Capítulo 19: Uno a Cero

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Había pasado veintiocho minutos desde que Superstar los había capturado como rehenes, aunque el villano no sabía de su identidad como heroína tenía que tener cuidado con él

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Había pasado veintiocho minutos desde que Superstar los había capturado como rehenes, aunque el villano no sabía de su identidad como heroína tenía que tener cuidado con él. Estaban atados en las columnas del edificio, uno al frente del otro, Adrien aún no despertaba del desmayo que le fué provocado por uno de los rayos del trajeado en estrellas.

El villano salió por la ventana mas alta del cuarto y desapareció a lo lejos provocando caos entre la gente. Los mayores sabían quien era y solo rogaban para que esta vez todo saliera bien.

—Adrien— susurró, en un intento de despertarlo. —¡Adrien!— gritó, al ver que él rubio no se inmutaba.

Adrien levantó la cabeza, con el ceño fruncido por la confusión, tenía los talones, el cuello y las muñecas adoloridas; trataba de recordar que había sucedido, no sabía cuánto tiempo había estado en esa posición. Vio que alguien le hacía señas a su frente, papardeo dos veces para poder ver mejor la figura.
Ahí estaba su amiga, llamándolo.

—¡Hasta que al fin despiertas! empezabas a asustarme— no sabía por donde se había ido su nerviosismo pero su preocupación por París y por el chico era más fuerte que sus nervios. —Me desaté mientras estabas desmayado, no pude ir a pedir ayuda— Y cuando decía ayuda, hablaba de ella como Ladybug —Porque Superstar nos vigilaba, pero ya que se fué puedo desatarte e irnos.

—Hazlo rápido, siento mis muñecas sangrar— dramatizó

Cuando iban escaleras abajo escucharon un fuerte estruendo, vieron por la ventana y el cielo se había tornado oscuro. No podían seguir perdiendo el tiempo, era ahora o nunca. Tenían que arriesgarse.

—Marinette, hay algo que tengo que decirte.

—Yo también, pero es un secreto.

—Y lo que tengo que decirte también, no se lo cuentes a nadie.

—Hecho, tú tampoco.

—Bien, yo empiezo— Adrien respiró profundo antes de decir las palabras correspondientes para su transformación — ¡Plagg las garras!

La azabache no podía creer lo que sus ojos veían, el gato que siempre le coqueteaba era su Adrien, el chico por el cual su corazón se derretía. —Eres... Cat..noir...

— ¿Sorprendia?— preguntó. Claro que lo estaba, ¿pero el como reaccionaría Al saber que ella era Ladybug?

No respondió, sin embargo hizo llamado a su kwami. — ¡Tikky motas!

Adrien se quedó estático, tanto así que no se dio cuenta cuando había retenido su respiración, al menos ya no estaría dividido su corazón en tres, ladybug era Marinette, la chica por la cual había empezado a sentir algo meses antes.

—No te daré explicaciones en este momento— dijo la heroína rompiendo el silencio —No ahora, en esta situa...

No pudo terminar de hablar, una voz gruesa con eco se hizo escuchar en el centro de la ciudad, cotando los minutos que quedaban para hacerse presente frente a la Torre Eiffel. Los enmascarados se miraron como si supiesen lo que seguía, el de traje negro cargó a la heroína saliendo por la ventana mas alta, saltando así por los tejados de la ciudad.

Desde lo alto se podía ver a las personas correr de un lado a otro, todos aterrorizados con miedo a que vuelva el terror de hace doce años. Llegaron hasta la cima de la torre, no había ningún rasto del villano, los helicópteros se posicionaron a sus alrededores para fotografiar la gran entrada que habían hecho, pero eso era lo de menos ahora, la vida de ellos y del país estaba en peligro. Y cada uno de ellos tenían que ir a resguardarse en sus hogares, o en un lugar seguro.

Chatnoir empezó a alertar con un micrófono que había pedido a uno de los helicópteros. — ¡Todos vallan a sus hogares ahora! ¡Esto es muy peligroso, no arriesguen sus vidas por unas cuantas fotografías o vídeos! ¡Vallanse ahora mismo!

Ladybug le quitó el micrófono, y dio un aviso de cuarenta y cinco minutos para que se retiraran todos y para que Superstar haga su aparición.

Al oír que la de traje rojo hacía un llamado al villano no duraron en escaparse, a los pocos minutos todo estaba silencio, el viento soplaba sus rostros. Y no había cuando apareciera el villano, los minutos pasaban, solo un helicóptero había permanecido con ellos, lo suficientemente alejado para estar protegidos de alguna pelea que se produciera.
Los héroes hicieron seña, para que se acercase, no duraron en hacerles caso.

Pidieron que le hicieran aparecer en todos los canales para el aviso que daría.
—No voy a darme por vencida, pelearé y lucharé hasta morir si es posible, pero no te dejaré tan fácil ganar. Mañana te esperaremos a medianoche aquí. Ni un minuto más, ni un minuto menos. Se puntual porque nosotros lo seremos. Nosotros cumplimos en venir y eso nos hace algo ganadores, uno a cero.

Amor Y Destino (Adrinette) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora