Amor Y Destino (Adrinette) EN EDICIÓN

Extra

Seis años después

Durante esos seis años todo había marchado de maravilla con un pequeño problemilla que había ocurrido un año atrás: Tom había fallecido de un ataque al corazón, que lamentablemente la edad no lo dejó resistir. (cabe recordar que Sabine y Tom son mayores de Gabriel y André) Después todo había estado bien, los estudios en la universidad, el trabajo, el amor; la vida en general.

La sociedad en ese tiempo había terminado de aceptar a Charlotte y ella había terminado de acomodarse a las reglas de ésta. También hace unos meses había hecho regresar al mercado los diseños y la marca de ropa de su madre, Bridgette, y la gente lo había recibido feliz. Eran diseños antiguos, pero ella lo había puesta a la moda, eso había sido el regalo de cumpleaños a su madre.

Por su parte Adrien estaba a cargo de la empresa, luego de que Gabriel se mudara al Caribe para tomar unas vacaciones. Todo estaba perfecto en la vida de estos, la empresa iba progresando cada día, las ventas aumentaban cada segun ycomo no iban a hacerlo, si la diseñadora era la mismísima Charlie.

En cuanto a su relación amorosa, estaba mas que perfecto. Ellos se amaban cada día más, y esta noche Adrien iba a pedirle que ya no fuera solo su novia.

(* * * * *)

—Aún no entiendo, porque no estoy en el cine con Nath— musitó la rubia haciendo un puchero. —Cariño, dejemoslo con sus cosas y vamos por esa película.

—Adrien nos llamó porque nos necesita y debemos ayudarle.

—Así es Nathaniel, pienso pedirle hoy mismo a Mari, digo Charlie, que sea mi esposa— ante tal anuncio la rubia se mostró emocionada dando un grito agudo. —Vale deja de gritar que no quiero quedarme sordo.

—Omitiré lo ultimo que dijiste y te ayudaré.

—¡Tengo una idea!— exclamó el pelirrojo levantando ambas manos —Ponle el anillo entre la comida...

—No seas idiota, cariño— dijo empujando la cabeza de su esposo con su dedo anular. —Tiene que ser algo maravilloso, inolvidable.

—Si formo con los pétalos de rosa “¿Quieres casarte conmigo?"

—No. Eso ya lo hizo Nathaniel. Tienes que ser original, único. Vas a pedirle que sea tu esposa.

—Y entonces ¿qué tienes en mente, señorita sabelo todo?— preguntaron al unísono los dos jóvenes.

—Se me a ocurrido algo grandioso. A ella le encantan las rosas.

—Dejate de rodeos y dilo ya.

—Porque no mandas a escribir tu frase de pedida en la tarjeta...

—¿En una tarjeta?— los jóvenes se sentían desorientados ¿Que acababa de decir? ¿tarjeta? eso era muy simple. Estaba loca, eso era un hecho.

—Sí, veraz: La llevas al puente de los deseos y le entregas las rosas, ella verá el sobre, lo leerá y estará sorprendida.

—Eres impresionante Chloe— alagó el rubio.

—Si losé, aparte de hermosa, soy impresionante.