba casi tranquila, su respiración estaba siendo mecánicamente controlada, evitando que al acelerarse, sólo consiguiera más nervios de los que ya tenía presente. Según ella todo estaba sumamente calculado por su fuerza de voluntad, pero se equivocó.

Unas brazos en sus cintura rodearon su espalda con cautela, provocando así un susto en la menor quien no puedo evitar ahogar un grito en su garganta y sacudirse por el impacto. Debido a la costumbre de recibir encuentros así de golpe, creyó que sería YoungJae, pero en seguida sus oídos fueron adornados por la persona causante de su dolor en el momento.

- ¿Cómo estás preciosa?.-habló Park en el oído de la castaña. La abrazó más fuerte y escondió su olfato en el perfume a menta de la de cabellera café.

- Jimin .-quejaron sus labios con cierta molestia. Los ataques así ya no era de su gusto, pudo haberlo hecho pasar tiempos atrás, pero como estaban las cosas ahora, era desagradable e incómodo sentirlo.

- Creí que vendrías más tarde.-se acomodó a un lado de ella, sin dejar su contacto, ahora por sobre sus pequeños hombros-. Pero llegaste a tiempo.

Y así lo hubriera querido, pero lo único que tenía en la cabeza era que todo esto acabara lo más pronto posible. No podría darse el lujo de desperdiciar un segundo más a lado de Park, poniendo su comodidad en riesgo absoluto.

- ¿En verdad crees que llegaría tarde a un lugar que me citen?.-miró los ojos del contrario con recelo-. No sé si sentirme ofendida por ello .-cambió la vista mientras caminaban.

De lo que si algo había que asegurar era su incomodidad, se sentía aislada del mayor por más que su brazo le estuviera apresando a su cuerpo buscando contagiarle su calor y por sobre todo su aroma.
Es así como se sentía ella, como una presa, y no por el hecho de estar a lado de un hombre lobo, sino por el hecho de sentirse por dentro cautiva, exigiendo a gritos que la pesadilla termine y obtener algo de lo que podría llamarse libertad.

Se sentía presa de sus propias acciones...

- Sé perfectamente que no serías capaz. Detestas llegar tarde .-plantó un beso en la mejilla contraria. Pero al notar la lejanía de su Mate, sintió su lobo llorar por dentro, de manera que sólo consiguiera arañazos en su interior-. ¿Ocurre algo pequeña?

Ella Reaccionó.

- No, no, para nada.-sonrió-. Sólo... me pone de nerviosa lo de la ceremonia.-y de cierto modo no mentía-. Tengo miedo de me salga algo mal u olvide hacer algo.

- No te preocupes .-la abrazó por los hombros-. Todo saldrá bien, todo saldrá perfecto. Además, dudo mucho que sea algo complicado. Sé y confío en que lo harás bien.

Kim giró a medias su rostro chocando contra sus ojos aquellos ojos marrones y hermosos que alguna vez se habían vuelto su mundo entero para ella. La sonrisa del mayor hizo quebrar su interior de inmediato, llenándola de culpa en abundancia. De pronto, se sentía una miserable, pero el resentimiento luchaba por cubrirla entera, por no sentir nada a favor de él. Esta manera de luchar consigo misma por algo la estaba matando.

- Ven aquí.

Jimin jaló a su pequeña Mate junto a un tronco, arrinconándola despacio, tomó su cintura y unió sus labios con los de ella. El pecho del mayor se hinchó como de costumbre, su corazón palpitaba fuertemente al hundirse sobre la sensible piel de los labios ajenos, disfrutaba como satisfacía con  el exquisito sabor a su labo. Pero había algo que no encajaba, y se dispuso a saberlo, saboreando más, tomó cada uno de sus labios e intentó decifrar que pasaba en realidad. Estaba a punto de separarse y preguntar que pasaba, pero algo se lo impidió. Las manos aún pequeñas de la fémina, fueron esta vez las que tomaron el control del momento, acariciando con cariño los cabellos de su Alfa.

Así es, aunque se repitiera un millón de veces lo que tenía planeado, había un pequeño apego al masculino, dentro de ella había un descontrol de emociones, que sólo buscaban hacerle pagar por algo que ella no tenía claro. Ella deduce que esta tortura seguirá así hasta que lo compruebe cara a cara con el joven líder.

- Te adoro.-tomó distancia-. Todo saldrá bien princesa ¿si?.-Tomó la quijada más pequeña y plantó un casto beso en ella-. Yo me encargaré de eso.-dibujó una sonrisa.

Ella asintió y desvió la mirada.

Él tomó los hombros de la fémina y juntos se dirigieron al lugar predilecto.

La noche pasó a rastras. No había ni un segundo en que la menor puediera tranquilizarse, estaba nerviosa. Cosa que Wendy y a la madre de Jimin no notaron la verdadera razón, pero intentaron relajarla conforme le daban una charla emotiva.
Tn no quería estar ahí, estaba renegando por dentro y consigo misma, sin embargo no lo dejó demostró a los ojos de su suegra y cuñada. El plan debía continuar, no había marcha atrás.

Un dato sorprendente e inquietante, que pasaba Tn cada vez que la culpa intentaba entrar en ella, era como sentir en su cuerpo una ola golpeando contra ella, ola que era cargada y recargada una y otra vez sin parar de energías negativas. Y no con el propósito de hacerla sentirla peor, sino, que el orgullo, la soberbia y el rencor, eran líderes de todo lo que tenía que ver con ella internamente.
La manera penosa que a veces sentía eran eliminada cada vez que el egoísmo abría paso en para reinar en ella.

Todo lo supo disimular, todo lo sabe manejar ahora. Sin embargo, ese valor no les durará mucho.

Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora