Mi pequeña MATE [JIMIN] [PRIMERA TEMPORADA] [EDITANDO]

ঔৣ 32장

Kim Tn

Estaba lista, con el corazón latiéndome fuertemente en mi interior. Ya estaba decidido. Sería a esta edad que experimentaría en carne propia lo que es el amor compartido cuerpo a cuerpo junto al hombre que quería a mi lado.

El mismo a quien lo veía ahora encendiendo seis pequeñas velas alrededor de la cama muy apartadas entre sí y de ésta, en la que yo me encontraba en medio admirándolo.

Habíamos decidido arrimar la cama más hacia el balcón de forma que quedara parte de esta a la exposición de la luz de la luna, que ya estaba perfectamente vestida de blanco a este punto de la noche.

Él decía que así la Luna bendecería nuestra unión y a nuestra descendencia cuando querramos concebir.

JiMin tomó la última séptima vela y con su misma cera la hizo sellar en el medio del balcón.

— ¿No se apagará con el viento?

Niega.

— Verás que nuestro calor será tan fuerte que la mantendrá viva toda la noche.

Se quita la casaca y seguidamente la playera cortándome la respiración por unos segundos, en los que admiraba cada línea de su abdomen, y los músculos en trabajo de sus brazos que le daban el porte de un Alfa.

La luz blanca le cubría con delicadeza  su tez canela, dándole ese aura de ser mitólogico puramente proviniente del bosque.

Realmente era como apreciar un adonis griego.

Gatea hasta a mí y comienza repartiendo una serie de besos a lo largo de mis piernas acariciándolas al mismo tiempo.

Su cabello está a penas desordenado,
tentándome a querer tocarlo y arruinarlo mientras lo beso. Pero, se ve tan concentrado que no quiero generar ningún tipo de distracción que arruine el momento.

Aún llevo el vestido que me regaló, dándome esa sensación de que estoy en una época medieval.

Mi piel arde al ver cómo esta preciosa creación varonil que tengo al frente, quiere tomarme como suya, dejarme su aroma y unirse carnalmente a mí.

Me apoyo sobre mis palmas, acomodando mis piernas en un mejor ángulo para él. Lo veo y mi ego se levanta por verlo adorándome en cada centímetro.

Él y yo habíamos esperado tanto este momento.

Su mano se posa en mi pierna subiendo lentamente, dejándome ver las venas que se le sobresalían. Con la misma, levanta el borde del vestido para amasar mi muslo con fuerza. Su mano la siento completamente extendida intentando acaparar todo.

Es ahí donde mueve sus manos, las posas en mis caderas y se agacha para dejar un beso en mi vientre bajo dándome un escalofríos que me obliga a ahogar un pequeño grito.

Sus manos desaparecen con habilidad mi ropa interior, dejándome expuesta a su merced. Mis piernas se cohíben y tímidamente se cierran por puro reflejo.

— No –sus manos caen sobre mis rodillas abriéndolas poco a poco– Déjamelo a mí.

Sus dedos acarician mi vientre llegando a mis pliegues y abriéndolos con cuidado. Me retuerzo un poco por lo bien que se siente.