Capítulo 1

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—Félix, amor ya apúrate, llegaremos tarde—. Llamó la azabache sentada en el último escalón jugando con su pequeña.

—Ya voy, solo me pongo la corbata y vamos—. Gritó desde arriba aún arreglándose.

Félix era el gran amor de su vida sin él, ella no sabría que hacer, lo amaba demasiado. Llevaban casados 4 años y tenían una hija, Charlotte Marinette Bourgeois Dupain, ella era demasiado adorable, era su fusión completa.

—Cariño ya estoy listo, vamos—. Habló Félix bajando las escaleras.

—¿Ah?... Eh, sí. Vamos—. Respondió dirigiéndose al auto que se encontraba frente a la puerta con Char de la mano.

—¿Sabes Bri? Tengo miedo, no sé cómo reaccionará mi padre al verme, al vernos. No lo veo desde que mi madre desapareció.

La madre de Félix había desaparecido cuando él apenas ingresaba a la secundaria, nunca supieron a donde fue. Su padre la buscó, pero nunca la encontró, y desde entonces su relación de padre e hijo se fue decayendo hasta que se fue de casa a vivir con su novia; y actual esposa.

—Oh cariño, tú padre se pondrá muy feliz al verte, y entenderá porque te fuiste—. Entraron al auto y acomodaron a la niña en el asiento trasero.

—Soy muy afortunado al tenerte conmigo y a esta preciosura—. Habló señalando a la pequeña que se encontraba ya en la parte de atrás jugando con unas muñecas.

—Te amo mucho, los amo mucho—. Dicho esto, Bridgette depositó un beso cálido en la frente de Charlotte y otro en la mejilla de Félix.

* * * * * 

—Señor Agreste, su esposa y su hijo lo están esperando—. Anunció la mujer por el intercomunicador.

—Que pasen por favor—. Ordenó mirando hacia la puerta.

La mujer se dirigió hasta la puerta de madera y la abrió haciendo pasar a la señora Agreste y su hijo.—Con su permiso— dijo haciendo un ademán de despedida.

—Hola papi—. Saludó el pequeño lanzándose a los brazos de su padre.

—Oh mis amores, los extrañaba mucho—. Extendió los brazos y tomó al pequeño entre sus brazos.

—Y nosotros a ti Gabriel, te extrañábamos tanto que no dudamos en venir a verte—. Ana abrazó a su esposo e hijo, mostrando un cuadro familiar hermoso.

—Y me alegra que hayan venido— Susurró el mayor.

—Hoy es el cumpleaños de Adrien, y pensé en ir a un parque para celebrar.

Adrien era demasiado pequeño como para festejar su cumpleaños en un restaurant.

—Claro, no hay ningún problema me das diez minutos y vamos—. Le entregó el niño a su esposa y apagó la computadora y ordenó algunos papeles que se encontraban sobre el escritorio. —Excelente.

Dijo al ver todo listo. Apagó la luz y salieron de la oficina y la empresa.

* * * * *

—El señor Bourgeois los está esperando, adelante—. La mujer con lentes excéntricos los guio hasta la oficina del alcalde.

—Bridgette, estoy nervioso—. Dijo tomando la mano de su mujer.

—Félix respira hondo, todo saldrá bien—. Alentó depositando un tierno beso en los labios de su rubio.

—Por aquí señores—. Habló la mujer haciéndose notar.

—Buenos días alcalde Bourgeois— Saludó la azabache como si estaría hablando con la reina de Inglaterra.

Amor Y Destino (Adrinette) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora