Capítulo 12: Chloe Bourgeois

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—Estoy tarde ¿cierto?— Preguntó la rubia preocupada a su mayordomo.

—No, señorita— respondió el señor de bigotes tan serio como siempre.

—Entonces iré a cambiarme, no me tardo.

—Señorita Chloe, su padre canceló el almuerzo

—¿Que...?— Preguntó descorsentada, su padre le había prometido almorzar con ella.

—Tenía una reunión con los alcaldes extranjeros, este año le toca a Francia— dijo haciendo recordar lo que se hacia todos los años, si no le tocaba a Francia su padre tenía que viajar. Asi era siempre.

—Oh... entonces informa a Belinda que almorazare en mi cuarto.

—¿Algo en especial?— preguntó.

—No, lo que haya preparado está bien.

—Como usted ordene— Dijo para retirarse.

—Debí habermelo imaginado —se dijo asi misma— Ya ni hambre tengo, mejor iré a caminar.

Ya había guardado sus compras y se dirigió a una de las florerias que se encontraba a unos kilometros, si algo la hacía sentir bien era visitar a los heroes y hablar con ellos y de alguna forma también con Charlie

Al salir con las flores ya en mano se chocó con una librería. Había tantas revistas, de ella, de su padre, de Adrien y el señor Agreste. Y de los heroes, de ellos había más.

Siempre era así y pensar que ahí también salía Charlie, como la niña del mes

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Siempre era así y pensar que ahí también salía Charlie, como la niña del mes. La extraño tanto

Mi mejor amiga, mi hermana. Miré hacia el cielo y pude ver lo héroes actuales, seguro irian tras un nuevo villano, ya habían pasado 7 meses desde que aparecieron.


Cuándo llegué al cementerio, me encontré con un monton de regalos alrededor de la tumba de los héroes, siempre era así. Para las personas ajenas a la familia había un horario.

De lo contrario si no habría uno, siempre estarían amontonados.

Contemplar la tumba de mi hermano y tía Bri, siempre me ayudaba a reconfortarme cuando me sentía sola y hablar con Charlie tambien lo hacía.

Oh Char, te extraño tanto. Como pudiste escapar de las manos de papá. No sabes cuánto me gustaría regresar en el tiempo y advertír a todos para que no suceda la tragedia.

Tía Bri, tú que fuiste como una madre para mí, cuando la necesité. Te tuviste que ir. Aunque parezca que lo tengo todo, no tengo el amor de una família, ni siquiera, cuando voy a visitar a Adrien me siento así.

Que tonta, eso también se perdió en los Agreste, desde que ya no está, tía Ana, la mansión parece una biblioteca. No hay ruido, ni risas. Todo es silencioso.

Estaba tan metida en mis pensamiento hasta que mi movil empezó a timbrar.

-¿Bueno?

—¡Chloe!, ¿dónde estás?

—Paseando padre, ¿Sucede algo?

—Ven al hotel, de inmediato.

—¿No se supone que tienes que estar en tu reunión?— cuestioné algo enojada.

—Sucedió algo urgente y se pospuso para mañana, dime donde estás y enviaré la limusina.

—En el cementerio— respondí para colgar.

Sabía que no le gustaba, que esté sola en el cementerio, así que no le dejé terminar y colgué. ¿Que habrá sucedido?

Espero que no sea una cena con los Dupain Cheng, no podría soportar tener a esas personas en la misma mesa conmigo.

***

Cuándo llegué al hotel, habian varios paparazzi en la entrada, así que tuve que ingresar por otras. ¿Qué estaba sucediendo?

Me quedé a esperar a mi padre en una de las salitas. Con la cámaras y personal moviendose de un lado a otro, habian dejado claro que no se trataba de los Dupain .

¿Pero entonces de quién?

¿Charlotte? Será que la encontraron, oh eso sería emocionante. Por fin estariamos juntas, mandaría a poner otra cama en mi cuarto y tendriamos tantas pijamadas...

-Hija, ¡llegaste!

-Bu...Buenas noches padre -saludé dandole un corto beso en la mejilla —¿Para que me llamaste con tanta urgencia?

—Pasa por favor...— ordenó mirando hacia la puerta de en fondo.

Que alguien me diga, que lo que estoy viendo no es cierto. ¿Realmente era él?

Después de abandonarme, tenía la descaradez de venir. Al hotel, mi casa, esto era inaudito. Y mi padre... Esto era demasiado.

—Hola Chloe— saludó con una gran sonrisa.

-Hola Nathaniel —respondí con indiferencia— Si eso es todo, yo me voy. Necesito terminar mis deberes.

-¡Chloe!, ¡comportarte!— Ladeó horrorizado mi padre.

-Sé que no debí dejarte sola, pero lo lamento Chloe -dijo en un intento de tocar su hombro- Encerio Chloe, perdóname.

El pelirrojo estaba siendo sincero con sus palabras, y Chloe lo notó. Pero tenía que ser dura con él para que entienda que con ella no se hace ese tipo de cosas.

—Tu y yo, no tenemos nada de que hablar—

Abrazarlo y no soltarlo, eso quería hacer. Pero tenía que ser fuerte y hacerlo sufrir un poco.

Amor Y Destino (Adrinette) EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora